lunes, 11 de febrero de 2013

El Lago Titicaca




Este lago, situado entre Perú y Bolivia, se encuentra a 3.812 metros de altitud y alcanza una profundidad máxima de 467 metros. Es la masa acuática navegable más alta del mundo y es utilizado por diversas embarcaciones, algunas de línea regular. Se dice que muchas  cruzan a diario el lago en una y otra dirección con vituallas y mercaderías que más recuerdan el contrabando que a una actividad comercial reglada. Pero de día solamente las “totoras” peruanas y los barcos de paseos turísticos  se avistan navegando por sus aguas. Tres guardacostas patrullan para salvaguardar la soberanía de la orilla peruana  del lago.

El lago tiene 8.300 kms cuadrados y una longitud de 190 kms, y  esta poblado  en diversas islas como la Isla del Sol, Taquile, Amantaní, Isla de la Luna, Suriqui y Uros.Este lago tenía hace un siglo mucha mayor extensión que la actual; de hecho hay lugares situados a 10 kms de la costa  que, en tiempos estaban ubicados junto a la orilla.  Los Incas   creían que este lago era “el ombligo del mundo” y pensaban que Viracocha, el dios del sol, había nacido de sus profundidades. El sol es aquí especialmente fuerte, la luminosidad, el brillo  y el color azul hondo del lago, rotundos.



En la zona oeste del lago – frente a Puno - hay un autentico poblado de islas de totora, habitadas por los UROS / URUS con una distribución de familias y de servicios comunitarios realmente admirable.

¿Que es una totora? pues una planta acuática, como una especie de junco, que puede alcanzar una altura de hasta cuatro metros por encima del agua y cuyas raíces le dan  anclaje en el suelo fangoso. Por eso las islas de totora se mecen, se mueven, pero no se desplazan. Unas 8 ó 10 familias viven en cada una de las casi  60 islas flotantes, construidas con totoras El mantenimiento de sus costumbres ancestrales no quita para que algunas de las islas dispongan de paneles solares para abastecerse de energía ya que el material de las mismas es altamente combustible. También tienen una isla con su escuela, su centro de salud y, cómo no, su iglesia en otra isla. Los cerdos, cuys y aves de corral se crían en otra isla especial.

Los hombres son hábiles constructores de islas y de balsas, así como de su mantenimiento. Las mujeres son primorosas tejedoras y amas de casa. Los Uros ya habitaban allí a la llegada de los españoles. El siglo XXI los ha puesto en la ruta turística y se han convertido en punto obligado de visita para quienes visitan Puno.  Anclados en el tiempo para algunas cosas y asimilados a los tiempos que corren para otras, este pueblo hospitalario y amable no deja de sorprendernos

Balsa de "totora" con sobrepiso

Mantienen la tradición de la pesca artesanal, especialmente de especies como el carachi, el pejerrey y la enorme trucha arco iris que a veces llega a tener 60 cmts de longitud.; y cuando la pesca es abundante, conservan sus capturas desecándolas al sol. Además se alimentan de patatas, yuca, oca y quinua,  que cultivan sobre tierra traída de las orillas del algo y extendida sobre el suelo de totora. También se dedican a la caza de aves silvestres y a la recolección de huevos de pato. 

Su vestimenta los distingue fácilmente. Los hombres llevan unos gorros cónicos  de lana provistos de orejeras y las mujeres unos sombreros hongos  redondos de lana que – según dicen – es herencia de la indumentaria colonial española. Las faldas femeninas son de cuatro capas, en colores vivos y con una greca en el borde.  Todo ello es pura artesanía familiar.



Hace un año, acaban de organizar la “Asociación de Turismo Vivencial” del    Turismo Rural Comunitario, Isla de los Uros. Su portavoz  en este caso era Doña Cristina Suaña,  ganadora del primer premio en la categoría individual del Concurso Nacional de Innovación y Buenas Prácticas en Turismo Rural Comunitario que organizó el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú. Cristina, que es una mujer a la que es una delicia escuchar  por el cariño y la ilusión con la que habla de sus cosas y su hija Maribel,  que es la experta familiar en informática,  son dos habitantes del Lago Titicaca, de la etnia de los Uros que han creado un turismo rural único en el mundo: el  Turismo Rural de 5 Esteras


Cristina Suaña y su hija Maribel, pioneras del turismo vivencial en Uros Q´hantati
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 La familia de Cristina ha convertido su isla en un Hotel de 5 Esteras. No le falta de nada. Su pequeño embarcadero, su reducido jardín, su caminito hasta el centro del islote,  concebidocomo “la  plaza”, alrededor de la cual se ubican el comedor y el salón de estar. Todo decorado con telas de producción propia y vivos colores. A un lado están las casitas – dormitorio  con grandes camas bajas y baldaquino de telas. Los “baños” están apartados – en una orilla de la isla -  y son ecológicos.Junto a la  plaza está también la cocina; la hoguera se enciende sobre una gran plancha de piedra. 

