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Plaza de España de Badajoz. A la izquierda el Ayuntamiento, a la derecha la Catedral. Foto Wikimedia |
Extremadura es probablemente, la gran desconocida de
las regiones españolas, quizás por aquello de su proximidad a la “ raya de Portugal “ y su ubicación a desmano de las grandes rutas turísticas.
La provincia de Badajoz, la más meridional de las dos, es la mayor de España por superficie, más de 21.000 km2. Hermosa en paisajes tanto como rica en gandería y agricultura. Debo de confesar que Badajoz capital, una de las tres principales ciudades extremeñas, junto con Cáceres y Mérida, era la única capital provincial española que aún no conocía. Y esto era algo que me dispuse a subsanar de
inmediato.
Coincidía precisamente con la
celebración, el pasado mes de marzo, de
un Congreso Nacional que comenzaba en Mérida un jueves y al que habíamos prometido
nuestra asistencia. Durante tres días íbamos a tener la oportunidad de visitar
desde allí, recién iniciada la primavera, el sur de Extremadura. La ocasión era
magnifica y por eso, el domingo
anterior, tomamos la Autovía de la Plata camino de Salamanca y Badajoz para
conocer antes esta capital y la Vega del Guadiana.
El río Guadiana y el mar dulce interior
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El río Guadaina entre Extremadura y Portugal. Foto Wikimedia |
El Guadiana ha sido siempre el río más olvidado de la Península
Ibérica. Posiblemente porque su gran hermano el Guadalquivir, se hizo con la fama, el arte y.... con
Sevilla. Pero hoy toca conocer el Guadiana, por cierto, el gran río de
Extremadura.
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Embalse de Orellana. Foto http://www.deviajeporextremadura.net |
En 1952 arrancaba el Plan Badajoz, un ambicioso proyecto de construcción de presas y lagos artificiales, que habrían de convertir a estas tierras feraces pero secularmente sedientas, en un mar dulce de embalses
y regadíos. Ya los romanos habían encauzado las aguas extremeñas y dejaron notables embalses
y presas, como la de Proserpina, a solo 6 Km de Mérida, Emérita Augusta, y la más antigua de
Europa. De allí partía el acueducto de los Milagros, aun en pie, que encaminaba las aguas de la presa hacia la
histórica capital de la Lusitania.
El paisaje de la Dehesa extremeña
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Dehesa extremeña con toros de lidia. Foto Wikimedia |
A partir de Salamanca el paisaje se va convirtiendo en Dehesa,
y de vez en cuanto asoman desde el suelo
algunos berrocales graníticos. Tras
cruzar la sierra de Béjar, y dejar atrás
la villa monumental del mismo nombre, y
la de Hervás, con su famosa judería, la ruta
de la Plata nos lleva directamente a la
histórica Cáceres, ya en Extremadura. Desde
allí, unos 90 km de una carretera simple
pero espectacular, nos va a permitir adentrarnos en
el paisaje de la rica Dehesa extremeña y nos acerca hasta Badajoz.
Estamos en pleno bosque
mediterráneo extremeño, donde crecen
abundantes los alcornocales, los bosques de alcornoques que producen
el corcho y las encinas, que con sus bellotas alimentan al porcino ibérico, el mejor del mundo, de
piel en tonos oscuros y carne exquisita enhebrada de ricas grasas. Este bosque–dehesa es por tanto, una explotación agrícola,
forestal y ganadera, donde abunda la caza, tanto mayor como
menor.
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Piara de cerdo ibérico pastando en la dehesa. Foto Wikimedia |
Badajoz del Guadiana
Al fin llegamos a Badajoz ( 150.000 hbts ), capital de la provincia del mismo nombre, que es la ciudad más poblada
de Extremadura y también su principal centro
comercial y financiero, pero que al
tiempo, rezuma arte e historia. Y ubicada en la misma linde fronteriza con el país hermano.
