Sofia, a los pies del Monte Vitosha, Parque Natural y lugar de esparcimiento de los sofiotas |
Sofia, los
búlgaros lo pronuncian así, acentuada en la primera sílaba, es la capital de
uno de los países más pobres de la Unión Europea y uno de los últimos
incorporados, en 2007, junto a su vecina Rumanía. Sin embargo, no es una sensación de penuria
lo que uno aprecia cuando pasea por sus calles.
Con 1.300.000 habitantes, un urbanismo moderno, de amplias
avenidas y espaciosas plazas, una magnífica
arquitectura clásica y moderna, parques y jardines frondosos, y un ritmo
calmado, nos recordó la España de los
años 80 del pasado siglo.
Situada a una altitud de 550 metros, en medio de un
gran valle, entre dos cadenas montañosas, dominada por la mole omnipresente del
Monte Vitosha, es también la ciudad más grande del país. Su clima templado-continental, se caracteriza por inviernos fríos y níveos, y veranos frescos y
agradables.
Una historia antigua, rica y variada
La ciudad se encuentra estratégicamente ubicada en un cruce de
caminos, entre Europa y Asia, y por ello
estuvo habitada desde la más remota antigüedad. Atraídos por sus cálidas aguas
termales, ya en el siglo VIII a.C., se establecieron en esta zona los Tracios
de la tribu Serdi. En el siglo IV a.C. los Macedonios de Filipo y Alejandro Magno ocuparon la
ciudad. En el siglo I d.C, tras ser conquistada por el Imperio
Romano, se convirtió en la próspera urbe de Ulpia Serdica. Con el emperador Trajano, pasó a ser el
centro administrativo de la región. Más adelante, el emperador Constantino el
Grande la enalteció y apreció de tal manera que llegó a afirmar : "Sérdica es mi
Roma". Fue uno de los primeros centros de la nueva religión oficial del Imperio, la cristiana.
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Tras las
invasiones bárbaras de los Hunos y la caída del Imperio de Occidente, la urbe quedó arruinada durante casi un siglo. Experimentó
un segundo periodo de esplendor, formando parte del Imperio Bizantino, durante
el reinado del emperador Justiniano el Grande (527-565).
Sofia adquirió su nombre actual a finales del
siglo XIV, adoptando el apelativo de su símbolo y templo principal, la Basílica de Santa Sofía. En 1382 fue conquistada por los
Turcos Otomanos, que la ocuparon durante 500 años, periodo en el que la ciudad fue decayendo paulatinamente. Liberada con la ayuda de las tropas
rusas del Zar Alejandro II, el 4 de enero de 1878, fue declarada capital
del Principado de Bulgaria primero y del nuevo Estado búlgaro más tarde. En
1944 fue liberada por el Ejército Rojo y se convirtió en la capital de la nueva
República Popular Socialista de Bulgaria.
Vestigios de la Historia. Basílicas, Mezquitas y Sinagogas
A lo largo de la historia, pasaron por Serdica
y Sofia todos los pueblos invasores: Tracios, Griegos, Romanos, Hunos, Bizantinos, Eslavos, Turcos,
etc. y cada uno dejó su impronta en la ciudad. Allí donde se excave, aparecen por doquier ruinas antiguas, por lo que la ciudad moderna se construyó en
torno y alrededor de sus tesoros
arqueológicos. El pasado de Sofia, especialmente el romano, sale al paso del visitante, en muchos rincones urbanos.
Como es lógico
cada uno de esos pueblos invasores dejó vestigios
de sus creencias y cultos. Por ello encontraremos esparcidas ruinas de templos
paganos o basílicas romanas cristianas, junto a mezquitas, iglesias ortodoxas y
sinagogas.
Ruinas romanas bajo la Mezquita otomana de Banya Bashi |
Aunque la mayoría de los búlgaros se declaran hoy en día cristianos
ortodoxos, uno de cada 10 es musulmán, herencia de los antecedentes turcos. En el centro de la capital encontramos la
Mezquita de Banya Bashi, construida en 1576, sobre las ruinas de antiguas
termas romanas, durante la dominación otomana. Destacan el minarete y la gran cúpula.
