viernes, 23 de agosto de 2013

Málaga y sus nuevos Museos




Unos días en Málaga, en pleno mes de Agosto, constituyen siempre  un buen aliciente,  a pesar de “la calor” estival andaluza.  Hacía años que no pisaba tierras malagueñas;  mejor dicho en Mayo de 2012  asistí durante cuatro días al Congreso de Mujeres Universitarias en Marbella. Pero entonces no pude visitar la capital. Así que aún conservaba la imagen de la ciudad de hace dos décadas. Y, agradable sorpresa, mucho ha cambiado esa urbe andaluza y desde luego para bien. 

Vista de Málaga desde Gibralfaro


Aparte de los encantos clásicos de Málaga, tres novedades han llamado especialmente mi atención en la actualidad. La peatonalización del Casco Antiguo; el nuevo Paseo Marítimo (llamado Antonio Banderas) en una vetusta y abandonada zona de industrias; y sobre todo, los nuevos Museos, de los que quiero comentar  mis impresiones.

Para una primera toma de contacto y visión general de la ciudad, nos decidimos a tomar el Bus Turístico, que nos pareció un producto de calidad. Cuenta con 16 paradas y explicaciones en audio en 8 idiomas  Sube hasta la colina y el castillo de Gibralfaro, que no es de fácil acceso; y además ofrece como complemento al recorrido en bus, un obsequio francamente bueno: un paseo guiado por el casco histórico peatonalizado.

Desde el Castillo la panorámica  sobre Málaga es magnífica,  (dos estrellas en la Guía Michelin Verde). Hacia el Este la zona residencial del Paseo Reding,  la Caleta y  la playa de la Malagueta con su paseo marítimo adornado de palmeras. Hacia el Oeste, la Alcazaba, y a sus pies el Casco Histórico  donde destaca sobre todo la Catedral  Y uniendo ambas zonas, el precioso Paseo del Parque, con sus maravillosos jardines, el puerto y la mar Mediterránea. 

Málaga fue fundada por los Fenicios (Colonia Malaka) que ubicaron aquí su puerto comercial de salazones, de púrpura, etc. Y crearon la  Ceca de moneda, así como la muralla del castillo y el faro (Gibralfaro) . Tras los fenicios y cartagineses, pasó a manos de los romanos, que le concedieron título de municipio. 

 
Alegoría del Cenachero en el "chiringuito" Los Gutierrez

Recuerdo de la pesca artesanal de bajura, en 1968 se erigió  el monumento al Cenachero, en la Plaza de la Marina, en el puerto de la ciudad. Esta personaje popular, era el pescador y vendedor que pregonaba su pescado por la calle, mientras movía al compás sus cenachos o cestas de esparto donde transportaba la mercancía.  Esa costumbre ya se perdió,  pero el cenachero  ha quedado como  un símbolo de la ciudad.   

 

Muy cerca de aquí encontramos  el monumento a Hans Christian Andersen (1805-1875). En su "Viaje por España 1862" escribe: 
"En ninguna otra ciudad española he llegado a sentirme tan dichoso y tan a gusto como en Málaga". 

Este texto aparece en la placa junto al monumento al escritor danés  inaugurado el 14 de Junio de 2005.



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De Gibralfaro a la Alcazaba


Desde Gibralfaro se puede descender hacia la Alcazaba. . Con estas dos fortalezas Málaga fue siempre una de las ciudades mejor defendidas del Al-Andalus. Ambas están unidas por un camino no siempre fácil pero que merece la pena recorrer. Un ascensor, junto al Palacio de la Aduana, facilita la subida desde el centro a la Alcazaba, guardada por dos líneas de murallas; la exterior es la Coracha, que hacía este recinto casi invulnerable. Hacia el interior, distintas puertas con grandes arcos jalonan el camino de ascenso. Tras el Arco del Cristo penetramos en unos jardines árabes,  con senderos llenos de buganvillas, jazmines y madreselvas. Un paraíso de olores, que se incrementan al atardecer, tras la solana que las flores han acumulado durante el día. Hay unas salas de exposiciones - con alma de museo- en lo que llaman el palacio nazarí. Tiene dos patios con decoración de filigranas y una sala de magnífico artesonado. Todo en estilo nazaríta o granadino. Desde aquí podemos  acceder al Castillo de Gibralfaro.  



Alcazaba y Castillo. Foto Wikipedia



Cabe recordar que Málaga fue el principal puerto del Reino de Granada, sobre todo en los siglos XIV y XV. En 1487 los Reyes Católicos conquistan Málaga y en 1492 claudica Granada, cerrándose así  el largo período de la Reconquista que había comenzado en Asturias, en  Covadonga, en el año 722.  

