Unos
días en Málaga, en pleno mes de Agosto, constituyen siempre un buen aliciente, a pesar de “la calor” estival andaluza. Hacía años que no pisaba tierras malagueñas; mejor dicho en Mayo de 2012 asistí durante cuatro días al Congreso de
Mujeres Universitarias en Marbella. Pero entonces no pude visitar la capital. Así que aún
conservaba la imagen de la ciudad de hace dos décadas. Y, agradable sorpresa, mucho
ha cambiado esa urbe andaluza y desde luego para bien.
Aparte
de los encantos clásicos de Málaga, tres novedades han llamado especialmente mi
atención en la
actualidad. La peatonalización del Casco Antiguo; el nuevo
Paseo Marítimo (llamado Antonio Banderas) en una vetusta y abandonada zona de
industrias; y sobre todo, los nuevos Museos, de los que quiero comentar mis impresiones.
Para
una primera toma de contacto y visión general de la ciudad, nos decidimos a
tomar el Bus Turístico, que nos pareció un producto de calidad. Cuenta con 16
paradas y explicaciones en audio en 8 idiomas Sube hasta la colina y el castillo de
Gibralfaro, que no es de fácil acceso; y además ofrece como complemento al
recorrido en bus, un obsequio francamente bueno: un paseo guiado por el casco
histórico peatonalizado.
Desde
el Castillo la panorámica sobre Málaga
es magnífica, (dos estrellas en la Guía
Michelin Verde). Hacia el Este la zona residencial del Paseo Reding, la Caleta y la playa de la Malagueta con su paseo marítimo
adornado de palmeras. Hacia el Oeste, la Alcazaba, y a sus pies el Casco
Histórico donde destaca sobre todo la Catedral Y uniendo ambas zonas, el precioso
Paseo del Parque, con sus maravillosos jardines, el puerto y la mar Mediterránea.
Málaga fue fundada por los Fenicios (Colonia Malaka) que ubicaron aquí su puerto comercial de salazones, de púrpura, etc. Y crearon la Ceca de moneda, así como la muralla del castillo y el faro (Gibralfaro) . Tras los fenicios y cartagineses, pasó a manos de los romanos, que le concedieron título de municipio.
Málaga fue fundada por los Fenicios (Colonia Malaka) que ubicaron aquí su puerto comercial de salazones, de púrpura, etc. Y crearon la Ceca de moneda, así como la muralla del castillo y el faro (Gibralfaro) . Tras los fenicios y cartagineses, pasó a manos de los romanos, que le concedieron título de municipio.
Alegoría del Cenachero en el "chiringuito" Los Gutierrez |
Recuerdo
de la pesca artesanal de bajura, en 1968 se erigió el monumento al Cenachero, en la Plaza de la
Marina, en el puerto de la ciudad. Esta personaje popular, era el pescador y
vendedor que pregonaba su pescado por la calle, mientras movía al compás sus
cenachos o cestas de esparto donde transportaba la mercancía. Esa costumbre ya se perdió, pero el cenachero ha quedado como un símbolo de la ciudad.
Muy cerca de aquí encontramos el monumento a Hans Christian Andersen (1805-1875). En su "Viaje por España 1862" escribe:
"En ninguna otra ciudad española he llegado a sentirme tan dichoso y tan a gusto como en Málaga".
Este texto aparece en la placa junto al monumento al escritor danés inaugurado el 14 de Junio de 2005.
Muy cerca de aquí encontramos el monumento a Hans Christian Andersen (1805-1875). En su "Viaje por España 1862" escribe:
"En ninguna otra ciudad española he llegado a sentirme tan dichoso y tan a gusto como en Málaga".
Este texto aparece en la placa junto al monumento al escritor danés inaugurado el 14 de Junio de 2005.
De Gibralfaro a la Alcazaba
Desde
Gibralfaro se puede descender hacia la Alcazaba. . Con estas dos fortalezas
Málaga fue siempre una de las ciudades mejor defendidas del Al-Andalus. Ambas
están unidas por un camino no siempre fácil pero que merece la pena recorrer.
