Los impalas son agilísimos saltadores. Foto Arturo de Frias Marques -commons.wikimedia.org |
Nuestro primer safari fluvial
Tras una agradable comida-buffet y un corto descanso, abordamos una lancha grande en el embarcadero del propio hotel. Nuestra embarcación comenzó a deslizarse suavemente por el río Chobe, mientras escudriñábamos ávidamente el paisaje en busca de la fauna del lugar.
El río Chobe, que cambia de nombre varias veces a lo largo de su recorrido, y que aquí también llaman río Cuando o Kuando, es un afluente del gran Zambeze, por su margen izquierda y forma frontera natural con Namibia, la otra orilla del cauce por el que estamos navegando.
Safari fluvial navegando el río Chobe |
Búfalos, cocodrilos y elefantes
Es un paisaje sereno, apacible, de suaves lomas y vastas planicies. En medio de una gran sabana de pequeños árboles y arbustos, varios islotes de pradera salpican el río aquí y allá. En estas zonas verdes pastan tranquilamente búfalos cafre dispersos y algunos kudús, una especie de antílopes de la sabana. Los búfalos, de ostentosa cornamenta, llevan alrededor y sobre su lomo, un cortejo de aves, que se alimentan de sus pieles viejas e insectos, en perfecta simbiosis y armonía. Los kudús, por su parte, pacen también sosegadamente lejos de las orillas, donde podrían peligrar sus vidas, demasiado cerca de las fauces inmensas y amenazantes de los taimados reptiles.
El búfalo cafre, con su impresionante cornamenta, abunda en el Parque Nacional de Chobe |
Los cocodrilos que pudimos observar no estaban en el agua, sino que sesteaban al sol, inmóviles, estáticos, sobre la orilla, donde su color verdoso y ocre se mimetizaba con el del entorno y casi pasaban desapercibidos. Vimos varios de un considerable tamaño – unos 4 /5 metros – que pudimos contemplar a muy corta distancia y a placer. El Cocodrilo, está presente en los ríos, los lagos y en las charcas. Casi siempre cerca de la orilla, atento a los animales que se acercan a beber. En ese momento se tiran al cuello de la victima y la inmovilizan, arrastrándola al fondo y ahogándola. Si el animal no es grande, se lo tragan entero, quedando luego largas horas e incluso días en letargo, mientras digieren la comida con un poderoso aparato digestivo. A veces se ven cocodrilos descansando con las fauces muy abiertas: están " comiendo " los rayos del sol y con ellos recargando su complejo sistema de nutrición interno.
Las fauces amenazadoras un cocodrilo, descansando en la orilla. Foto JGP |
De la sabana surgió de pronto una pequeña manada, una familia más bien, de unos quince ejemplares, de elefantes de diversos tamaños, incluidos dos graciosos pequeños. Descendieron tranquilamente por la suave pendiente hasta la misma orilla. Bebieron despreocupados, y durante unos diez minutos se pasearon tranquilamente y en ordenada fila, por la playa fluvial, ante el regocijo de los curiosos y emocionados visitantes , que desde el barco, no cesaban de disparar sus cámaras. Se diría que el espectáculo estaba preparado por la organización....En esos largos minutos no se oía el zumbido de una mosca. : el silencio era esencial para no ahuyentar a los paquidermos.
Hipopótamos: los reyes de Chobe
Pero los auténticos reyes de Chobe son los Hipopótamos ( caballo de río , en griego clásico ) y de ellos hemos disfrutado mucho, tan divertidos con sus torpes movimientos, sus placenteros baños, y sus carreras frenéticas. Negros o rojizos, lustrosos, de enorme envergadura, con sus cortas patitas, sus orejas diminutas, resultan animales simpáticos, aparentemente inofensivos...y sin embargo...
Parecen tranquilos pero son capaces de volcar una barca de una embestida, o partir un cocodrilo de un solo mordisco. Es el animal que más víctimas causa entre la población africana. A veces de forma involuntaria. Incluso sus propias crías resultan aplastadas cuando dos machos disputan de forma muy violenta. Es mejor verlos a distancia. Bajo el agua trotan ágilmente y se presentan a tu lado en un santiamén. Pero, en conjunto, es un animal atractivo, un paquidermo de gruesa y brillante piel, que adora los baños frecuentes, para refrescar su piel abrasada por el sol.
Una familia de hipopótamos se baña en el río, indiferentes a la mirada atenta de los visitantes |
Para los hipopótamos, abrir sus fauces es como un juego, aunque, a menudo, los machos lo usen para disuadir, quitar de en medio, a sus competidores. En su época de celo, luchan entrecruzando su inmenso hocico y sus cuatro colmillos grandes y redondos.
Gustan estos paquidermos de estar bajo el agua, pues al sumergirse , sus narices y orejas de ocluyen, pudiendo mantenerse así hasta ocho minutos. Para muchos de nosotros, disfrutar con el espectáculo de estos enormes animales, fue lo mejor de este primer crucero.
