sábado, 21 de julio de 2012

Lima nos conquista


Edificios cerca de la Plaza Mayor. Foto Julia GP


Lima Colonial


       La capital de Perú tiene una soberbia arquitectura colonial en el Centro Histórico y ello, unido a los yacimientos arqueológicos que existen dispersos por la ciudad, ha la declaración de  Lima como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Todo Perú tiene once nominaciones de la UNESCO en esta categoría: tres son parques nacionales; cinco son lugares arqueológicos y tres son ciudades artísticas.

        En el año 1988 se reconoció un solo elemento limeño como merecedor de esta distinción mundial. Era el convento-basílica y conjunto de San Francisco que quizás sea lo más valioso de este espacio urbano antiguo. ¿Es que no había nada más de valor que pudiera reconocerse entonces?

La autora de este blog con estudiantes de Ancash en la Plaza de Armas
        
 Lo cierto es que este centro colonial había estado muy abandonado desde 1980; la desidia, las peripecias políticas, las crisis económicas, y sobretodo la venta ambulante que se había adueñado de sus calles, mantenían los edificios en un estado bastante deplorable.

        El cambio socio-económico de los años 90 pareció propiciar la recuperación de este espacio monumental de manera que en el año 1991, el reconocimiento como Patrimonio Mundial se extendió a todo el Centro Histórico actual. Son las manzanas del llamado Damero de Pizarro, cuyas calles centenarias están repletas de construcciones que en su gran mayoría datan de la etapa colonial (siglos XVI – XVIII). Así los imponentes edificios, tanto eclesiásticos como gubernamentales, se unen  a las residencias privadas, que en su mayoría han cambiado de dueño y hoy son oficinas – públicas ó privadas – bancos, instituciones culturales y museos. Hacen un total de 248 cuadras ó  manzanas de la Lima antigua.

Fachada del Palacio Arzobispal, con miradores. Foto Flickr
  

Los comienzos     


Francisco Pizarro llegó a Perú por mar, por aquel océano que Vasco Núñez de Balboa descubriera en 1513 y al que llamó Pacifico por la tranquilidad de sus aguas. A través de él, descubrió las costas de las actuales Colombia y Ecuador  y alcanzó Perú, del que ya se hablaba como epicentro del  Imperio Inca y sus suculentas riquezas. 

       Llegó con 180 hombres y 27 caballos  (animal desconocido en América) y en Cuzco se apoderó del Inca Atahualpa. Posteriormente se desposó con una princesa inca iniciando así el Mestizaje  que copiaron también sus correligionarios. 

       A doce kilómetros  del mar, aguas arriba del río Rimac, Pizarro  fundó Lima con un plano urbano romano, ortogonal, de 117 manzanas de las que repartió trece de ellas, entre sus leales. El primer lote fue para el Duque de Aliaga que era su contable y el segundo para los dominicos  que fundaron allí su primitivo convento de Santo Domingo. La Casa de Aliaga, la mansión más antigua del continente, fue levantada sobre un santuario inca y junto con el convento está situada en el ángulo N.O. de la Plaza Mayor.


Fuente central de la Plaza Mayor. Al fondo la Municipalidad. Foto Julia GP

 La Plaza de Armas

     
Esta Plaza Mayor, antes llamada de Armas, es el centro de la vida de Lima. Lo fue durante la colonia pues allí se ajusticiaba a los reos. Allí tuvo lugar la primera Corrida de Toros del Nuevo Mundo; y allí se proclamó la Independencia del Perú en el año de 1821.     
  
      El centro está ocupado por una Fuente de cobre que encargó en 1650, el entonces Virrey, el Conde Salvatierra. Desde ella, la panorámica de la plaza es soberbia. En el lado E. la Catedral y unido el Palacio Arzobispal. Enfrente, al O. la Municipalidad (nuestro Ayuntamiento) y el lado N. el Palacio Presidencial. Al margen del valor artístico de estos monumentos, la vista se embelesa con los miradores de valiosas maderas que decoran las fachadas. 

Los Balcones limeños 

      
 Lima es la ciudad de los 500 Miradores (aquí los dicen Balcones) y posiblemente son su  elemento arquitectónico mas representativo. Por ello, ha nacido el Proyecto “Adoptar un Balcón” por el que las empresas, instituciones y particulares  han “adoptado un  balcón”  ( como si fuese una mascota ¡ )  para el que pagan  el análisis de expertos sobre su estado, la recuperación de las maderas y su restauración completa, así como todo el ámbito documental y burocrático. 

Lado Sur de la Plaza Mayor con soportales y miradores. Foto Julia GP
       
Los balcones son para Lima algo emblemático que distingue, con orgullo, a esta ciudad de cualquier otra de América. Muchos de ellos tienen un cierto aire  moruno debido quizás a la influencia morisca llegada desde España. Se citan varios tipos de Balcones:

     El Balcón Cerrado, todo en madera muy decorada; cerrados totalmente con celosías. Permitía reposar y ver sin ser visto; especial para las mujeres.

     El Balcón de Cajón, también de madera pero incorporando cristales por lo que se empezaron a llamar miradores. Importantes en el s. XVIII pues en 1752 se fundó la primera fábrica de vidrio en Lima. A veces eran muy largos con forma de corredor. (Ver jirón Carabaya, junto al Palacio Presidencial).

      El Balcón Abierto, sin celosías ni cristaleras, pero con baranda sostenida por columnas de madera armoniosas y artísticas.
      El Balcón Raso, que no sobresale de la fachada pero tiene baranda ornamentada.  

