jueves, 8 de febrero de 2018

Bulgaria II. Sofia la atractiva y desconocida capital del país de las rosas.



Sofia, a los pies del Monte Vitosha, Parque Natural y lugar de esparcimiento de los sofiotas


Sofia, los búlgaros lo pronuncian así, acentuada en la primera sílaba, es la capital de uno de los países más pobres de la Unión Europea y uno de los últimos incorporados, en 2007, junto a su vecina Rumanía. Sin embargo, no es una sensación de penuria lo que uno aprecia cuando pasea por sus calles. 

Con  1.300.000  habitantes, un urbanismo moderno, de amplias avenidas y espaciosas plazas,  una magnífica arquitectura clásica y moderna, parques y jardines frondosos, y un ritmo calmado, nos recordó  la España de los años 80 del pasado siglo. 

Situada a una altitud de 550 metros, en medio de un gran valle, entre dos cadenas montañosas, dominada por la mole omnipresente del  Monte Vitosha,  es también la ciudad más grande del país. Su clima  templado-continental,  se caracteriza por  inviernos fríos y níveos, y veranos frescos y agradables. 

Una historia  antigua, rica y variada

La ciudad se encuentra estratégicamente ubicada en un cruce de caminos, entre Europa y Asia,  y por ello estuvo habitada desde la más remota antigüedad. Atraídos por sus cálidas aguas termales, ya en el siglo VIII a.C., se establecieron en esta zona los Tracios de la tribu Serdi. En el siglo IV a.C. los Macedonios de Filipo y Alejandro Magno ocuparon la ciudad. En el siglo I d.C, tras ser conquistada por el Imperio Romano, se convirtió en la próspera urbe de Ulpia Serdica.  Con el emperador Trajano, pasó a ser el centro administrativo de la región. Más adelante, el emperador Constantino el Grande la enalteció y  apreció de tal manera que  llegó a afirmar : "Sérdica es mi Roma". Fue uno de los primeros centros  de la nueva religión oficial  del Imperio, la cristiana. 

Museo Arqueológico al aire libre en el Largo, con las ruinas de Ulpia Serdica. Foto ww.travelpotpourri.net



Tras las invasiones bárbaras de los Hunos y la caída del Imperio de Occidente, la urbe quedó arruinada durante casi un siglo. Experimentó un segundo periodo de esplendor, formando parte del Imperio Bizantino, durante el reinado del emperador Justiniano el Grande (527-565).  

Sofia adquirió su nombre actual a finales del siglo XIV, adoptando el apelativo de su símbolo y templo principal, la Basílica de Santa Sofía. En 1382 fue conquistada por los Turcos Otomanos, que la ocuparon durante 500 años, periodo en el que la ciudad fue decayendo paulatinamente. Liberada con la ayuda de las tropas rusas del Zar Alejandro II, el 4 de enero de 1878, fue declarada capital del Principado de Bulgaria primero y del nuevo Estado búlgaro más tarde. En 1944 fue liberada por el Ejército Rojo y se convirtió en la capital de la nueva República Popular Socialista de Bulgaria.  

Vestigios de la Historia.  Basílicas, Mezquitas y Sinagogas 

A lo largo de la historia, pasaron por Serdica y Sofia todos los pueblos invasores: Tracios, Griegos, Romanos, Hunos, Bizantinos, Eslavos, Turcos, etc. y cada uno dejó su impronta en la ciudad.  Allí donde se excave,   aparecen por doquier ruinas antiguas,  por lo que la ciudad moderna se construyó en torno y  alrededor de sus tesoros arqueológicos. El pasado de Sofia, especialmente el romano,  sale al paso del visitante,  en muchos rincones urbanos. 

Como es lógico cada uno de  esos pueblos invasores dejó vestigios de sus creencias y cultos.  Por ello encontraremos esparcidas ruinas de templos paganos o basílicas romanas cristianas,  junto a mezquitas, iglesias ortodoxas y sinagogas

Ruinas romanas bajo la Mezquita otomana de Banya Bashi


Aunque la mayoría de los búlgaros se declaran hoy en día cristianos ortodoxos, uno de cada 10 es musulmán, herencia de los antecedentes turcos.  En el centro de la capital encontramos la Mezquita de Banya Bashi, construida en 1576, sobre las ruinas de antiguas termas romanas, durante la dominación otomana. Destacan el minarete y la  gran cúpula.

En Sofia  existe también, muy cerca de la mezquita,  la  Sinagoga, una de las mayores de Europa, construida en estilo neo árabe  en 1909. La ciudad acogía en esa época  una importante comunidad hebrea, de casi 50.000 personas, la mayoría de origen sefardita, que permaneció hasta después de la II Guerra Mundial. Bulgaria  fue el único país europeo que,  aliado de Alemania y soportando fuertes presiones, no entregó ningún judío  a las autoridades nazis, para ser exterminados en los campos de concentración. Tanto el Patriarca Ortodoxo Stefan I, como el rey Boris III, jugaron un papel importante en esta decisión. De hecho, este último murió en extrañas circunstancias en 1943, al regreso de un  conflictivo encuentro con Hitler. 