Encontramos a una huésped holandesa con la que estuvimos intercambiando impresiones. Estaba encantada con esta experiencia que decía era única en el mundo. Según nos dijo Cristina Suaña, el boca-oreja funcionaba muy bien y cada huésped envía  nuevos clientes. Los más asiduos son los holandeses y los suizos. El Hotel tiene una capacidad de 6 habitaciones y servicio de barca-totora permanente que comunica las islas con Puno en unos 15 minutos .  Hicimos algunas compras porque la artesanía, sobretodo de telas, tapices y pequeñas alfombras era muy vistosa y algo naif.

El marido de Cristina nos llevó en su totora – de dos pisos - hasta la isla-Escuela donde los niños nos recibieron cantando. Se les notaba felices y creativos. Todos nos enseñaban sus dibujos para poder “venderlos “. Tienen una buena costumbre: nunca piden ni reciben dinero si no es a cambio de algo que han elaborado. Cierto es que vendieron todos sus dibujos y se sentían satisfechos de sus ventas.  ¡Abajo podéis ver mi compra ¡  

Dibujo hecho por Daniel Lujano Tijana, de 6 años.
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A nuestro paso salían a saludarnos desde cada una de las islas. Y se les veia orgullosos mostrarnos sus islotes,  sus familias y   sus totoras.

Regresamos al hotel en cuyo jardín estaba el embarcadero. Era hora de comer y de descansar porque la altura hacia ya sus efectos en nuestro organismo. Por la tarde había una excursión a  SILLUSTANI – a 34 kms al interior - lugar famoso por las torres funerarias circulares, denominadas chulpas que pueden alcanzar hasta 12 metros de altura. En su interior se guardaban los cuerpos momificados  y colocados en posición fetal.
  
Ancianos de la Isla Taquile
La otra excursión era a TAQUILE – a 45 kms de navegación lago adentro -  una pequeña isla  donde viven 350 familias de habla quechua. Lo mas curioso es que desde el muelle hasta el pueblo hay que subir (y bajar) 545 escaleras. Todos los pesos se transportan  a mano pues en esa isla no hay coches, ni llamas.  La vestimenta de sus habitantes es un tanto curiosa: lo hombres solteros llevan capas rojas y blancas; los casados solo rojas. Las mujeres casadas llevan borlas rojas en sus faldas superpuestas de paño y las solteras las llevan de varios colores. 

Nos habían recomendado la visita de JULI a tan solo 80 kms hacia el sur de Puno. Pero fue imposible porque se tardaba bastante en llegar y ya tarde,  el regreso se hacia de noche. Juli es conocida por  sus 4 iglesias que – comenzadas por los dominicos- fueron terminadas por los jesuitas cuando estos se instalaron en la ciudad y la hicieron sede de su colegio de misiones. San Juan de Letrán, Santa Maria la Mayor (la Asunción), Santa Cruz de Jerusalén y San Pedro Mártir  han conseguido para Juli el sobrenombre de   “la pequeña Roma" de América.

Interior de la Iglesia de San Pedro Mártir. Catedral de Juli.


Aquella tarde fuimos hasta PUNO (San Carlos de Puno) en un taxi pedido al hotel. Es una pequeña ciudad de origen minero, auténtica capital de la zona peruana del lago. En la plaza central, Plaza a Armas, se levanta la catedral dedicada a la Mamita Candelaria, que merece una visita. Es interesante así mismo el Museo de Carlos Dreyer, un artista y coleccionista alemán que vivió en la región durante más de cincuenta años, donde se expone una excelente muestra de arte prehispánico y colonial, así como piezas de oro encontradas en una chulpa de Sillustani. Puno es la capital folclórica de Perú en razón a la mezcla de la cultura aymará del sur con la quechua del norte,  más la cultura española colonial. Se dice que existen más de 300 bailes y su mejor fiesta es la Candelaria, en febrero, que dura 18 días durante los cuales se baila con llamativos y vistosos trajes, hay desfiles y  procesiónes en honor de la Virgen.

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Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, en Puno


Un honrado taxista.- Como anécdota debo contar que aquella tarde, en Puno,  perdí el monedero.  Puse la denuncia en la Policía, con la convicción absoluta  de no volverlo a ver. Al regresar al hotel cual no sería nuestra sorpresa cuando el recepcionista, sonriente,  nos entregó la cartera. El  taxista, al encontrarlo en el suelo de su vehículo, lo había llevado personalmente al hotel donde horas antes nos había recogido.  No pude agradecérselo personalmente y darle una buena propina como me hubiera gustado. Conste aquí este detalle de honradez de un taxista anónimo.

Tras una agradable cena con todo el grupo, y un pequeño paseo por el jardín del hotel , bajo la noche alta y clara de Puno, nos despedimos del lago Titicaca. Al día siguiente nos aguardaba una apasionante aventura: partíamos hacia el Cañón del Colca, paisaje estremecedor y morada del mítico CONDOR. 

Texto: Julia Gómez Prieto
Fotos: Jorge Segovia, Julia Gómez Prieto y Wikipedia


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