Este lago, situado entre Perú y Bolivia, se encuentra a 3.812 metros de altitud y alcanza una profundidad máxima de 467 metros. Es la masa acuática navegable más alta del mundo y es utilizado por diversas embarcaciones, algunas de línea regular. Se dice que muchas cruzan a diario el lago en una y otra dirección con vituallas y mercaderías que más recuerdan el contrabando que a una actividad comercial reglada. Pero de día solamente las “totoras” peruanas y los barcos de paseos turísticos se avistan navegando por sus aguas. Tres guardacostas patrullan para salvaguardar la soberanía de la orilla peruana del lago.
El lago tiene 8.300
kms cuadrados y una longitud de 190
kms, y esta poblado en diversas islas como la Isla del Sol, Taquile, Amantaní, Isla de la Luna, Suriqui y Uros.Este lago tenía hace un siglo
mucha mayor extensión que la actual; de hecho hay lugares situados a 10 kms de la costa
que, en tiempos estaban ubicados junto a la orilla. Los Incas creían que
este lago era “el ombligo del mundo”
y pensaban que Viracocha, el dios del sol, había nacido de sus profundidades. El sol es aquí especialmente fuerte, la luminosidad, el brillo y el color azul hondo del lago, rotundos.
En la zona oeste del lago – frente a Puno - hay
un autentico poblado de islas de totora, habitadas por los UROS /
URUS con una distribución de familias y de servicios comunitarios realmente admirable.
¿Que es una totora? pues una planta acuática, como una especie
de junco, que puede alcanzar una altura de hasta cuatro metros por encima del
agua y cuyas raíces le dan anclaje en el
suelo fangoso. Por eso las islas de totora se mecen, se mueven, pero no se
desplazan. Unas 8 ó 10 familias viven en cada una de las casi 60 islas flotantes, construidas con totoras
El mantenimiento de sus costumbres ancestrales no quita para que algunas de las
islas dispongan de paneles solares para abastecerse de energía ya que el
material de las mismas es altamente combustible. También tienen una isla con su
escuela, su centro de salud y, cómo no, su iglesia en otra isla. Los cerdos,
cuys y aves de corral se crían en otra isla especial.
Los hombres son hábiles constructores de islas y
de balsas, así como de su mantenimiento. Las mujeres son primorosas tejedoras y
amas de casa. Los Uros ya habitaban allí a la llegada de los españoles. El
siglo XXI los ha puesto en la ruta turística y se han convertido en punto
obligado de visita para quienes visitan Puno. Anclados en el tiempo para
algunas cosas y asimilados a los tiempos que corren para otras, este pueblo
hospitalario y amable no deja de sorprendernos
Balsa de "totora" con sobrepiso |
Mantienen la tradición
de la pesca artesanal, especialmente de especies como el carachi, el pejerrey y
la enorme trucha arco iris que a veces llega a tener 60 cmts de longitud.; y cuando
la pesca es abundante, conservan sus capturas desecándolas al sol. Además se
alimentan de patatas, yuca, oca y quinua, que cultivan
sobre tierra traída de las orillas del algo y extendida sobre el suelo de
totora. También se dedican a la caza de aves silvestres y a la recolección de
huevos de pato.
Su vestimenta los distingue fácilmente. Los
hombres llevan unos gorros cónicos de
lana provistos de orejeras y las mujeres unos sombreros hongos redondos de lana que – según dicen – es
herencia de la indumentaria colonial española. Las faldas femeninas son de
cuatro capas, en colores vivos y con una greca en el borde. Todo ello es pura artesanía familiar.
Hace un año, acaban de organizar la “Asociación de Turismo Vivencial” del Turismo
Rural Comunitario, Isla de los Uros. Su portavoz en este caso era Doña Cristina Suaña, ganadora del primer premio en la categoría
individual del Concurso Nacional de Innovación y Buenas Prácticas en Turismo
Rural Comunitario que organizó el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de
Perú. Cristina, que es una mujer a la que es una delicia escuchar por el cariño y la ilusión con la que habla de sus cosas y
su hija Maribel, que es la experta
familiar en informática, son dos
habitantes del Lago Titicaca, de la etnia de los Uros que han creado un turismo
rural único en el mundo: el Turismo Rural de 5 Esteras
Cristina Suaña y su hija Maribel, pioneras del turismo vivencial en Uros Q´hantati |
.
La familia de Cristina ha convertido su isla en un Hotel de
5 Esteras. No le falta de nada. Su pequeño embarcadero, su reducido jardín, su
caminito hasta el centro del islote, concebidocomo “la plaza”, alrededor de la cual se ubican el comedor y el salón de
estar. Todo decorado con telas de producción propia y vivos colores. A un lado
están las casitas – dormitorio con
grandes camas bajas y baldaquino de telas. Los “baños” están apartados – en una
orilla de la isla - y son
ecológicos.Junto a la plaza está también la cocina; la hoguera
se enciende sobre una gran plancha de piedra.
Encontramos a una huésped holandesa con la que estuvimos intercambiando impresiones. Estaba encantada con esta experiencia que decía era única en el mundo. Según nos dijo Cristina Suaña, el boca-oreja funcionaba muy bien y cada huésped envía nuevos clientes. Los más asiduos son los holandeses y los suizos. El Hotel tiene una capacidad de 6 habitaciones y servicio de barca-totora permanente que comunica las islas con Puno en unos 15 minutos . Hicimos algunas compras porque la artesanía, sobretodo de telas, tapices y pequeñas alfombras era muy vistosa y algo naif.