En Sofia existe también, muy cerca de la mezquita, la Sinagoga, una de las mayores de Europa,
construida en estilo neo árabe en 1909.
La ciudad acogía en esa época una importante comunidad hebrea, de casi 50.000
personas, la mayoría de origen sefardita, que permaneció hasta después de la II
Guerra Mundial. Bulgaria fue el único
país europeo que, aliado de Alemania y soportando fuertes presiones, no entregó ningún judío a las autoridades nazis, para ser exterminados
en los campos de concentración. Tanto el Patriarca Ortodoxo Stefan I, como el rey Boris III, jugaron un papel importante en esta decisión. De hecho, este último murió en extrañas circunstancias en 1943, al regreso de un conflictivo encuentro con Hitler.
Monumento de Santa Sofía, patrona de la capital |
La
ciudad de Sofia, lleva el nombre de
la Santa Sabiduría, Sofía, que en la
tradición bizantina es madre de tres hijas: Fe, Esperanza y Amor. El monumento a Santa Sofía, su patrona,
construido en 2001, está situado en el mismo lugar en el que se encontraba la
estatua de Lenin durante la época comunista. La escultura, de 8 metros de
altura, en bronce y cobre, es obra del escultor Georgi Chapkanov y se levanta sobre
un pedestal de 16 metros de altura. El brillo dorado de la estatua se distingue
a distancia y marca el eje medio de la
ciudad, pues está emplazada en la confluencia de dos importantes arterias de la urbe, la calle Vitosha y la Avenida de Todor
Alexandrov.
Sofía también puede presumir de sus manantiales, que durante siglos atrajeron a nuevos pobladores.
Hay más de 40 fuentes urbanas, en las que se puede beber agua mineral, muy
saludable..
Una visita de la ciudad
Nuestro
primer día en Sofia amaneció nevando. Era muy hermoso contemplar la capital despertándose cubierta por un manto blanco, desde una habitación en el piso 14 de nuestro hotel.
Nos abrigamos convenientemente y partimos sin arredrarnos, para la aventura de
descubrir una ciudad bajo la nieve.
La iglesia Rotonda de San Jorge
La iglesia de San Jorge, del siglo IV, es el edificio más antiguo de la ciudad |
El autobús nos dejó en las proximidades de la iglesia Rotonda
de Sveti Giorgi. Este templo, la
iglesia Redonda de San Jorge, tiene fama de ser el edificio más antiguo de la
ciudad. Está ubicado, en un sorprendente contraste, en
medio de un patio de manzana, cerrado, rodeado de edificios modernos de la Administración
y el Hotel Balkan,.
Ocupa la parte central de las ruinas de unas antiguas
termas romanas de la ciudad de Ulpia Sérdica. Aquí se levantó en el siglo IV,
esta pequeña basílica cristiana, probablemente sobre los restos de un templo
pagano. Destaca en su exterior su cúpula cilíndrica y su acabado en ladrillo. Los
frescos del interior, tanto en la nave como en el techo de la cúpula, son muy interesantes,
aunque de factura medieval. Los turcos, cuando ocuparon la ciudad, la convirtieron en mezquita y, de nuevo volvió
a ser iglesia cristiana con la independencia del país, en el siglo XIX.
La Presidencia, el Museo Arqueológico y el Largo
La
salida de la visita de este conjunto de
templo y ruinas, se hace por la Plaza de
Atanas Burov. Aquí se ubica la sede de
la Presidencia de la República, donde cada hora, se realiza el vistoso y marcial cambio de
guardia, que atrae a muchos turistas.
