Recogemos en esta entrada otros dos aspectos interesantes de la Isla Terceira. Uno de ellos referido al rico patrimonio de la arquitectura popular religiosa, de gran y antigua tradición. El otro relacionado con un tema fundamental para el visitante, la sabrosa y variada gastronomía isleña .
Los Impérios do Espirito Santo
Imperio das Quatro Ribeiras, Praia da Vitória. |
Al margen de la arquitectura de todo tipo que ya hemos explicado, si algo nos ha llamado la atención en las Azores y especialmente en Terceira, han sido los llamados “ Impérios do Espírito Santo “. Son unos pequeños edificios a modo de oratorios o capillas de culto, coloridos, elegantes, de un cierto aire "naif", de raigambre popular, y sobre todo muy originales, porque resultan insólitos y tienen una tipología única en el panorama arquitectónico azoriano. Aparecen de improviso, principalmente en núcleos urbanos, en lugares estratégicos, como cruces o esquinas.
Aunque los hay en todas las islas del archipiélago, los más importantes y numerosos son los de Terceira, con un total de 68 edificios que fueron construidos entre 1670 y 1998. Levantados, como se ve, a lo largo de tres siglos y hasta fechas bien recientes.
Por lo general, son edificios exentos, con una superficie de unos 30 metros cuadrados, escalinatas de acceso, una puerta frontal y ventanas decoradas en todo su contorno, terminando la construcción en arco apuntado, y sobre él la efigie del Espíritu Santo. En su interior, el fondo se destina a un altar en escalones, muy decorado con flores y plantas, donde se expone la “ representación” del Espíritu Santo. A menudo junto al altar hay una especie de despensa donde guardar – durante los días de la feria- los alimentos para el festejo.
Imperio dos Quatro Cantos en el Barrio Antiguo de Angra. Foto exploreterceira.com |
En la parte alta oeste de Angra, en la esquina de las calles Recreio dos Artistas y Travessa do Moreira topamos con el primer "Império" que veíamos en la ciudad. Es el llamado Dos Quatro Cantos. Nos encantó por su primoroso aspecto.
En mi opinión el más bonito lo encontramos en Sao Sebastiao donde, casi al lado de la bella iglesia colonial del mismo nombre, está uno de los " Impérios" más encantadores de la isla. Tiene fama de ello y es del año 1918; pintado en tonos verdes. También al descender del Obelisco en Outeiro da Memoria, en Angra, nos sale al paso el Imperio de Outeiro , el más antiguo de la isla, que data del año 1670.
Cabe preguntarse cómo llegó a las Azores este culto popular del Espíritu Santo. Parece que fue la reina Santa Isabel de Portugal, hacia finales del siglo XIII, y con la ayuda de los franciscanos, la que introdujo esta devoción en el Portugal continental. Más adelante, cuando llegaron los colonos al archipiélago, la costumbre fue muy utilizada como estímulo de protección, debido al aislamiento que sentían los habitantes de estas islas en aquellos tiempos. Más tarde, esta devoción fue llevada a las colonias en América, sobre todo a Brasil.
El Império en la villa de Sao Sebstiao, de primorosa decoración, data de 1918 |
En la festividad del Espíritu Santo, tienen lugar importantes celebraciones. especialmente con dos ceremonias : las “ funçôes ” y los “ bodos ”; ambas en cierto modo relacionadas. Se dan limosnas a los necesitados y hay cantos y festejos muy interesantes desde el punto de vista etnográfico. Se distribuye pan y vino junto al " império ", mientras se expone la corona del Espíritu Santo. Con ofrendas, comida y música se cierra la celebración cada año.
Disfrutando de la buena mesa
Ya hemos citado algunos de los mejores restaurantes de la ciudad de Angra como O Chico, el Beira Mar, la Tasca das Tias ó el Marcelino. Sin olvidar el Rocha en Porto Judeu y el Beira Mar en Sao Mateus ( junto al Museo de las Ballenas ).
Además de las recetas tradicionales, en Terceira los placeres de la mesa incluyen lógicamente sabrosos platos cocinados con el pescado recién capturado en las aguas del entorno, y la carne tierna y sabrosa del ganado vacuno, que pasta plácidamente en los prados de la isla.
Lapas al grill, un plato sencillo y delicioso |
El pescado forma parte de la dieta habitual de los azorinos, del que se puede encontrar en el propio mercado una amplia variedad: atún, congrio, pargo, sardina, pez espada, bocanegra, calamares... todos ellos deliciosos cocinados a la brasa o a la plancha (grelhado). La Caldeirada, plato contundente donde los haya, es frecuente en cualquier restaurante de las Azores ( al igual que en Portugal ); también el pulpo y el célebre bacalao que, en este caso, no es oriundo sino importado desde el continente.
Mención aparte se merecen los crustáceos, moluscos y mariscos. Algo nunca visto son las "cracas", literalmente percebes, aunque el aspecto no tiene nada que ver con los que conocemos en. la Península. Este crustáceo también vive en colonias, como nuestro percebe, pero toma la apariencia de la roca en la que habita. Solo cuando se les abre un orificio se encuentra un delicioso manjar, así que comerlo es toda una experiencia llena de paciencia, con recompensa. Nunca los habíamos visto, pero en Azores son frecuentes en los restaurantes. Estupendas son también las lapas con arroz y los cabacos un género de langosta, pero sin pinzas.
La caldeirada de pescado, una especialidad azorina llena de color y sabor |
En cuanto a carnes , hay una gran variedad de platos elaborados con la "materia prima" de ese “ganado feliz” que se ve pastando en los prados insulares. Un plato popular y autóctono, contundente, es la Alcatra ó estofado de ternera con col, bacon y muchas especias que se cocina en una cazuela de barro. Es curioso el bitoque o filete pequeño con un huevo encima. Del embutido vernáculo sobresale la linguiça, especie mixta de salchicha y chorizo, generalmente de ave, servido con ñame, un tubérculo familia de la batata.
Sobre quesos los hay frescos de cabra y el ya conocido " Queijo Vaquinha", en la única industria quesera de la isla. En dulces hay gran variedad, pero los más conocidos son las “ Donas Amélias”, unos pastelitos deliciosos en los que se mezclan la miel de caña y la canela, pasas y cidras. También los buñuelos que se solían hacer en los conventos.
Dona Amélia, un delicioso dulce terceirense, toma su nombre de la última Reina de Portugal |
Por lo que respecta a los vinos, destaca el precioso “ vérdelho” de Biscoitos, vino fresco afrutado o seco, y ligero, que acompaña perfectamente un plato de marisco o pescado; y también el vino de “cheiro“, un tinto que es tradicional en los días de fiestas populares. Aunque no son locales, encontramos excelentes vinos portugueses continentales de las denominaciones Dao, Douro, Alemtejo... sin olvidar los Oporto y los de Madeira..
Exposición de vinos locales en Praia da Vitoria |
En fin, como se ve, hay donde elegir...y disfrutar.
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