Navegando por el Garona, el Dordoña y el Estuario del Gironda, entre históricas ciudades de viñedos como Burdeos, Pauillac y Saint Emilion.
Viñedos sobre las orillas del Gironda
Un grupo de asociados de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo FEPET, hemos aceptado recientemente una interesante propuesta de la empresa de Cruceros Croisi Europe, con el fin de conocer y difundir las características de sus cruceros fluviales por los ríos Garona y Dordoña.
Es este un viaje excepcional que permite descubrir, desde la comodidad de un excelente barco, ciudades como la monumental Burdeos, la ruta de los mundialmente famosos châteaux, las prestigiosas bodegas como Lafite, Rothschild, Latour, etc., y otros lugares encantadores como Saint-Emilion, además del extenso viñedo de Burdeos, la Denominación de Origen más grande del mundo.
El crucero tuvo lugar entre los días 22 y 26 del pasado mes de Julio de este año, y esta es la pequeña crónica de ese viaje.
Cabe decir de entrada que todos los aspectos de este crucero, el servicio, las comidas y las visitas han sido excelentes. Hemos tenido también la suerte de contar con un guía en español exclusivamente para nuestro grupo.
El Hotel Château Chartrons Mercure en Burdeos
Nosotros habíamos llegado a Burdeos, con nuestro coche, la noche anterior al embarque, y nos alojamos en el Hotel Château Chartrons Mercure **** , situado en el antiguo distrito de comerciantes de vino de Chartrons.
Este hotel, con una hermosa y luminosa fachada victoriana, es uno de los emblemas del “quartier” Chartrons. Los huéspedes quedarán encantados con el restaurante con terraza, el gimnasio, las habitaciones familiares y los grandes salones, algo perfecto para viajes de placer o de negocios. Y todo gira en torno a un gran patio central cubierto, ya que el hotel ha mantenido la misma estructura de lo que fue antiguamente: un almacén de vino. La cena en el pequeño restaurante fue muy francesa y de alta calidad; al igual que el vino. Excelente servicio y habitación.
Hotel Château Chartrons Mercure |
Hacía bastante tiempo que no paseábamos por Burdeos y lo encontramos muy bien preparado para el turismo y lleno de vida. La comercial calle Sainte Catherine a rebosar, como casi siempre, de afanados compradores. La Ópera monumental y los Muelles del Garona muy bien reformados para pasear junto al río. Tras una sencilla comida, callejeamos por el Casco Histórico y visitamos la Oficina de Turismo.
Nuestro barco, el MS Princesse d´Aquitaine
Nuestro barco estaba atracado en la dársena grande del puerto flluvial, muy cerca del centro histórico de Burdeos. En los mismos muelles donde durante siglos, los comerciantes y hombres de negocios se codeaban con los marineros y trabajadores, negociando el vino de Burdeos.
El embarque se efectuaba a las 6 de la tarde y media hora antes ya estábamos junto a la escala de acceso al buque. Con una excelente organización de acogida, el aborde fue inmediato. Ni siquiera tuvimos que ocuparnos de las maletas. En menos de cinco minutos estábamos acomodados en nuestros camarotes y con nuestro equipaje disponible.
La motonave M/S Princesse d´Aquitaine de Croisi Europe |
La Motonave M/S Princesse d´Aquitaine, que nos iba a servir de transporte fluvial y de hotel durante los siguientes días, nos hizo una magnífica primera impresión. Blanco, amplio, limpio, bien organizado, elegante y sencillo al mismo tiempo.
Con una eslora/longitud de 110 metros y una manga/anchura de 11,4 metros, este buque puede transportar hasta 160 pasajeros, acomodados en 78 camarotes, distribuidos en dos puentes; el superior, al nivel del muelle, con 28 camarotes, ( dos de ellos, para pasajeros con movilidad reducida) y el principal o inferior con 50. Todas las cabinas son exteriores, con amplio ventanal y baño con ducha, así como climatización de control individual.
Un amplio salón, con bar y pista de baile y un comedor con capacidad para todo el pasaje, completan los servicios del barco, cuyo tercer puente, en cubierta, amplio y abierto, es un solárium multiuso, acondicionado con sillas, mesas y tumbonas, que por la noche permiten disfrutar de la terraza y de la brisa. La tripulación la forman 25 personas, de ellas la mitad féminas.
El grupo de periodistas españoles en el parque del Château Beychevelle |
Ya descansados y bien acomodados, todos los pasajeros nos reunimos en el salón, donde tuvo lugar el coctel de bienvenida y la presentación del Capitán y el resto de la tripulación. A las 20:00 horas se sirvió la cena.
Después, el largo atardecer de julio animó a algunos compañeros más jóvenes a disfrutar de las orillas del Garona por el Paseo de Tourny. Nosotros optamos por permanecer a bordo, cansados por un dia intenso, y relajarnos plácidamente en el salón del barco, con la animación musical en vivo.