Tuvimos ocasión de encontrar varias águilas pescadoras, revoloteando vigilantes, sobre el río o posadas en las ramas secas de los árboles muertos. Su nombre común es el de pigargo vocinglero. Los machos habitualmente tienen una envergadura de alas de alrededor de 2 metros, mientras que las de las hembras miden 2,4 metros. Son muy distintivos en apariencia, tiene la mayoría de su cuerpo cubierto de plumas color café, y poderosas alas negras. La cabeza, pecho y cola del pigargo vocinglero es de color blanco nieve y su pico con forma de gancho es amarillo con la punta negra.
El águila pescadora o pigargo vocinglero, desplegando sus garras en un espectacular ataque. |
Todo el entorno destilaba una inmensa paz y armonía, los barcos surcaban las aguas silenciosamente, y los viajeros permanecían absortos, silentes y asombrados.
Ya atardecía precipitadamente en el trópico. Cuando iniciamos el regreso al Lodge, después de varias horas de navegación, el sol llameaba entre nubes rosadas, reflejando su estela de luz generosa sobre la corriente del Chobe. Un inolvidable crepúsculo.
Habíamos alimentado nuestra retina con espléndidas visiones y nuestras cámaras de fotos con espectaculares tomas.. Aquella noche, dormimos satisfechos, después de una generosa cena. Al día siguiente, había que madrugar. El safari terrestre comenzaba de amanecida, a las 6 de la mañana.
Un safari por la sabana
A primera hora el grupo se acopló en los grandes jeeps todoterreno adaptados, con capacidad para unas 10 personas, provistos de 3 filas de asientos corridos. Yo ocupé la décima plaza que estaba junto al guía conductor. Y a gran velocidad partimos a descubrir la fauna de la sabana. Tomamos la misma carretera de nuestra llegada pero en sentido contrario.
Un safari terrestre puede deparar escenas espectaculares e imprevistas como esta |
De entrada pudimos observar numerosos primates madrugadores, familias de ágiles impalas, hienas y algunos facoceros. Es este un pariente lejano del jabalí europeo, aunque de mayor tamaño y con dos grandes colmillos que le sirven de defensa. Sus crías son como los jabatos comunes. Pero debíamos adentrarnos al fondo del boscaje para tratar de encontrar otras especies más codiciadas.
Penetramos por pistas laterales de tierra. Afortunadamente estamos aún en la estación seca. No hay fango que nos complique la marcha. Nuestro guía conductor observa atentamente, a un lado y otro de la ruta, buscando con ojos de experto, los rastros de animales. Se deja guiar por su instinto, por la experiencia de días anteriores y por las indicaciones de otros guías que encontramos por el camino.
El primer grupo interesante que descubrimos es una manada importante de búfalos cafre, que pastan tranquilamente en un claro de la vegetación. Los búfalos siempre van en manada, así sobreviven más fácilmente. Solo las crías y los individuos enfermos son vulnerables . Tienen la piel muy gruesa y se defienden con su fuerte cornamenta. No son por tanto fáciles de cazar.
De pronto, el guía nos advierte, a nuestra izquierda, la presencia de un grupo de unas diez leonas, que agazapadas entre los arbustos, observan atentamente, sin perder de vista los movimientos de la manada de búfalos.
Un grupo de leonas, ocultas entre los arbustos, observa a la manada de búfalos. |
Los leones son relativamente abundantes en esta zona y no es difícil verlos, aunque es habitual que se escondan entre la foresta y hay que adivinar su presencia. Como ya sabemos las leonas son las cazadoras, con una maestría especial y técnicas de ataque en grupo. Los machos son los primeros que se alimentan de lo cazado y ya con el hambre calmada no resultan tan peligrosos.
Según nuestro guía, las leonas seguían a esta rebaño desde hace días, esperando el momento propicio para el ataque. Permanecimos quietos y en silencio durante al menos 20 minutos. El ataque no se produjo. Los búfalos formaban un grupo compacto y no llevaban crías, lo cual, para los leones, según nuestro explorador, hacia difícil y poco productiva su caza. Si acaso buscaban individuos enfermos o lisiados a los que atacar con posibilidades de éxito.
Más adelante, encontramos en nuestro camino un hermoso ejemplar de elefante, que, aislado, apacible y sosegado, buscaba entre las ramas del arbolado su alimento. Los elefantes son los reyes de la sabana de Chobe. Los más abundantes de África, pues se estima en unos 50.000 en Botsuana. Generalmente son animales tranquilos que, además, " avisan " si se enfadan. Los leones huyen de ellos como de la peste, ya que, aunque las crías, que son adorables, son más vulnerables, los elefantes viven en familia y se defienden con gran eficacia.