Se pueden considerar como los principales balcones de la ciudad a los de la Plaza Santo Domingo, el de la Casa del Oidor, el más antiguo de Lima; están también los balcones del Palacio Arzobispal, la Casa de Osambela y  los del Palacio Torre Tagle. Los Balcones de Lima son para Lima y sus ciudadanos un sello emblemático cargado de historia, belleza y orgullo

La Catedral y el Palacio Arzobispal


Interior de la Catedral. Altar Mayor y Sillería del Coro. Foto Jorge Segovia



       

















Trás la fundación de la ciudad se comenzó de inmediato la construcción de la Catedral, si bien el templo quedó destruido por el gran terremoto de 1746. Hubo  que reedificarla; y el edificio actual es una reconstrucción después del seísmo de 1940 que la afectó gravemente. Por eso su interior no es tan suntuoso ni magnífico como pueda serlo el de la catedral  de Cuzco.  De grandes proporciones aunque  más  bien sobrio, ha conservado una magnífica Sillería del Coro, hecha por Pedro Noguera en 1626. Sus 51 asientos de madera de cedro traída de Nicaragua, son de un excelente Barroco Limeño. Las dos Torres  catedralicias son neoclásicas. 

         En la primera capilla  a mano derecha, está enterrado  Pizarro, cuya momia fue  identificada, hace años, como auténtica. Y el sarcófago que la contiene,  exhibe un escudo nobiliario inventado, porque Pizarro no era noble de nacimiento. Varios de sus estrechos correligionarios, están enterrados también allí.

         Adosado a la Seo, el Palacio Arzobispal que tras sufrir por los seísmos fue prácticamente reconstruido en 1924. Su Fachada presenta una imponente ornamentación barroca, donde se acoplan dos formidables Balcones de madera de cedro repujado y con celosías.


 La Municipalidad y el Palacio de Gobierno

 


        Frente a la catedral un elegante edificio en tono amarillo suave con arcadas centrales, es la Municipalidad ó Ayuntamiento. Dos grandes miradores contrastan con la fachada y destacan sobre ella.  El lado S. de la plaza, hace juego en estilo y color con el anterior y da una personalidad absoluta al conjunto, que merece ser contemplado por un tiempo para llevarlo en nuestra retina. Vale la pena  pasearse  morosamente bajo los soportales, con tiendas y cafés peculiares. 

        Finalmente, por el lado N. cerca del río Rimac, se sitúa  el Palacio del Gobierno donde reside el Presidente de la Republica, rodeado de altos muros  de seguridad que privan de su vista cercana. El interior tiene bellos mármoles y maderas y se vuelve fastuoso en la escalera y gran salón  de estilo versallesco.

De la Plaza de Armas a la Plaza San Martín   


Casa modernista en jirón de la Unión. Foto Julia GP
        

Se recomienda tomar el jirón (calle) de la Unión que desciende desde la Plaza de Armas  hasta la Plaza de San Martín. Calle bulliciosa, comercial y peatonal, en ella se puede comprar de todo, comer de todo y encontrarse con las personas más variopintas de la ciudad. Merece la pena disfrutarla sin prisas. Entre ambas plazas, las calles intermedias permiten ver una buena colección de Palacios y casas señoriales, la mayoría de época colonial tardía, con hermosos patios de azulejos sevillanos, portadas ornamentadas y miradores. Por citar algunas, no deben perderse estas:


La Casa de Aliaga, en jirón  de Superunda, de 1535, con patio acristalado y grandes zócalos de azulejos andaluces.
La Casa de Pilatos / Jarava y Esquivel, de 1590, en jirón Ancash con patio en arquería. Es la sede del Tribunal Constitucional

El Palacio de Torre Tagle, quizás el de fachada mas espectacular. Portada en piedra de Panamá y dos extraordinarios balcones de cedro de Nicaragua. Es de 1730 y esta en jirón Ucayali. Hoy es la Cancilleria y no se visita.

Palacio de Torre Tagle. Portada y Miradores.





















Casa Oquendo de Osambela de fin  del siglo XVIII,  único edificio con alturas, cercano a Santo Domingo.
La Casa Riva Agüero propiedad de la Pontificia Universidad Católica, contiene un  Museo de Artes Populares con biblioteca especializada. En jirón Camaná…..La Casa O´Higgins, la Casa Goyeneche, etc.

        Se recomienda pasear sin prisa por este damero urbano  para ir descubriendo los mil y un edificios, templos, palacios, teatros, hoteles y museos que lo forman. 


        La calle de la Unión termina en una hermosa plaza ajardinada, presidida por la estatua  ecuestre del general San Martín, libertador del Perú que fue levantada y emplazada con motivo del primer aniversario de la Independencia en 1921. El espacio es grande y armonioso con cierto aire francés en los edificios. Entre ellos destaca el modernista Gran Hotel Bolívar de 1924. El Club Nacional, exclusivo para socios masculinos ó el Cine Metro que fue el mejor de la ciudad.

Plaza de San Martín. Estatua ecuestre y monumento al Libertador. Foto Julia GP
        

Paseando por las cercanías se entra en la Lima de los pasados siglos XIX y XX.  La Universidad de San Marcos, el Museo de Arte Italiano, el Museo de Arte de Lima ( MALI ), Palacio de Justicia, diversos ministerios y teatros. Esto lo vemos casi de pasada porque nuestro tiempo ha sido para el Casco Histórico, Patrimonio de la Humanidad.

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