Con el bus turístico descendemos al Casco Histórico. La visita en estas fechas no fue fácil porque la ciudad celebraba su Feria de Agosto y las calles eran un hormiguero de gente, terrazas y música.  Cristina, la guía del bus, nos hizo un ameno recorrido por los alrededores de la Catedral.


La Catedral


" La Manquita",   así llaman cariñosamente los malagueños a su Templo Mayor . ¿Por qué ?  Porque le falta una de las dos torres previstas,  que no pudo terminarse.  ¿ Y por qué? Porque los fondos destinados a tal efecto, fueron utilizados para una obra pública más prosaica: reparar el viejo camino de Antequera. 

Con la conquista de la ciudad en 1487, se levanta una primera catedral, sobre la antigua mezquita árabe. De ese primer templo solo queda la  pequeña Capilla del Rosario. Porque en 1525 se decide construir  una gran catedral, que es el  soberbio edificio renacentista que hoy podemos admirar y que  nunca se acabó del todo.  Su fachada es suntuosa, con dos alturas y tres cuerpos, donde abundan los medallones y las columnas corintias, al igual que en todo el ábside. 

Torre y ábside de la Catedral desde la calle Císter

El interior es de tres naves – muy ancha la central –, con un hermoso Coro, cuyos sitiales y esculturas talladas en madera, son obra de Pedro de Mena, maestro granadino de la imaginería andaluza,  de mediados del siglo XVII. Muy buena es también la Capilla Mayor,  varias laterales y los dos Órganos barrocos. Fuera de los horarios de culto, la visita es de pago; pero merece la pena acceder porque el interior es un auténtico museo.

Frente a la fachada principal se abre la Plaza del Obispo. Es   una plazuela recoleta, con su fuente monumental en el centro,  que antes fuera el atrio catedralicio y hoy se halla ocupada por las terrazas de dos mesones cercanos. Llama la atención la elegante fachada del Palacio Episcopal, del siglo XVIII, de tres cuerpos y hermosa portada;  y en su interior un amplio patio que alberga exposiciones interesantes.   

Palacio Episcopal. Foto Wikipedia

Entramos por la Calle del Cister donde se encuentra el palacio  de Zea Salvatierra, del siglo XVII, y bella portada con escudo. En tiempos sirvió como ayuntamiento de la ciudad y fue asaltado en la Revolución de 1868. Mas tarde fue sede de Correos y hoy, ya restaurado, es residencia particular.  Frente a él,  luce el ábside de la catedral, resguardado por un recoleto jardín animado de acequias y fuentes.  Siguiendo por esa misma calle, un poco mas adelante a la derecha, nos encontramos otra grata  sorpresa: el Museo Revello de Toro.


Palacio de Zea Salvatierra

El Museo Revello de Toro


Este afamado retratista y pintor figurativo, Félix Revello de Toro (Málaga 1926), ha cedido a su ciudad natal 142 obras, de las cuales 104 se exponen al público en la colección permanente del museo. Si esta donación, en el año 2005,  fue importante, no lo fue menos la restauración y puesta en valor, en 2006, del edificio que alberga la colección. Se trata de la Casa-Taller del imaginero Pedro de Mena ( 1628- 1688 ), uno de los pocos inmuebles  domésticos que de aquella época – siglo XVII – se conservan en la ciudad. La casa-museo, que antes fue casa de vecindad,  está en la calle de los Afligidos, vía sin salida – aunque la tuvo en otros tiempos –, situada justo detrás de la catedral y que llama la atención de cuantos viandantes pasan por la calle del Cister hacia la Plaza de la Aduana. 

Acceso al Museo con la escultura de Pedro de Mena

Al patio interior, con aires de época, se asoman las salas donde se exhiben los retratos que Revello hizo de  su primera mujer Chini  y de su hija Carmen. Grandes cuadros que reflejan un ambiente de intimidad con la sinfonía de sus famosos tonos blancos. Son numerosos los dibujos y bocetos que se exponen en las salas adyacentes. Una exposición temporal mostraba antiguos carteles de la feria malagueña, del que reproducimos uno del año 1988, con su modelo favorita como motivo figurativo.


Cartel de F. Revello de Toro.

Tomando la calle Pedro de Toledo, justamente frente al Museo Revello, llegaremos a la parte posterior del Museo Picasso. La salida de este museo da a un recoleto rincón, en el Postigo de San Agustín, donde se alza un gran  árbol de varios troncos, que proporciona una agradable sombra en los días calurosos del estío malagueño.

Desde esta plazuela se sale directamente, a través de un estrechísimo callejón empedrado, a las ruinas del  Teatro Romano. Es curiosa la explicación del porqué de esa estrechez  y del adoquinado con cantos puntiagudos de la callejuela. Veamos :

Por una calle estrecha no entra el sol, así hace menos calor.
Con inundaciones casi no entra agua por ella.
Los enemigos solo entran de uno en uno y así se les repele mejor.
Con el suelo empedrado se baldea agua y se refresca mejor el ambiente.