El Largo, un diseño urbanístico y arquitectónico de la etapa socialista. Al fondo, la antigua sede del Partido Comunista |
Frente a Presidencia se encuentra el Museo Arqueológico Nacional, que guarda
interesantes colecciones del pasado tracio, griego y romano, principalmente. Al otro
lado de la Avenida se halla la Plaza Nezavisimost o de la Independencia. Se encuentra
en el centro del denominado Largo , un conjunto arquitectónico de tres
edificios que corresponden al estilo llamado socialista o estalinista, de los años 50 del siglo XX. Destaca la mole
neoclásica de la antigua sede del Partido Comunista Búlgaro. Sobre el frontis
de grandes columnas corintias, sobresale la torre rematada por una gran
aguja. Encima de ella, y hasta la caída del antiguo régimen, coronaba el
edificio una enorme estrella roja. Ahora, ondea allí la bandera nacional y el
edificio acoge oficinas del Parlamento de la República y centros comerciales
.Desde
aquí tomamos el Bulevar del Tsar Osvoboditel, es decir del Zar Liberador, cuyo
nombre hace referencia la actuación del Zar de Rusia, Alejandro II, en la liberación de Bulgaria contra el
Imperio Otomano en 1878. Es una arteria importante del centro de Sofia, donde se sitúan notables instituciones
culturales, como la Galería de Arte Nacional, el Museo Etnológico y tras
unos jardines el Museo de Historia Natural. Todos ellos quedan a nuestra izquierda.
La Iglesia Rusa de San Nicolás el Milagroso
La siguiente parada
fue una bella sorpresa : la Iglesia Rusa,
llamada de San Nicolás el Milagroso,
una joya arquitectónica que parece
inspirada en un cuento oriental. La iglesia fue erigida en el emplazamiento de
la mezquita de Saray, destruida tras la liberación de Bulgaria. Se construyó para ser la iglesia oficial de la
embajada y la comunidad rusas de Sofia. La obra se inició en 1907 siendo
consagrada la iglesia en 1914. Hoy en día es una de los templos ortodoxos más
bellos de la capital. Con un estilo
inspirado en las iglesias rusas del siglo XVII, destacan las cinco suntuosas
cúpulas exteriores revestidas de oro.
Justamente
enfrente de la Iglesia Rusa, almorzamos en
el restaurante Corso, bastante bien
por cierto. Desde aquí proseguimos nuestra visita tomando
a nuestra izquierda la calle Rakovski y más adelante, a la derecha la calle Oborishte. Allí
descubrimos una hermosa perspectiva de la fachada principal de la Catedral de Alexander Nevski, hacia la que
nos dirigimos.
La Basílica de Santa Sofía y el Monumento al Soldado Desconocido
Interior de la Basílica bizantina de Santa Sofía |
Aquí nos encontramos dos lugares simbólicos de la ciudad y del
país. A nuestra izquierda, apenas escondida tras unos árboles se encuentra la iglesia de Santa Sofía, Sveta Sofia, la segunda más antigua de la capital
búlgara después de la Rotonda de San Jorge. Es una primitiva basílica bizantina
construida en el siglo VI, en la época de Justiniano. En el siglo XIV, la iglesia dio su nombre a la
ciudad, hasta entonces conocida como Serdica. Bajo el dominio otomano, se transformó en una mezquita y solamente
volvió a ser templo cristiano después de
la liberación.
La iglesia de Santa Sofía es una de las muestras más valiosas de
la arquitectura de los primeros cristianos del sudeste de Europa.El interior,
severo, es de planta de cruz latina, con tres altares. El piso está cubierto
con mosaicos paleocristianos.
En el
exterior encontramos el Monumento al Soldado Desconocido, que conmemora a los
soldados búlgaros muertos en las diferentes guerras. La llama eterna arde en su
memoria, no lejos de la gran escultura de un león, una alegoría nacional.
Curiosamente
esta zona de la ciudad tiene el pavimento pintado en un color ocre amarillo,
para destacar el hecho de que su adoquinado fue sufragado por el emperador austriaco Francisco Jose I, con ocasión de su visita oficial el año 1907.