Un ascensor, junto al Palacio de la Aduana, facilita la subida desde el centro
a la Alcazaba, guardada por dos líneas de murallas; la exterior es la Coracha,
que hacía este recinto casi invulnerable. Hacia el interior, distintas puertas
con grandes arcos jalonan el camino de ascenso. Tras el Arco del Cristo
penetramos en unos jardines árabes, con
senderos llenos de buganvillas, jazmines y madreselvas. Un paraíso de olores,
que se incrementan al atardecer, tras la solana que las flores han acumulado
durante el día. Hay unas salas de exposiciones - con alma de museo- en lo que
llaman el palacio nazarí. Tiene dos patios con decoración de filigranas y una
sala de magnífico artesonado. Todo en estilo nazaríta o granadino. Desde aquí
podemos acceder al Castillo de
Gibralfaro.
Alcazaba y Castillo. Foto Wikipedia |
Cabe
recordar que Málaga fue el principal puerto del Reino de Granada, sobre todo en
los siglos XIV y XV. En 1487 los Reyes Católicos conquistan Málaga y en 1492 claudica
Granada, cerrándose así el largo período
de la Reconquista que había comenzado en Asturias, en Covadonga, en el año 722.
Con
el bus turístico descendemos al Casco Histórico. La visita en estas fechas no
fue fácil porque la ciudad celebraba su Feria de Agosto y las calles eran un hormiguero
de gente, terrazas y música. Cristina,
la guía del bus, nos hizo un ameno recorrido por los alrededores de la
Catedral.
La Catedral
" La Manquita",
así llaman
cariñosamente los malagueños a su Templo Mayor . ¿Por qué ? Porque le falta una de las dos torres
previstas, que no pudo terminarse. ¿ Y por qué? Porque los fondos destinados a
tal efecto, fueron utilizados para una obra pública más prosaica: reparar el viejo
camino de Antequera.
Con
la conquista de la ciudad en 1487, se levanta una primera catedral, sobre la
antigua mezquita árabe. De ese primer templo solo queda la pequeña Capilla del Rosario. Porque en 1525
se decide construir una gran catedral,
que es el soberbio edificio renacentista
que hoy podemos admirar y que nunca se
acabó del todo. Su fachada es suntuosa,
con dos alturas y tres cuerpos, donde abundan los medallones y las columnas
corintias, al igual que en todo el ábside.
Torre y ábside de la Catedral desde la calle Císter |
El
interior es de tres naves – muy ancha la central –, con un hermoso Coro, cuyos
sitiales y esculturas talladas en madera, son obra de Pedro de Mena, maestro
granadino de la imaginería andaluza, de
mediados del siglo XVII. Muy buena es también la Capilla Mayor, varias laterales y los dos Órganos barrocos. Fuera
de los horarios de culto, la visita es de pago; pero merece la pena acceder porque
el interior es un auténtico museo.
Frente
a la fachada principal se abre la Plaza del Obispo. Es una plazuela
recoleta, con su fuente monumental en el centro, que antes fuera el atrio catedralicio y hoy
se halla ocupada por las terrazas de dos mesones cercanos. Llama la atención la
elegante fachada del Palacio Episcopal, del siglo XVIII, de tres cuerpos y hermosa
portada; y en su interior un amplio
patio que alberga exposiciones interesantes.
Palacio Episcopal. Foto Wikipedia |
Entramos
por la Calle del Cister donde se encuentra el palacio de Zea Salvatierra, del siglo XVII, y bella
portada con escudo. En tiempos sirvió como ayuntamiento de la ciudad y fue
asaltado en la Revolución de 1868. Mas tarde fue sede de Correos y hoy, ya
restaurado, es residencia particular. Frente
a él, luce el ábside de la catedral,
resguardado por un recoleto jardín animado de acequias y fuentes. Siguiendo por esa misma calle, un poco mas
adelante a la derecha, nos encontramos otra grata sorpresa: el Museo Revello de Toro.