El Teatro Romano


El Teatro se construyó entre los siglos  I a. de C. y  III d. de C.. Fue excavado   y restaurado entre 1960 y 1995.



Junto al Teatro se encontraban  los  almacenes de “garum” , la famosa  pasta gelatinosa que se hacía con las pieles, tripas y cabezas de pescado, más aceite y sal, y se dejaba en maceración unos días. A pesar de su olor apestoso, era considerada un manjar exquisito entre los romanos, y se exportaba a todas los rincones del Imperio. Precisamente el garum más famoso era el de Málaga por el tipo de pescaditos que lo componían.  

Sobre una parte, la más alta,  del antiguo  teatro romano se construyó un fragmento de la Alcazaba, fortificación palaciega de época musulmana,  y el resto del anfiteatro  quedó sepultado bajo la tierra.

Por encima de las ruinas del Teatro podemos observar   la Coracha o primera muralla y la segunda ó castillo;  era por tanto una doble defensa. Esto ayudó mucho durante la invasión francesa de 1808. 

 

En el centro de la vecina Plaza de la Merced se levanta un obelisco neoclásico, con 49 coronas de laurel, erigido en honor de Torrijos y sus compañeros fusilados en Málaga,  tras el levantamiento liberal de 1831 contra el monarca absoluto Fernando VII.

Precisamente en esta misma plaza se halla la casa natal de Picasso, actual sede de la Fundación Picasso Museo Casa Natal.   Y muy cerca de allí, en la calle Granada, la iglesia de Santiago donde fue bautizado el pintor,  el 10 de noviembre de 1881. El templo cuenta con elementos mudéjares, arcos conopiales y estrellas de 8 puntas. La torre, que pudo ser un antiguo minarete árabe, es de ladrillo visto y tiene remate de veleta.  


El Museo Picasso


Aquí terminó Cristina, nuestra guía, su ruta a pie y nosotros continuamos por la calle San Agustín hacia el Museo Picasso, que ocupa el restaurado Palacio de los Condes de Bellavista.  Todo gira alrededor del hermoso patio central y se puede ver una evolución del artista a través de la donación que  Paul, Christine y Bernard Ruiz Picasso hicieron de 233 obras del artista.  Había también una magnifica exposición de Carteles europeos del período 1888-1938.


Por la calle Santa María llegamos a la Plaza de la Constitución, epicentro de la Feria, donde el ruido era ensordecedor. Allí estaban las casetas de las emisoras de radio emitiendo a todo volumen. Desde aquí entramos en la calle de la Compañía y poco después de la iglesia del Cristo de la Salud, aparece el Museo   Carmen Thyssen.

El Museo Carmen Thyssen


Es toda una bocanada de aire fresco, tanto  por la belleza del Palacio de Villalón, que alberga el museo, como por la colección que exhibe. El palacio es renacentista del siglo XVI y esta insertado en lo que fue barrio árabe de la ciudad. La portada da paso a un hermoso patio de dos plantas, con galerías de arcadas y columnas y techos con bellos artesonados.  


Patio del Museo


La Colección personal expuesta en este museo, es de una gran coherencia, a través de los géneros pictóricos del siglo XIX español y sobretodo de artistas andaluces. Domina el paisaje romántico y costumbrista así como el preciosismo y la pintura naturalista. En los finales del siglo XIX aparecen Beruete, Sorolla, Regoyos, Casas e Iturrino para terminar en Zuloaga.  Una original cafetería y una tienda con  artículos muy escogidos, completan este museo que no hay que perderse en una visita de Málaga. 


 

 

Málaga y su Feria de Agosto


Dejamos atrás el Pasaje de Chinitas y su famoso Café que inmortalizara García Lorca. Descendemos la calle Marqués de Larios, que es el corazón de la fiesta y por ella llegamos a la Plaza de la Marina. Allí una enorme escultura en forma de   “ biznaga “, la tradicional composición floral malagueña, hecha de jazmín natural, hace de arco triunfal de acceso al recinto ferial diurno.  Hacia las 6 de la tarde el ambiente de la Feria se traslada  al  Recinto Ferial de Casetas – situado muy lejos del centro -  para proseguir el disfrute vespertino y nocturno. 

Biznaga



 














Siempre  nos asombra la alegría de las Ferias en Andalucía. Flamenco en el aire y en las casetas; vestidos de faralaes por doquier, pues hasta las niñas mas chiquitas llevan sus volantes y los claveles al pelo. Calles y terrazas a rebosar; comer es casi un milagro pero al final se consigue. Solo hay que tener paciencia. Tapas, pinchos y comidas de todo tipo y precio. Y todas riquísimas. Vino de Málaga y el Caltojar especial para la feria. Miles de extranjeros, algunos con cara de asombro y otros de satisfacción porque repiten en esta feria.   