Primera singladura BURDEOS – PAUILLAC
A primera hora de la mañana, mientras disfrutábamos del espléndido desayuno buffet, el barco zarpó de Burdeos. Giró en redondo desde el muelle y tomó dirección hacia el Océano y el Estuario, descendiendo por el río Garona hasta alcanzar el Gironda en la confluencia con el Dordoña. El destino era Pauillac, a donde llegaríamos hacia el mediodía.
Era curioso y muy agradable contemplar ambas orillas desde la cubierta superior, dejándonos refrescar por la brisa que llegaba desde el Atlántico. Mientras algunos compañeros se sumaban a la clase de gimnasia matutina, otros preferíamos actividades más pasivas, observando fauna y flora a lo largo las riberas del rio, desde nuestra cómoda tumbona.
La "Cité du Vin"
A nuestra izquierda, o más propiamente a babor, dejando Burdeos, encontramos un imponente y original edificio en construcción. Será la nueva “ Cité du Vin", la Ciudad del Vino o por su nombre original "Cité des Civilisations du Vin “, que se inaugurará en abril del 2016.
Proyecto de la "Cité des Civilisations du Vin". Burdeos 2016 |
Una gran estructura concebida por los arquitectos Legendre y Desmezières, cuya forma principal recuerda vagamente a la de un decantador de vino. No va a ser un museo, ni un parque temático, sino un recorrido multimedia lúdico, espectacular y que atraerá los sentidos alrededor del vino. Su torre de nueve plantas, estará rematada por una terraza con mirador panorámico que permitirá contemplar el viñedo bordelés circundante.
Nos decía nuestro guía que así como Sidney juega con la imagen icónica de su famosa ópera, o Bilbao con su Museo Guggenheim, a partir del 2016 Burdeos contará también con este monumento contemporáneo emblemático, que dará personalidad a la ciudad. En mi opinión, no cabe duda que esta nueva estructura será interesante, pero Burdeos tiene ya suficiente personalidad y cuenta con un rico patrimonio como para no necesitar nada más.
La orilla derecha del Garona, dejando Burdeos, está ocupada por los tinglados del activo puerto comercial, y la vemos salpicada de barcos atracados en los muelles, de grúas, silos y almacenes. Hasta hace no mucho tiempo, este puerto comercial ocupaba los malecones de la ciudad, hoy dedicados al ocio, al paseo y a los cruceros fluviales.
Nuestro barco navega alegremente aguas abajo, hacia el mar, al encuentro con el río-estuario del Gironda o la Gironda, ya que en francés los grandes ríos tienen, curiosamente, género femenino y los pequeños masculino.
La orilla izquierda del Garona, aguas arriba, baña primero los famosos viñedos de Margaux y luego los del Médoc. Bordeamos la isla Cazeau y aun pasamos dos islotes más, antes de llegar a Pauillac al mediodía. Antes de desembarcar, se sirve puntualmente el almuerzo en el restaurante de a bordo.
Pauillac y el Médoc
Por la tarde, abandonamos el barco para iniciar desde Pauillac, la excursión por el Médoc,. El Medoc es la mayor región de viñedos de la denominación Burdeos y se extiende - se ve en el mapa adjunto – por la orilla izquierda del río, corriente abajo de la ciudad de Burdeos. El nombre proviene de la expresión latina “ in medio aquae “ ; de donde derivó a Médoc. Esta zona parece una península situada entre el río Gironda y el Atlántico.
El Médoc se ubica sobre terreno de grava, que agarra y mejora las cepas de la variedad de uva Cabernet Sauvignon, otorgándole nombre propio. Allí se unen las brisas del Atlántico con los bosques de Las Landas y los sedimentos del Gironda, y todo ello hace tan especial el viñedo y los vinos tintos de esta zona vinícola francesa.
El término “Château”, literalmente castillo, deriva de las primitivas explotaciones vitivinícolas que tenían una casa palaciega (castillo), incorporada a la propiedad, donde solían habitar los dueños. De ahí proceden los diferentes “ châteaux “, que dan nombres a grandes marcas de vinos, sobre todo de esta precisa región. Este término se lo aplicaron los primitivos dueños pero hoy son solo mansiones, siendo un vocablo aceptado en general para los grandes viñedos de un único propietario.
Denominaciones y zonas vinícolas del Médoc. Foto
www.vinsvignesvignerons.com
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Un suelo y un subsuelo pobres dan a menudo un vino excelente. Es el caso del Médoc, donde las viñas gozan de condiciones ideales de clima y de suelo. Suelos fríos de las tierras fuertes y arcillosas, y zonas de gravas, donde los guijarros silíceos desempeñan el papel de acumuladores de calor.
Las Denominaciones y Grandes Vinos del Médoc
En el Médoc se encuentran las mundialmente prestigiosas denominaciones, en francés "appelations ", de Pauillac, Margaux, Saint Estèphe, Saint-Julien y Moulis. En nuestro recorrido atravesamos varias de ellas, a lo largo de la famosa ruta de los "châteaux".
De pasada pudimos admirar las fachadas y los parques que rodean a algunos de estas propiedades y que dan nombre a vinos legendarios, Grand Crus Classé, como Lafite Rothschild, Latour o Mouton Rothschild.
