La zona residencial de Boyana se encuentra a los pies del imponente Monte Vitosha |
Durante una de nuestras jornadas en Sofia, nos fuimos a Boyana, antigua aldea cercana a la capital y hoy una zona residencial en las faldas del Monte
Vitosha, a unos 7 kms del centro de la ciudad. En ese distrito se encuentran
dos de los mejores tesoros artísticos e históricos que alberga Sofia: un Museo lleno de riquezas, y una pequeña y humilde iglesia que
alberga una de las joyas del arte medieval búlgaro.
El Museo Nacional de Historia
El Museo Nacional de Historia de Sofia ocupa la antigua residencia del Presidente de la República Popular de Bulgaria. Foto https://commons.wikimedia.org/ |
Aunque las
obras maestras del arte búlgaro se pueden admirar en la Galería Nacional de
Arte, ubicada en el edificio del antiguo Palacio Real, quizás la visita más
interesante sea la del Museo Nacional de
Historia, uno de los más nutridos y
ricos de los Balcanes y el mayor de los museos búlgaros.
El museo ocupa
desde el año 2000, la antigua residencia
principal del último líder comunista Todor Zhivkov, un impresionante edificio diseñado por el
prestigioso arquitecto búlgaro Alexander Barov,
construido en 1974. Es un inmenso rectángulo de dos plantas, elevado al fondo de una gran explanada de acceso y en un entorno de naturaleza boscosa.
Ciertamente el museo está muy bien montado y su visita resulta recomendable, atractiva, aunque algo abrumadora por la
cantidad y variedad de los fondos expuestos. El Museo Nacional de Historia, el
más grande del país, posee cerca de 700.000 piezas de arqueología, bellas
artes, historia y etnografía, aunque solamente están expuestas un 10 %. del
total..
Presenta la historia de las
tierras búlgaras desde hace unos 8.000 años hasta nuestros días, incluyendo
vestigios tracios, griegos, romanos, bizantinos, medievales, otomanos,etc. Destacan sobre todo
los maravillosos objetos de oro de los tracios, así como iconos y frescos que
recuerdan la historia de la iglesia búlgara bajo los otomanos.
La exposición se
articula en dos plantas ordenadas cronológicamente. En la primera planta están las salas dedicadas a la
Prehistoria, los tracios antiguos, griegos y romanos, la Bulgaria medieval y la
Bulgaria en el periodo otomano. Quizás las mejores piezas de esta planta sean
una escultura de la Madre Tierra datada
hacia el 6.500 a.C. que fue hallada en las afueras de Targovishte, que solo tiene 14 cm. de alto pero es
magnífica; y sobretodo el Tesoro de Panaguiurishte formado por bastantes piezas
de oro puro, de la época tracia de los siglos IV y III a.C. Otros vestigios de la misma cultura, procedentes de
excavaciones recientes, incluyen magníficas muestras de los Tesoros de
Valchitran, Dabene y Rogozen El montaje de las piezas es excelente y le
acompañan explicaciones ( en búlgaro e inglés ) y numerosos mapas descriptivos
de cada época. Recuerdo también en esta primera planta un impresionante fresco
del siglo XVII que representa el tema
del Juicio Final.
En la segunda planta
se encuentran las salas dedicadas a la movida historia de Bulgaria tras la
liberación de 1878, así como trajes típicos y artesanía, y exposiciones temporales. Cosas interesantes
para comprender mejor la historia contemporánea del país, pero nada comparado a los tesoros
anteriores.
La Tienda del museo ofrecía
valiosas reproducciones, desde joyas hasta los vasos tracios de gran valor
decorativo.
La Iglesia de San Nicolás y San Pantaleón de Boyana
La primitiva iglesia de San Nicolás y San Pantaleón de Boyana. Foto Svilen Enev - https://commons.wikimedia.org/ |
No muy lejos del Museo Nacional de Historia,
se encuentra la Iglesia de Boyana, uno de los monumentos búlgaros incluidos en
la lista de la UNESCO del Patrimonio de la Humanidad.
Para llegar ascendemos por
una estrecha carretera bordeada de
residencias y casitas de vacaciones, en la ladera del Monte Vitosha. En
medio de un parque
arbolado, se encuentra la pequeña
iglesia de San Nicolás y San Pantaleón; sobria y sencilla
en su exterior de piedra y ladrillo, las joyas están en
su interior. Fue construida en tres
etapas: la primera en el siglo XI, la segunda en el siglo XIII y la tercera a
mediados del siglo XIX. Esta última fase fue realizada para reforzar el
exterior que estaba bastante deteriorado.
La primera estancia, donde se recibe
a los visitantes, carece de interés. El verdadero tesoro se encuentra en la segunda,
con planta de cruz griega, donde paredes y techos están cubiertos de
extraordinarias pinturas murales del siglo XIII. Los retratos de los frescos,
realizados por maestros anónimos locales, muestran una calidad y un realismo
inusual para su época. Es uno de los
pocos monumentos del arte cristiano medieval búlgaro, que han llegado hasta
nuestros días.
Pinturas murales. Interior de la Iglesia de Boyana. FotoBy Interact-Bulgaria -https://commons.wikimedia.org/ |
Las grandes joyas del
humilde templo son, por tanto, las pinturas murales del año 1259, que reflejan los logros
sobresalientes de la cultura búlgara medieval. Cada una de las 240 imágenes
recreadas se caracterizan por su individualidad y valor artístico. Los retratos
de los donantes, el "sebastocrátor"( gobernador) Kaloyan y su esposa
Desislava, y el zar búlgaro Constantino
Asen Tij (que gobernó entre 1257 y 1277) y la zarina Irina de Nicea, son
unas de las imágenes más antiguas conservadas de personajes históricos del país.
Fresco de San Nicolás. Foto https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=265061 |
La iglesia fue cerrada al público en 1954 para ser restaurada. Fue reabierta
parcialmente en 2006. Como medida de protección, se ha instalado aire
acondicionado para mantener la temperatura a 17-18 grados con una iluminación fría de baja intensidad.
Los grupos de visitantes, nunca más de 10 personas al mismo tiempo, pueden permanecer un máximo de 15 minutos en el interior.
La mañana finalizó en "Boyanska Hanche",
un agradable restaurante asador próximo
a la iglesia. Un menú de temporada: rica
sopa de verduras con picatostes, excelente carne guisada y un pastel de postre
nos reconfortaron del frío aunque
soleado día invernal. Una jornada memorable
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