Monumento de Santa Sofía, patrona de la capital


La ciudad de Sofia, lleva el nombre de la Santa Sabiduría, Sofía, que en la tradición bizantina es madre de tres hijas: Fe, Esperanza y Amor.  El monumento a Santa Sofía, su patrona, construido en 2001, está situado en el mismo lugar en el que se encontraba la estatua de Lenin durante la época comunista. La escultura, de 8 metros de altura, en bronce y cobre, es obra del escultor Georgi Chapkanov y se levanta sobre un pedestal de 16 metros de altura. El brillo dorado de la estatua se distingue a distancia y marca el eje medio  de la ciudad, pues está emplazada en la confluencia de dos importantes arterias  de la urbe, la calle Vitosha  y la Avenida de Todor Alexandrov. 

Sofía también puede presumir de sus manantiales,  que durante siglos atrajeron a nuevos pobladores. Hay más de 40 fuentes urbanas,  en las que se puede beber agua mineral, muy saludable.. 

Una visita de la ciudad 


Nuestro primer día en Sofia amaneció nevando. Era muy hermoso contemplar  la capital despertándose  cubierta por un manto blanco, desde  una habitación en el piso 14 de nuestro hotel. Nos abrigamos convenientemente y partimos sin arredrarnos, para la aventura de descubrir una ciudad bajo la nieve. 

La iglesia Rotonda de San Jorge

La iglesia de San Jorge, del siglo IV,  es el edificio más antiguo de la ciudad


El autobús nos dejó en las proximidades de la iglesia Rotonda de Sveti Giorgi.  Este templo, la iglesia Redonda de San Jorge, tiene fama de ser el edificio más antiguo de la ciudad. Está ubicado, en un sorprendente contraste, en medio de un patio de manzana, cerrado, rodeado de edificios modernos de la Administración y el Hotel Balkan,. 

Ocupa la parte central de las ruinas de unas antiguas termas romanas de la ciudad de Ulpia Sérdica. Aquí se levantó en el siglo IV, esta pequeña basílica cristiana,  probablemente sobre los restos de un templo pagano. Destaca en su exterior su cúpula cilíndrica y su acabado en ladrillo. Los frescos del interior, tanto en la nave como en el techo de la cúpula, son muy interesantes, aunque de factura medieval. Los turcos, cuando ocuparon la ciudad, la convirtieron en mezquita y, de nuevo volvió a ser iglesia cristiana con la independencia del país, en el siglo XIX. 

La Presidencia, el Museo Arqueológico  y el Largo

La salida de la visita  de este conjunto de templo y ruinas,  se hace por la Plaza de Atanas Burov.  Aquí se ubica la sede de la Presidencia de la República, donde cada hora,  se realiza el vistoso y marcial cambio de guardia, que atrae a muchos turistas. 

El Largo, un diseño urbanístico y arquitectónico de la etapa socialista. Al fondo, la antigua sede del Partido Comunista


Frente a Presidencia se encuentra el Museo Arqueológico Nacional, que guarda interesantes colecciones del pasado tracio, griego y romano, principalmente.   Al otro lado de la Avenida se halla la Plaza Nezavisimost o de la Independencia. Se encuentra en el centro del denominado Largo , un conjunto arquitectónico de tres edificios que corresponden al estilo llamado socialista o estalinista,  de los años 50 del siglo XX. Destaca la mole neoclásica de la antigua sede del Partido Comunista Búlgaro. Sobre el frontis de grandes columnas corintias,   sobresale la torre rematada por una gran aguja. Encima de ella, y hasta la caída del antiguo régimen, coronaba el edificio una enorme estrella roja. Ahora, ondea allí la bandera nacional y el edificio acoge oficinas del Parlamento de la República y centros comerciales

.Desde aquí tomamos el Bulevar del Tsar Osvoboditel, es decir del Zar Liberador, cuyo nombre hace referencia la actuación del Zar de Rusia, Alejandro II,  en la liberación de Bulgaria contra el Imperio Otomano en 1878. Es una arteria importante del centro de Sofia, donde se sitúan notables instituciones culturales, como  la Galería de Arte Nacional, el Museo Etnológico  y  tras unos jardines  el Museo de Historia Natural. Todos ellos quedan a nuestra izquierda. 

La Iglesia Rusa de San Nicolás el Milagroso



La siguiente parada fue una bella sorpresa : la Iglesia Rusa, llamada de San Nicolás el Milagroso,  una joya arquitectónica que parece inspirada en  un cuento oriental.  La iglesia fue erigida en el emplazamiento de la mezquita de Saray, destruida tras la liberación de Bulgaria.  Se construyó para ser la iglesia oficial de la embajada y la comunidad rusas de Sofia. La obra se inició en 1907 siendo consagrada la iglesia en 1914. Hoy en día es una de los templos ortodoxos más bellos  de la capital. Con un estilo inspirado en las iglesias rusas del siglo XVII, destacan las cinco suntuosas cúpulas exteriores revestidas de oro.