Regresamos hacia nuestro hotel situado en la zona nueva del paseo marítimo, junto al mar. El autobús nos deja frente a un conjunto de grandes edificios ,  de tonos blancos y rojizos, rodeados de una gran y artística verja de hierro forjado,  que corresponden a la antigua Real Fábrica de Tabacos de Málaga. Un complejo muy  bien restaurado, con amplias zonas ajardinadas  donde nos espera  la mayor sorpresa de este viaje.

 

 

El Museo del Automovil    


El también llamado Museo Automovilístico es un lugar repleto de joyas de cuatro ruedas,  que cualquier aficionado a los coches, al diseño, al arte del siglo XX,  no  debería perderse. Y aunque no te gusten demasiado los coches, allí te enamoras de ellos definitivamente.

En un inmenso edificio del año 1923, con 7.000 metros cuadrados, se expone el  conjunto  que forma parte del catálogo del coleccionista portugués João Manuel Magalhaes. Los dos, el edificio y la colección forman una simbiosis perfecta que solo se ve en contados museos del mundo.


Los cerca de cien vehículos en exposición pertenecen a diferentes etapas, desde el año 1898 hasta nuestros días, y constituyen una representativa variedad de modelos de las grandes marcas: Hispano Suiza   Bugatti, Delage, Packard, Auburn, Rolls Royce, Bentley, Mercedes, Ferrari, etc. así como sus correspondientes  motores.  

Añadir leyenda

El elenco expositivo se ha dividido en diez espacios diferentes: 
La Belle Epoque; Los Dorados Años 20; Coches Populares; Art Decó / Años 30; Coches de Diseño; Coches de Ensueño; Tradición Inglesa; La Dolce Vita; Tuning; Coches esperanza.
 Las energías alternativas y los motores están dentro del Ecomuseo, para  enseñar a los colegiales a cuidar el medio ambiente.
Además de ser modelos únicos por su diseño exterior, hay coches cuyo interior es una auténtica obra de arte. Los hay tapizados en piel de cocodrilo y/o avestruz; con salpicadero en nácar y en maderas preciosas;  con tiradores en marfil y plata;  con faros y complementos exóticos.
Completan esta colección dos pequeñas secciones dedicadas a Moda de Época, ropa y sombreros vintage de los más famosos diseñadores; así como  Elementos de Viaje como baúles, sombrereras y maletas de época.

Cada visitante encuentra su coche favorito, aunque es difícil limitarse a uno solo.  Personalmente me quedo con el Rolls Royce Flower Power de 1966 que representa el espíritu hippie de los años 60. Lo usaban los Beatles y especialmente John Lennon. 


En la puerta de entrada una curiosa escultura representa la fascinación de los coches de lujo: Deslumbramento, obra de Toni Grillo. 

Se pueden alquilar los coches expuestos para bodas, paseos por Málaga, eventos e incentivos, aniversarios, spots publicitarios y producciones de cine.  Me llamó la atención el excelente departamento de Prensa y la gran Memoria de Actividades. El Museo ofrece transporte especial para Cruceristas y facilidades para Impedidos.  ¡ Un museo a recomendar absolutamente ¡ 

Ver más información en http://www.museoautomovilmalaga.com

Entre el museo y la playa se encuentra el Paseo Marítimo de Antonio Banderas, de reciente creación y   urbanizado con gusto y elegancia. Se suceden los bloques de viviendas de mediana altura, salpicados entre entre zonas ajardinadas y accesos a la playa. Se han mantenido algunos elementos industriales de antiguas fábricas derruidas, como un par de chimeneas, que prestan un aire retro a esta explanada. Varios restaurantes sobre la playa, animan a disfrutar del “pescaíto frito” y otras delicias del mar. 

Típico espeto de sardinas. Foto Wikipedia




 Texto y Fotos  Julia Gómez Prieto

4 comentarios:

  1. Málaga es una gran ciudad para visitar. Yo tuve la oportunidad de hacerlo cogiendo un tren de Paris a España y asi también pude ver los paisajes de la peninsula.


    Gracias por publicar tu experiencia,


    Saludos!

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    1. Gracias Paola por leer mi blog. En mi proxima visita a Málaga vere los nuevos museos : Pompidu, Ermitage etc. Saludos

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  2. Gracias. Málaga es una ciudad maravillosa. Visitar Málaga es descubrir un lugar único con su historia y su magia.

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  3. Son museos impresionantes que si o si tengo que ir a ver ya hoy investigo el precio de boletos de autobús para poder ir.

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