La Catedral de Alexander Nevski
La
catedral de Alexander Nevski es una de las mayores de Europa y desde
luego el auténtico símbolo de la ciudad. Debe su nombre a Alexander Nevski, al santo
de la Iglesia Ortodoxa y príncipe ruso del siglo XIII, que luchó por la
independencia del país y es un símbolo nacional. Fue sufragada esta catedral
por el zar Alejandro II, para conmemorar la ayuda decisiva prestada a Bulgaria,
que permitió al país liberarse del yugo
otomano después de cinco siglos de ocupación.
La catedral es grandiosa por fuera, con una torre de 53 metros y una preciosa
cúpula central bañada en oro, siendo las restantes cúpulas en cobre verde. Todo
el edificio, obra del arquitecto ruso Pomerantsev,
domina una inmensa plaza circular que le da mayor realce. Es una mezcla de
estilo ruso y neo bizantino que forma una elegante composición.
La Catedral de Alexander Nevski conmemora la Liberación de Bulgaria del Imperio Otomano en 1878 |
En su interior caben en torno a 5.000 personas,
si bien en las grandes celebraciones,
toda la plaza se llena al completo de fieles. Dentro la atmósfera es plenamente ortodoxa y
sus paredes están cubiertas de iconos, cuadros, en oro y plata, todas de principios del siglo XX, además de otras decoraciones en mármol, ónix y
pinturas murales. El iconostasio, que en
las iglesias ortodoxas separa a los feligreses del altar principal, es de mármol y su fachada está repleta de
iconos de santos. Casi a sus pies está la Cripta,
cuya colección de Iconos merece una visita. Tiene dos Tronos, uno para el
Patriarca y otro para los Reyes que curiosamente, ninguno ha utilizado.Los Velatorios están a dos niveles: los altos para los
fieles y los bajos para los muertos.
Todas las velas son cortas y delgaditas, diseñadas, según creo, para que duren un solo día.
Detrás de la
catedral se encuentra la Galería Nacional de Arte Extranjero,
que suele ofrecer exposiciones de artistas mundialmente famosos. De regreso a la Avenida Tsar Osvoboditel
encontramos el edificio neoclásico que alberga el Parlamento o Asamblea
Nacional, y frente a él, el Monumento a caballo del Zar Libertador, Alejandro
II.
El Mercadillo Navideño
Es esta un costumbre habitual en la Europa central y oriental que, al margen de su función práctica de vender productos decorativos y gastronómicos de Navidad, presta un aspecto evocador y típico al centro de las ciudades.
En Sofia, en el Parque Cristal, los jardines situados entre el Museo Arqueológico y la Iglesia Rusa, se instala cada año el Mercadillo de Navidad más importante. Tuvimos ocasión de realizar una curiosa visita
No era significativa la oferta de figuras tradicionales del Belén, que no es una tradición búgara, pero la propuesta de productos decorativos y gastronómicos navideños era amplia y atractiva. Tomamos vino caliente especiado, algo que ya conocíamos en Centro y Norte de Europa; riquísimo y reparador en épocas frías como esta. Hablamos con Papa Noel y saludamos a gente interesante que regentaba los puestos de venta, artesanos como Nicolás, un búlgaro que había residido 10 años en Madrid y ahora elaboraba productos de chocolate con formas muy variadas, como las de herramientas de carpintería. Más tarde en un café situado en los bajos del Museo de Arqueología , degustamos un delicioso chocolate a la taza con churros. Buen final para un nevado pero delicioso día.
como siempre un esplendido reportaje...
ResponderEliminarThe second photo in this blog post has been stolen from my blog: http://rossiwrites.com/travel/bulgaria/20-things-to-do-see-sofia-bulgaria/ It is a shame when bloggers steal from other bloggers. Please, remove my photo from your blog.
ResponderEliminarRossi Thomson
Magnífico trabajo de lo que fue un viaje muy interesante y de momentos fastásticos que pasamls juntos.
ResponderEliminarBulgaria tiene un excelente pasado, para no envidiar del mundo.
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