La Alcazaba
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La Alcazaba |
La entrada más habitual a la ciudad es desde el oeste y - antes de cruzar uno de
sus puentes sobre el Guadiana - sobresale sobre el cerro de la Muela, el
perfil amurallado de la antigua Alcazaba
almohade, hoy engullida por la expansión de la ciudad y casi convertida en un
parque urbano de agradable paseo. Destacan sobre el conjunto una serie de
torres vigía que salpican el contorno de la fortificación. Sobresale airosa la Torre de Espantaperros, precedente arquitectónico de la Torre del Oro de Sevilla.
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Palacio de los Duques de Feria, sede del actual Museo Arqueológico. Foto Wikimedia |
Dentro del recinto se ubica el Museo
Arqueológico, albergado en el antiguo palacio renacentista de los
Duques Feria o de la Roca. Se accede a la antigua fortaleza por la Puerta – en recodo - del Capitel, desde
la Plaza de San José. Hay un bonito Paseo de Ronda que une varias torres
del recinto amurallado.
Una interesante ruta urbana
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Geografía de España. Tomo 7, pp 81.Editorial Planeta. Año 1991.
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Pero hasta llegar
allí, hay un interesante recorrido
urbano que realizar. Para ello contamos con un magnífico plano así como
diversos folletos de gran calidad de
información y de precisas ubicaciones del patrimonio, que nos han proporcionado
en la Oficina de Turismo, en la calle de San Juan, detrás del edificio municipal.
Nuestro hotel, un confortable 4
estrellas, estaba situado junto a la
autovía, en la ruta hacia Portugal, apenas
a 1 km de la raya fronteriza. Para llegar al centro cruzábamos la moderna zona de expansión urbana, sobre la orilla derecha del Guadiana.
Allí se encuentran, además, instituciones como el campus pacense de la
Universidad de Extremadura, el Hospital General, tres
grandes hoteles y un Casino. También varios centros comerciales, sin duda asiduamente
frecuentados por los
vecinos portugueses.
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Puerta de Palmas. Siglo XVI. Entrada principal de la antigua muralla. Foto Wikimedia |
El Puente de Palmas del s. XV, es hoy peatonal y termina en la Puerta de Palmas,
antigua puerta principal del recinto amurallado y que es la entrada natural hacia el
casco histórico. Pasada esta puerta, la
calle Prim y la Juan Carlos I - llena de buenos comercios - llevan hasta la Plaza de San Atón,
presidida por una bella estatua de
Manuel Godoy, famoso pacense y donde están el hospital y el Teatro López de
Ayala.
La Catedral, esa gran desconocida
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Plaza de España. En primer plano la Catedral. Al fondo el Ayuntamiento. Foto Turespaña |
Hacia la izquierda, subiendo por la calle Obispo, nos espera la
Plaza de España con el Ayuntamiento y
la Catedral de San Juan Bautista. Recomendamos especialmente la visita de esta Seo, diferente a
cuantas hemos visto. Construida por mandato del rey Alfonso X el Sabio en el s. XIII, tiene un
aspecto exterior de fortaleza, con una gran influencia del estilo alentejano portugués, en los
conjuntos de almenas y en las preciosas
ventanas de la torre. El interior es
gótico con planta basilical de tres naves y capillas laterales.
Varias cosas llaman poderosamente la atención
en esta catedral. Lo primero la Rejería que es magnífica, de color
natural y de estilo portugués, diferente a cualquier otra iglesia española. El Altar
Mayor con un Retablo exento, barroco
majestuoso de 1717, presidido por San Juan Bautista, patrono catedralicio. El Coro de
madera de nogal americano, con 49 sillas – en dos pisos- todas separadas por columnillas completas, es
una joya plateresca del siglo XVI, obra de Jerónimo de Valencia, discípulo de
Berruguete.
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Interior. Rejería y Altar Mayor. Foto JGP |
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El Coro, joya plateresca del siglo XVI. Foto JGP |
Los Órganos,
dentro del coro, son tres. El central, barroco del s. XVIII, se usa para conciertos sacros; los dos laterales son
anteriores, renacentistas, y uno de ellos carece de tubos; es tradición que los invasores
napoleónicos los usaron para fabricar munición .