El Museo Revello de Toro
Este
afamado retratista y pintor figurativo, Félix Revello de Toro (Málaga 1926), ha
cedido a su ciudad natal 142 obras, de las cuales 104 se exponen al público en
la colección permanente del museo. Si esta donación, en el año 2005, fue importante, no lo fue menos la
restauración y puesta en valor, en 2006, del edificio que alberga la colección.
Se trata de la Casa-Taller del imaginero Pedro de Mena ( 1628- 1688 ), uno de
los pocos inmuebles domésticos que de
aquella época – siglo XVII – se conservan en la ciudad. La casa-museo,
que antes fue casa de vecindad, está en
la calle de los Afligidos, vía sin salida – aunque la tuvo en otros tiempos –,
situada justo detrás de la catedral y que llama la atención de cuantos
viandantes pasan por la calle del Cister hacia la Plaza de la Aduana.
Acceso al Museo con la escultura de Pedro de Mena |
Al
patio interior, con aires de época, se asoman las salas donde se exhiben los
retratos que Revello hizo de su primera
mujer Chini y de su hija Carmen. Grandes
cuadros que reflejan un ambiente de intimidad con la sinfonía de sus famosos tonos
blancos. Son numerosos los dibujos y bocetos que se exponen en las salas
adyacentes. Una exposición temporal mostraba antiguos carteles de la feria
malagueña, del que reproducimos uno del año 1988, con su modelo favorita como
motivo figurativo.
Tomando
la calle Pedro
de Toledo, justamente frente al Museo Revello, llegaremos a la parte posterior
del Museo Picasso. La salida de este
museo da a un recoleto rincón, en el Postigo de San Agustín, donde se alza un gran
árbol de varios troncos, que proporciona
una agradable sombra en los días calurosos del estío malagueño.
Desde
esta plazuela se sale directamente, a través de un estrechísimo callejón
empedrado, a las ruinas del Teatro
Romano. Es curiosa la explicación del porqué de esa estrechez y del adoquinado con cantos puntiagudos de la
callejuela. Veamos :
Por una calle estrecha
no entra el sol, así hace menos calor.
Con inundaciones casi no
entra agua por ella.
Los enemigos solo entran
de uno en uno y así se les repele mejor.
Con el suelo empedrado
se baldea agua y se refresca mejor el ambiente.
El Teatro Romano
El
Teatro se construyó entre los siglos I
a. de C. y III d. de C.. Fue excavado y restaurado entre 1960 y 1995.
Junto
al Teatro se encontraban los almacenes de “garum” , la famosa pasta gelatinosa que se hacía con las pieles,
tripas y cabezas de pescado, más aceite y sal, y se dejaba en maceración unos
días. A pesar de su olor apestoso, era considerada un manjar exquisito entre
los romanos, y se exportaba a todas los rincones del Imperio. Precisamente el garum más famoso era el de Málaga por el
tipo de pescaditos que lo componían.
Sobre
una parte, la más alta, del antiguo teatro romano se construyó un fragmento de la
Alcazaba, fortificación palaciega de época musulmana, y el resto del anfiteatro quedó sepultado bajo la tierra.
Por
encima de las ruinas del Teatro podemos observar la
Coracha o primera muralla y la segunda ó castillo; era por tanto una doble defensa. Esto ayudó
mucho durante la invasión francesa de 1808.
En
el centro de la vecina Plaza de la Merced se levanta un obelisco neoclásico,
con 49 coronas de laurel, erigido en honor de Torrijos y sus compañeros
fusilados en Málaga, tras el
levantamiento liberal de 1831 contra el monarca absoluto Fernando VII.
Precisamente
en esta misma plaza se halla la casa natal de Picasso, actual sede de la
Fundación Picasso Museo Casa Natal. Y muy cerca de allí, en la calle Granada, la iglesia de Santiago donde fue bautizado
el pintor, el 10 de noviembre de 1881. El
templo cuenta con elementos mudéjares, arcos conopiales y estrellas de 8 puntas.
