Nuestro viaje
El viaje entre Madrid y Lima supone 10horas 30minutos de avión, con la particularidad de que el nuestro transcurre todo de día. Veamos: salimos de Madrid Barajas a última hora de la mañana, a las 12.45 horas y llegamos Lima por la tarde, a las 18,50 horas del mismo día. Como es sabido los desplazamientos hacia el Oeste suponen siempre una ganancia de horas solares (y obviamente sucede lo contrario cuando se viaja hacia el Este). Por otra parte hubo que ajustar el reloj a los husos horarios de la zona de llegada, en nuestro caso concreto de GMT+1 España a GMT-5 Perú.
La Ruta de Vuelo de este viaje pasa por
Canarias, cruza el Trópico de Cáncer y la línea del Ecuador, mientras atraviesa
el Océano Atlántico en dirección S.O. y entra en tierras sudamericanas por la
desembocadura del río Amazonas. Por esta razón, las últimas horas de este viaje
en avión, permiten disfrutar de unas panorámicas lejanas de suelo
verde arbolado, salpicado por los ríos, y sobre todo por los meandros estrangulados debidos al alto caudal
fluvial y el escaso desnivel del terreno. Como he dicho volábamos sobre la Amazonía y las cotidianas
lluvias ecuatoriales producían un mar de nubes cumulares de formas caprichosas
y de gran altura, que eran las protagonistas del paisaje aéreo desde nuestra
ventanilla.
La llegada a Lima
Con el cansancio habitual, tras el
largo viaje y el desfase horario, la
llegada al hotel se nos hizo larga. Unas dos horas más tarde de nuestro
aterrizaje, arribamos a los hoteles, quedando distribuido el grupo entre dos
cadenas: la Casa Andina Private
Collection y el Hotel Estelar, ambos en el barrio limeño de Miraflores. Fuimos
recibidos con el aperitivo nacional, un
cálido “Pisco Sour” de bienvenida, bebida de la que hablaremos más adelante.
Nuestro alojamiento en el Hotel Estelar
era muy bueno y desde la habitación en la rotonda del piso 21, la vista
amplísima permitía dominar buena parte de Miraflores con la línea de costa y el mar de fondo. El
piso 22 era el restaurante, cuya carta
era abundante en verduras y en pescados. No se debe olvidar que
Perú es una potencia pesquera en el
mundo y que en la afamada cocina
peruana uno de sus platos estelares es el
Ceviche de pescado.
Desde el aeropuerto internacional Jorge
Chávez, situado muy cerca del puerto de El Callao, hasta llegar a la capital
hay que cruzar el denominado Cercado de Lima, formado por diversos barrios
situados al norte,; y en parte se desciende hacia el
sur por la carretera de la Costanera a
lo largo del perímetro de la costa.
Miraflores
Apenas se asocia a Lima con el mar. Sabemos que su puerto de El Callao está a pocos kms. de ella, pero lo cierto es que Lima también se asoma al mar aunque apenas lo toca. Solo lo contempla desde lo alto de sus airosos acantilados que en realidad lo separan del Océano Pacífico, como auténticos malecones naturales. A sus pies una línea costera de playas de diversa factura y al parecer de poco uso, y sobre ellos los edificios mas caros de Lima. Los bloques de apartamentos de Miraflores, en primera línea de costa, rondan los 250.000 dólares por 200 metros cuadrados; más al interior son más asequibles, pero solo un 15 % menos.
El Casco Histórico de Lima se encuentra en la zona urbana central y hacia el sur, junto a la costa, se establecen los Barrios más elegantes y residenciales: Miraflores, el paraíso de los hoteles, restaurantes, clubs y tiendas de marca; San Isidro, zona financiera de embajadas y lujosas residencias; y Barranco, el más meridional y el más bohemio, al que se accede por un barranco consolidado en los acantilados y que da nombre a este barrio.
Moverse en Lima
En Lima los cafés abren a las 6 de la
mañana; las oficinas de 8 a
9; y las tiendas de 9 a
10. Por esta razón, el tráfico entre las 8 y 9,30 es demencial, aunque durante el día baje un
poquito pero no mucho. Ocurre que por ser esta una zona altamente sísmica, se
ha desistido de construir un Metro y todo el transporte se hace por superficie.
Al margen de los cientos de coches y de los taxis de colores (se recomienda, por
seguridad, tomar únicamente los amarillos) el trasporte público se realiza exclusivamente por autobús. La existencia de
un carril-bus-Express de doble dirección, con pequeñas aunque frecuentes paradas, permite llegar
relativamente rápido hasta el Casco Histórico. Los autocares turísticos se
saben cientos de atajos que hacen las visitas mas rápidas.
Las conexiones con la periferia, en cambio, se
realizan por compañías privadas de
minibuses, cuyas líneas salen a licitación anual y que, según parece, acaban
siempre en las mismas manos. Así, varias líneas de distintos propietarios compiten ávidamente por trasladar
a los pasajeros en espera, hacia los mismos destinos; para captar a los
usuarios, un “vocero” que anuncia los diferentes barrios, se asoma en cada
parada para atraer una mayor cantidad de clientes. Es todo un espectáculo ver
la competición permanente de los ruidosos, coloridos, humeantes y obsoletos microbuses,
pero, sobre todo, de sus estentóreos voceros.
Ante estas perspectivas, tomamos un taxi amarillo cuyo conductor más parecía, por vestimenta y modales, un alto ejecutivo que un taxista al uso. Además resultó ser también ameno y cordial; en la hora de reloj que tardamos en recorrer los escasos diez kilómetros que separaban nuestro hotel en Miraflores del centro histórico de Lima, la Plaza de Armas, nos relató toda la historia, obras y milagros de los presidentes y políticos del Perú actual; con un conocimiento que fue toda una lección de historia contemporánea. Fue tan interesante que, tras pagar la carrera previamente estipulada, le pedimos su e-mail para mantener contacto futuro.
¡ Ya estábamos en Lima ¡ Bautizada
inicialmente como Ciudad de los Reyes y
de las Tres Coronas, la ciudad fue fundada por Francisco Pizarro en el año de 1535, sobre
la base de tres puntos fundamentales para él. Un puerto natural próximo (El Callao); un río
para abastecerse de agua (el Rimac que
acabó, por corrupción lingüística, dando
nombre a la ciudad) y una zona acantilada relativamente alejada, que la defendiera de los ataques por mar.
Lima, capital del Imperio Español en Sudamérica
Lima, fue la capital del Imperio Español en Sudamérica durante casi dos siglos; la ciudad con cuatro santos: santa Rosa de Lima, san Martín de Porres (más conocido como Fray Escoba), san Francisco Solano y san Juan Masías; ciudad con 500 balcones de estilo colonial; con 240 zonas arqueológicas; con 53 iglesias coloniales y 50 museos de toda índole e interés. Lima una ciudad llena de vida, contrastes y colores. Llena de riquezas artísticas y humanas. Lima constituye por sí misma un destino turístico fascinante y es la entrada a un país polifacético y cautivador que atrapa al viajero y le “obliga” a regresar. Lima, la única capital de Latinoamérica que se asoma a un océano por lo que, también se la conoce como la Perla del Pacífico.
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