Encontramos a una huésped holandesa con la que estuvimos intercambiando impresiones. Estaba encantada con esta experiencia que decía era única en el mundo. Según nos dijo Cristina Suaña, el boca-oreja funcionaba muy bien y cada huésped envía nuevos clientes. Los más asiduos son los holandeses y los suizos. El Hotel tiene una capacidad de 6 habitaciones y servicio de barca-totora permanente que comunica las islas con Puno en unos 15 minutos . Hicimos algunas compras porque la artesanía, sobretodo de telas, tapices y pequeñas alfombras era muy vistosa y algo naif.
El marido de Cristina nos llevó en su totora – de dos pisos
- hasta la isla-Escuela donde los niños nos recibieron cantando. Se les notaba
felices y creativos. Todos nos enseñaban sus dibujos para poder “venderlos “.
Tienen una buena costumbre: nunca piden ni reciben dinero si no es a cambio de
algo que han elaborado. Cierto es que vendieron todos sus dibujos y se sentían
satisfechos de sus ventas. ¡Abajo podéis
ver mi compra ¡
Dibujo hecho por Daniel Lujano Tijana, de 6 años. |
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A nuestro paso salían a saludarnos desde cada una de las
islas. Y se les veia orgullosos mostrarnos sus islotes, sus familias y
sus totoras.
Regresamos al hotel en cuyo jardín estaba el embarcadero.
Era hora de comer y de descansar porque la altura hacia ya sus efectos en nuestro organismo. Por la
tarde había una excursión a SILLUSTANI –
a 34 kms al interior - lugar famoso por las torres funerarias circulares,
denominadas chulpas que pueden
alcanzar hasta 12 metros
de altura. En su interior se guardaban los cuerpos momificados y colocados en posición fetal.
Ancianos de la Isla Taquile |
La otra excursión era a TAQUILE – a 45 kms de navegación lago
adentro - una pequeña isla donde viven
350 familias de habla quechua. Lo mas curioso es que desde el muelle hasta el pueblo
hay que subir (y bajar) 545 escaleras. Todos los pesos se transportan a mano pues en esa isla no hay coches, ni
llamas. La vestimenta de sus habitantes
es un tanto curiosa: lo hombres solteros llevan capas rojas y blancas; los
casados solo rojas. Las mujeres casadas llevan borlas rojas en sus faldas
superpuestas de paño y las solteras las llevan de varios colores.
Nos habían recomendado la visita de JULI a tan solo 80 kms
hacia el sur de Puno. Pero fue imposible porque se tardaba bastante en llegar y
ya tarde, el regreso se hacia de noche. Juli es conocida por sus 4 iglesias que – comenzadas por los
dominicos- fueron terminadas por los jesuitas cuando estos se instalaron en la
ciudad y la hicieron sede de su colegio de misiones. San Juan de Letrán, Santa
Maria la Mayor (la Asunción), Santa Cruz de Jerusalén y San Pedro Mártir han conseguido para Juli el sobrenombre de “la pequeña Roma" de América.
Interior de la Iglesia de San Pedro Mártir. Catedral de Juli. |
Aquella tarde fuimos hasta PUNO (San Carlos de Puno) en un
taxi pedido al hotel. Es una pequeña ciudad de origen minero, auténtica capital de la zona peruana del lago. En la plaza central, Plaza a Armas, se levanta la catedral
dedicada a la Mamita
Candelaria, que merece una visita. Es interesante así mismo el Museo de Carlos Dreyer, un artista y coleccionista
alemán que vivió en la región durante más de cincuenta años, donde se expone una excelente muestra de arte prehispánico y colonial, así como piezas de oro
encontradas en una chulpa de Sillustani.
Puno es la capital folclórica de Perú en razón a la mezcla de la cultura aymará
del sur con la quechua del norte, más
la cultura española colonial. Se dice que existen más de 300 bailes y su mejor
fiesta es la Candelaria, en febrero, que dura 18 días durante los cuales se
baila con llamativos y vistosos trajes, hay desfiles y procesiónes en honor de la
Virgen.
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Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, en Puno |
Un honrado taxista.- Como anécdota debo contar que aquella tarde, en Puno, perdí el
monedero. Puse la denuncia en la
Policía, con la convicción absoluta de no volverlo a
ver. Al regresar al hotel cual no sería nuestra sorpresa cuando el recepcionista, sonriente, nos entregó la cartera. El taxista, al encontrarlo en
el suelo de su vehículo, lo había llevado personalmente al hotel donde horas antes nos había recogido. No pude
agradecérselo personalmente y darle una buena propina como me hubiera
gustado. Conste aquí este detalle de honradez de un taxista anónimo.
Tras una agradable cena con todo el grupo, y un pequeño paseo por el jardín del hotel , bajo la noche alta y clara de Puno, nos despedimos del lago Titicaca. Al día siguiente nos aguardaba una apasionante aventura: partíamos hacia el Cañón del Colca, paisaje estremecedor y morada del mítico CONDOR.
Texto: Julia Gómez Prieto
Fotos: Jorge Segovia, Julia Gómez Prieto y Wikipedia
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