La torre, que pudo ser un antiguo minarete árabe, es de ladrillo visto y tiene remate
de veleta.
El Museo Picasso
Aquí
terminó Cristina, nuestra guía, su ruta a pie y nosotros continuamos por la calle San Agustín
hacia el Museo Picasso, que ocupa el restaurado Palacio de los Condes de
Bellavista. Todo gira alrededor del
hermoso patio central y se puede ver una evolución del artista a través de la
donación que Paul, Christine y Bernard
Ruiz Picasso hicieron de 233 obras del artista.
Había también una magnifica exposición de Carteles europeos del período
1888-1938.
Por
la calle Santa María
llegamos a la Plaza de la Constitución,
epicentro de la Feria, donde el ruido era ensordecedor. Allí estaban las
casetas de las emisoras de radio emitiendo a todo volumen. Desde aquí entramos
en la calle de la Compañía y poco después de la iglesia del Cristo de la Salud,
aparece el Museo Carmen Thyssen.
El Museo Carmen Thyssen
Es
toda una bocanada de aire fresco, tanto por la belleza del Palacio de Villalón, que
alberga el museo, como por la colección que exhibe. El palacio es renacentista
del siglo XVI y esta insertado en lo que fue barrio árabe de la ciudad. La portada da
paso a un hermoso patio de dos plantas, con galerías de arcadas y columnas y
techos con bellos artesonados.
Patio del Museo |
La
Colección personal expuesta en este museo, es de una gran coherencia, a través
de los géneros pictóricos del siglo XIX español y sobretodo de artistas
andaluces. Domina el paisaje romántico y costumbrista así como el preciosismo y
la pintura naturalista. En los finales del siglo XIX aparecen Beruete, Sorolla,
Regoyos, Casas e Iturrino para terminar en Zuloaga. Una original cafetería y una tienda con artículos muy escogidos, completan este museo
que no hay que perderse en una visita de Málaga.
Málaga y su Feria de Agosto
Dejamos
atrás el Pasaje de Chinitas y su famoso Café que inmortalizara García Lorca.
Descendemos la calle Marqués
de Larios, que es el corazón de la fiesta y por ella llegamos a la Plaza de la Marina. Allí una
enorme escultura en forma de “ biznaga
“, la tradicional composición floral malagueña, hecha de jazmín natural, hace
de arco triunfal de acceso al recinto ferial diurno. Hacia las 6 de la tarde el ambiente de la
Feria se traslada al Recinto Ferial de Casetas – situado muy lejos
del centro - para proseguir el disfrute
vespertino y nocturno.
Biznaga |
Siempre nos asombra la alegría de las Ferias en Andalucía. Flamenco en el aire y en las casetas; vestidos de faralaes por doquier, pues hasta las niñas mas chiquitas llevan sus volantes y los claveles al pelo. Calles y terrazas a rebosar; comer es casi un milagro pero al final se consigue. Solo hay que tener paciencia. Tapas, pinchos y comidas de todo tipo y precio. Y todas riquísimas. Vino de Málaga y el Caltojar especial para la feria. Miles de extranjeros, algunos con cara de asombro y otros de satisfacción porque repiten en esta feria.
Regresamos
hacia nuestro hotel situado en la zona nueva del paseo marítimo, junto al mar. El
autobús nos deja frente a un conjunto de grandes edificios , de tonos blancos y rojizos, rodeados de una
gran y artística verja de hierro forjado, que corresponden a la antigua Real Fábrica
de Tabacos de Málaga. Un complejo muy bien restaurado, con amplias zonas ajardinadas
donde nos espera la mayor sorpresa de este viaje.