Por último llama la atención una
enorme Lámpara votiva de 3.750 kilos de peso y 102 brazos, suspendida en
el crucero, frente al altar mayor. Es del año 1878 y llegó de Madrid.
No menos importante es la Colección de
Tapices Flamencos, del s. XVI, en tonos verdes con escenas galantes y cortesanas. Colgados de las paredes de las
naves, constituyen una joya del arte renacentista.
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Lauda sepulcral. Claustro. Foto JGP |
Y sin olvidarnos de la visita al Museo Catedralicio. Las
siete salas que lo conforman son una joya en sí mismas, con excelentes muestras de platería, marfiles y
cuadros de diversas épocas y autores. Abundan obviamente las obras del pintor
pacense de adopción, Luis de Morales el Divino, del s. XVI . La visita del museo termina con el magnífico Claustro gótico, del año
1500. Allí destaca la lauda sepulcral de Lorenzo Suárez de
Figueroa y su mujer, Isabel de Aguilar, hecha en Venecia hacia 1503 y única en
su género en Europa.
De la Plaza de España a la Plaza Alta
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Edificio Municipal y monumento al pintor Luis de Morales el Divino. Foto JGP |
Varias casas modernistas de excelente factura adornan esta Plaza de España donde está el monumento, estatua sedente, de Luis de
Morales el Divino ( 1510-1586 ).
Ahora subiendo por la calle de San Juan, terminaremos en la
sorprendente Plaza Alta. Es un espacio rectangular casi totalmente porticado, en el estilo de las plazas mayores
castellanas, de origen renacentista, levantado sobre antiguas casas
árabes y el primitivo zoco, adosados a la alcazabas. El conjunto ha sido restaurada en diferentes épocas. Su original belleza se
realza con espectáculos vespertinos de “luz y
sonido”, en determinadas fechas
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La Plaza Alta, porticada. A la izquierda la Torre de Espantaperros. Foto: abolutbadajo |
Descendemos por la calle de San Pedro y enseguida
encontramos la Casa Natal de Luis de
Morales, convertida hoy en un
magnifico Museo de Historia de la Ciudad,
cuya visita recomendamos
vivamente.
La Plaza de la Soledad
Nuestro recorrido urbano prosigue hasta la Plaza de la Soledad con varios puntos de interés.
Lo primero la Ermita de La Soledad, una coqueta y original iglesia
urbana, construcción del siglo XX, que
alberga la efigie de la Virgen de la Soledad, de factura napolitana del siglo
XVII, patrona de la ciudad. Enfrente el
edificio de los antiguos almacenes La Giralda, una bellísima construcción de estilo regionalista, muy bien conservada, con su imitación de la popular torre
sevillana.
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Edificio "La Giralda". Estilo regionalista. |
Y al lado el Museo de Bellas Artes, con magníficos fondos, que no pudimos visitar por encontrarse en
remodelación. Por último, en la misma plaza,
se levanta el monumento al famoso cantaor flamenco " Porrina de Badajoz”, junto al Conservatorio.
Baluartes, jardines, museos
Hasta el año 1860, Badajoz, tuvo una función eminentemente militar, dada
su ubicación de ciudad fronteriza, y se hallaba encerrada dentro de un sólido
perímetro defensivo de tipo Vauban. En
el exterior de ese perímetro aún se aprecian los baluartes - son seis
y todos con nombres de santos - que han
sobrevivido a los tiempos; en uno de ellos se ha levantado el Palacio de
Congresos. Por cierto hay una Ruta de los Baluartes; otra de Jardines, otra
de Museos…..Nos quedó mucho por ver y visitar en Badajoz, una ciudad limpia,
organizada, cuidada y con muy buena gastronomía, que nos impresionó muy positivamente. Seguro
que volveremos ¡¡¡
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