Nos cruzamos de nuevo con varios grupos de elegantes impalas, que huían saltando ágilmente en todas las direcciones, a nuestro paso. Los Impalas, se puede decir que han nacido para ser comidos, pues todos los carnívoros los cazan, incluidos los cocodrilos. Están por todas partes y al alcance de sus perseguidores. Son parientes de los kudús, un gran antílope de cuernos retorcidos; y de los Antílopes Sable que es una curiosa mezcla de cabra y caballo. Más lejanos son los Waterbucks, especie de antílope acuático que están siempre en el punto de mira de los cocodrilos.
Nuestro segundo safari
La segunda mañana de safari motorizado fue también productiva. Además de la fauna encontrada en nuestro primer recorrido pudimos ver algunas especies nuevas.
Impalas y
cebras pastando en Chobe. Foto Gorgo -
Photo/commons.wikimedia.org/
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Así tuvimos ocasión de encontrar un pequeño grupo de vistosas cebras que siguieron pastando tranquilamente ante nuestra presencia. Las Cebras, relativamente abundantes en Chobe, con su pijama a rayas, son elegantes y originales. Siempre se mueven en grupos y generalmente por espacios abiertos para sentirse más seguras. Con su forma de caballo rechoncho son un manjar para los carnívoros.
De repente, el guía nos dirigió la vista a unos arbustos altos por donde asomaba la cabeza de una jirafa. En breve pudimos contemplarla en toda su figura, alta, esbelta, en tanto ella, despreocupada, comía feliz. ¡¡ Qué estampa maravillosa !!. Las Jirafas, con su cuello de hasta dos metros, comen siempre las ramas altas de los árboles y arbustos. Por eso no es difícil verlas, pues su cabeza sobresale por encima de la floresta. Son relativamente abundantes en Chobe. Su punto débil es la postura forzada que ponen para beber. En ese momento son vulnerables para leones y cocodrilos.
Es frecuente encontrar jirafas aisladas en la sabana. Foto de KlausF - commons.wikimedia.org/
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Recorrimos después una gran extensión de sabana sin encontrar prácticamente fauna. Hicimos una pequeña parada en un claro junto al rio, para un refrigerio. En nuestro regreso al Lodge, tuvimos ocasión de contemplar la mangosta rayada, nos cruzamos con monos de diversos tipos y con las simpáticas gallinas de guinea.
La otra Fauna de Chobe - Botsuana
Botsuana es famosa por tener una de las mejores áreas de fauna silvestre de todo el continente africano. Sus parques nacionales, reservas y otras zonas de protección animal, ocupan un 38 por ciento de la superficie total. Además, son territorios en su mayor parte sin vallar, lo que permite a los animales deambular libremente pasando de una reserva a otra. Botsuana cuenta con una fauna asombrosamente prolífica en un hábitat de vegetación de sabana exuberante, de lagos y de ríos.
Según los expertos son cerca de 20 las especies que dominan la fauna en Botsuana. Algunas de ellas, ya mencionadas, tuvimos la suerte de contemplarlas en su hábitat natural. Otras ni las olimos; dos días no son suficientes para poder encontrarlas a todas.
El Rinoceronte, abunda en esta zona, pero son muy difíciles de ver, sobre todo en época de cría.
Los Guepardos y Leopardos, tienen fama de ser muy esquivos y resulta muy dificultoso encontrarlos. Las dos especies tienen una comida favorita : las gacela e impalas. Por eso buscábamos a estos, con la esperanza de encontrar a los carnívoros. Vano intento.
El zorro orejudo es el símbolo de los Parques de Botsuana.Foto Yathin S Krishnappa - commons.wikimedia.org |
Los Chacales, las Hienas, los Licaones y los Zorros, son bastante abundantes en Chobe. Todos se alimentan de roedores, aves y mamíferos pequeños. También de restos de la caza de los carnívoros mayores. Salen con preferencia por la noche. Curiosamente el Zorro Orejudo es el icono de los Parques Nacionales del país. No encontramos ningún ejemplar en nuestros safaris.
Las Aves, de las que hay algunas especies en Chobe : los Jabirúes, especie de cigüeña con pico rojo, negro y amarillo. Los Marabúes que son carroñeros y en parte se asemejan a los Buitres con su pescuezo sin plumas.
Botsuana es el último bastión de una serie de aves en peligro de extinción como sucede con la avutarda y el buitre del Cabo. También de ciertos mamíferos que incluyen a perros salvajes, guepardo y la hiena marrón.
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Terminaba así nuestra aventura en el Parque Nacional de Chobe, felices de haber descubierto por nosotros mismo una pequeña parte de este país, Botsuana, declarado el mejor país del mundo al que viajar en 2016.
Solo viendo las imágenes me han dado unas ganas increíbles de hacer unas vacaciones de aventura como estas porque ves cosas que nunca vas a poder ver... Resultó muy caro el viaje entero? Mucho calor? Un saludo
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