El Museo del Automovil
El
también llamado Museo Automovilístico es un lugar repleto de joyas de cuatro
ruedas, que cualquier aficionado a los
coches, al diseño, al arte del siglo XX,
no debería perderse. Y aunque no
te gusten demasiado los coches, allí te enamoras de ellos definitivamente.
En un inmenso edificio del
año 1923, con 7.000
metros cuadrados, se expone el conjunto que forma parte del catálogo del coleccionista portugués João Manuel Magalhaes. Los dos, el edificio y
la colección forman una simbiosis perfecta que solo se ve en contados museos
del mundo.
Los cerca de cien vehículos en exposición pertenecen a diferentes etapas, desde el año 1898 hasta nuestros días, y constituyen una representativa variedad de modelos de las grandes marcas: Hispano Suiza Bugatti, Delage, Packard, Auburn, Rolls Royce, Bentley, Mercedes, Ferrari, etc. así como sus correspondientes motores.
Añadir leyenda |
El elenco expositivo se ha
dividido en diez espacios diferentes:
La Belle Epoque; Los Dorados Años 20; Coches Populares; Art
Decó / Años 30; Coches de Diseño; Coches de Ensueño; Tradición Inglesa; La Dolce Vita; Tuning;
Coches esperanza.
Las energías alternativas y los motores están
dentro del Ecomuseo, para enseñar a los
colegiales a cuidar el medio ambiente.
Además de ser modelos
únicos por su diseño exterior, hay coches cuyo interior es una auténtica obra
de arte. Los hay tapizados en piel de cocodrilo y/o avestruz; con salpicadero
en nácar y en maderas preciosas; con
tiradores en marfil y plata; con faros y
complementos exóticos.
Completan esta colección
dos pequeñas secciones dedicadas a Moda de Época, ropa y sombreros vintage de los más famosos diseñadores;
así como Elementos de Viaje como baúles,
sombrereras y maletas de época.
Cada
visitante encuentra su coche favorito, aunque es difícil limitarse a uno
solo. Personalmente me quedo con el Rolls
Royce Flower Power de 1966 que representa el espíritu hippie de los
años 60. Lo usaban los Beatles y especialmente John Lennon.
En
la puerta de entrada una curiosa escultura representa la fascinación de los
coches de lujo: Deslumbramento, obra
de Toni Grillo.
Se
pueden alquilar los coches expuestos para bodas, paseos por Málaga, eventos e
incentivos, aniversarios, spots publicitarios y producciones de cine. Me llamó la atención el excelente
departamento de Prensa y la
gran Memoria de Actividades. El Museo ofrece transporte
especial para Cruceristas y facilidades para Impedidos. ¡ Un
museo a recomendar absolutamente ¡
Ver
más información en http://www.museoautomovilmalaga.com
Entre
el museo y la playa se encuentra el Paseo
Marítimo de Antonio Banderas, de reciente creación y urbanizado con gusto y elegancia. Se suceden
los bloques de viviendas de mediana altura, salpicados entre entre zonas
ajardinadas y accesos a la playa. Se han mantenido algunos elementos
industriales de antiguas fábricas derruidas, como un par de chimeneas, que prestan
un aire retro a esta explanada. Varios restaurantes sobre la playa, animan a
disfrutar del “pescaíto frito” y otras delicias del mar.
Típico espeto de sardinas. Foto Wikipedia |
Texto y Fotos Julia Gómez Prieto
Málaga es una gran ciudad para visitar. Yo tuve la oportunidad de hacerlo cogiendo un tren de Paris a España y asi también pude ver los paisajes de la peninsula.
ResponderEliminarGracias por publicar tu experiencia,
Saludos!
Gracias Paola por leer mi blog. En mi proxima visita a Málaga vere los nuevos museos : Pompidu, Ermitage etc. Saludos
EliminarGracias. Málaga es una ciudad maravillosa. Visitar Málaga es descubrir un lugar único con su historia y su magia.
ResponderEliminarSon museos impresionantes que si o si tengo que ir a ver ya hoy investigo el precio de boletos de autobús para poder ir.
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