Durante la excursión solo hicimos tres paradas. Una en el Château de Maucaillou, donde nos obsequiaron con una pequeña degustación. Otra en el Château Beychevelle , donde pudimos admirar su espléndida fachada interior y el bonito parque, y por ultimo en la Maison du Tourisme et du Vin , ya en Pauillac.
Entre visita y visita, tuvimos ocasión de contemplar de cerca de algunos viñedos famosos, con las espléndidas fachadas de sus castillos. Recuerdo especialmente el Cos D´Estournel en Saint-Estephe, con un bello exterior de gusto neo románico. También el Château Pichon Longueville de la Condesa de Lalande. En el Château Maucaillou, visitamos el Museo de las Artes y Oficios de la Viña y nos dieron a probar un Château Cissac del 2011 del Haut Médoc y un Château Breuil de Médoc.
La siguiente vista fue el famoso y precioso Chateau Lafite Rothschild. Adquirido por la Familia Rothschild en 1860, por un valor de 4,4 millones de francos, pasó a llamarse Château Lafite Rothschild. Durante el siglo XX atravesó épocas muy duras, coincidiendo con la plaga de filoxera, y las dos guerras mundiales. Durante la Segunda Guerra Mundial el Château fue ocupado por el ejército alemán, y sus bodegas saqueadas. Desde 1974 está bajo la dirección de Eric de Rothschild.
Tuvimos ocasión de admirar también el exterior del famoso Château Latour, que presenta una torre construida sobre la antigua ya desaparecida. La actual se diseñó como un palomar pero ha permanecido como símbolo del viñedo.
Aunque las vides han existido en el lugar desde el siglo XIV, la historia de Latour como un viñedo reputado comenzó a finales del siglo XVII, cuando fue heredado por Alexandre de Ségur, que le añadió Château Lafite en 1716. En 1718 su hijo Nicolas-Alexandre expandió sus propiedades al adquirir el Château Mouton y el Château Calon-Ségur, y empezó a producir vinos de gran calidad.
Su clasificación como uno de los cuatro primeros crus en 1855, le aseguró un éxito continuado y en 1880 fue construido el actual château. En la segunda mitad del siglo XX pasó a manos británicas pero en 1993 volvió a propiedad francesa cuando fue adquirida por el empresario François Pinault por 86 millones de libras.
Esta bodega Latour fue el primero de los “grands crus” que modernizó toda su producción, reemplazando las cubas de fermentación de roble viejo por acero inoxidable, durante los años sesenta.
Château de Beychevelle |
Nuestra visita del Médoc prosiguió con el Château Beychevelle que posee unos fantásticos jardines, con una espléndida colección de esculturas clásicas y modernas, y un gran parque que domina un palacio con tres siglos de historia. Por la elegancia de su arquitectura y este bello parque se le conoce como el “ Versalles del Médoc”.
Posee unos viñedos de 90 hectáreas de extensión, en medio de un terreno de profundas
“ gravas garonesas “, y su tradición vinícola se remonta a la Edad Media. Es actualmente propiedad del Grupo Japonés Suntory y además de bodega, ofrece también un especial hotel de lujo para celebraciones de eventos singulares. En el parque del castillo, nuestro grupo inmortalizó esta visita.
La villa de Pauillac y la "Maison du Tourisme et du Vin"
La siguiente y ultima parada fue en la Maison du Tourisme et du Vin de Pauillac, donde nos recibió Ana Perez, su encargada, una simpática española de origen . Allí asistimos a una degustación ofrecida por 14 productores de la zona, que forman parte de los no clasificados como “ cru”.Nos parecieron vinos buenos y bastante asequibles. Esta oficina ofrece, además, una gran selección de las ocho denominaciones del Médoc. Fue realmente una visita muy agradable. Alli descubrí que tengo una bodega homónima, “ Château Julia “ de la denominación Pauillac. Sus dueños nos obsequiaron con una degustación de una excelente cosecha cuvée Antoine del 2011.
Desde allí dimos un pequeño paseo por Pauillac, una pequeña población de 5.000 habitantes, asomada a la orilla izquierda del Gironda, y que es la Capital del Médoc vitícola.
Château Pichon-Longueville. Pauillac. Foto PA — Travail personnel. Sous licence CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons |
En Pauillac se producen cada año 54.000 hectolitros de vino tinto en una extensión de 1.200 hectareas de viñedos. Se corresponden mayormente a la uva cabernet-sauvignon, acompañada de la merlot, y en una pequeña medida también las uvas petit verdot y malbec. Según los expertos, el cabernet-sauvignon ha encontrado en estos suelos su terreno ideal. Cabe resaltar que la bodega Mouton-Rothschild produce también un óptimo vino blanco.
Regresamos a bordo para disfrutar de una muy agradable cena, seguida de un simpático espectáculo a cargo de la tripulación, esta vez en su faceta de artistas. Navegamos hacia Blaye, aguas arriba y en la orilla derecha del Gironda, donde el barco hizo escala nocturna.
Próxima II Parte: De Blaye a Saint Emilion por el río Dordoña.
Buen articulo, yo estoy realizando este curso fp información y comercialización turísticas, espero trabajar en programas de comercialización turística.
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