Justamente enfrente de la Iglesia Rusa,  almorzamos en el restaurante Corso, bastante bien por cierto. Desde aquí proseguimos nuestra visita tomando a nuestra izquierda la calle Rakovski y más adelante,  a la derecha la calle Oborishte. Allí descubrimos una hermosa perspectiva de la fachada principal de  la Catedral de Alexander Nevski, hacia la que nos dirigimos.

La Basílica de Santa Sofía y el Monumento al Soldado Desconocido

Interior de la Basílica bizantina de Santa Sofía


Aquí nos encontramos dos lugares simbólicos de la ciudad y del país. A nuestra izquierda, apenas escondida tras unos árboles se encuentra la iglesia de Santa Sofía, Sveta Sofia, la segunda más antigua de la capital búlgara después de la Rotonda de San Jorge. Es una primitiva basílica bizantina construida en el siglo VI, en la época de Justiniano. En el siglo XIV, la iglesia dio su nombre a la ciudad, hasta entonces conocida como Serdica. Bajo el dominio otomano, se transformó en una mezquita y solamente volvió a ser templo cristiano después de la liberación. 

La iglesia de Santa Sofía es una de las muestras más valiosas de la arquitectura de los primeros cristianos del sudeste de Europa.El interior, severo, es de planta de cruz latina, con tres altares. El piso está cubierto con mosaicos paleocristianos. 

En el exterior encontramos el Monumento al Soldado Desconocido, que conmemora a los soldados búlgaros muertos en las diferentes guerras. La llama eterna arde en su memoria, no lejos de la gran escultura de un león, una alegoría nacional. 

Curiosamente esta zona de la ciudad tiene el pavimento pintado en un color ocre amarillo, para destacar el hecho de que su adoquinado fue sufragado por el emperador austriaco Francisco Jose I, con ocasión de su visita oficial el año 1907. 

La Catedral de Alexander Nevski 



La catedral de Alexander Nevski es una de las mayores de Europa y desde luego el auténtico símbolo de la ciudad. Debe su nombre a Alexander Nevski, al santo de la Iglesia Ortodoxa y príncipe ruso del siglo XIII, que luchó por la independencia del país y es un símbolo nacional. Fue sufragada esta catedral por el zar Alejandro II, para conmemorar la ayuda decisiva prestada a Bulgaria, que permitió al país liberarse del yugo otomano después de cinco siglos de ocupación.

La catedral es grandiosa por fuera, con una torre de 53 metros y una preciosa cúpula central bañada en oro, siendo las restantes cúpulas en cobre verde. Todo el edificio, obra del arquitecto ruso Pomerantsev, domina una inmensa plaza circular que le da mayor realce. Es una mezcla de estilo ruso y neo bizantino que forma una elegante composición.

La Catedral de Alexander Nevski conmemora la Liberación de Bulgaria del Imperio Otomano en 1878


En su interior caben en torno a 5.000 personas, si bien en las grandes celebraciones, toda la plaza se llena al completo de fieles. Dentro la atmósfera es plenamente ortodoxa y sus paredes están cubiertas de iconos, cuadros, en oro y plata, todas de principios del siglo XX, además de otras decoraciones en mármol, ónix y pinturas murales. El iconostasio, que en las iglesias ortodoxas separa a los feligreses del altar principal, es de mármol y su fachada está repleta de iconos de santos. Casi a sus pies está la Cripta, cuya colección de Iconos merece una visita. Tiene dos Tronos, uno para el Patriarca y otro para los Reyes que curiosamente, ninguno ha utilizado.Los Velatorios están a dos niveles: los altos para los fieles y los bajos para los muertos. Todas las velas son cortas y delgaditas, diseñadas, según creo, para que duren un solo día. 

Detrás de la catedral se encuentra la Galería Nacional de Arte Extranjero, que suele ofrecer exposiciones de artistas mundialmente famosos. De regreso a la Avenida Tsar Osvoboditel encontramos el edificio neoclásico que alberga el Parlamento o Asamblea Nacional, y frente a él, el Monumento a caballo del Zar Libertador, Alejandro II. 

El Mercadillo Navideño 

Es esta un costumbre habitual en la Europa central y oriental que,  al margen de su función práctica de vender productos decorativos y gastronómicos de Navidad, presta un aspecto evocador y típico  al centro de las ciudades.  



En Sofia, en el Parque Cristal, los jardines situados entre el Museo Arqueológico y la Iglesia Rusa, se instala cada año el Mercadillo de Navidad más importante. Tuvimos ocasión de realizar una curiosa visita

No era significativa   la oferta de figuras tradicionales del Belén, que no es una  tradición búgara,  pero la propuesta de productos decorativos y gastronómicos navideños era amplia y atractiva. Tomamos vino caliente especiado, algo que ya conocíamos en Centro y Norte de Europa; riquísimo y reparador en épocas frías como esta. Hablamos con Papa Noel y saludamos a gente interesante que regentaba los puestos de venta, artesanos como Nicolás, un búlgaro que había residido 10 años en Madrid y ahora elaboraba productos de chocolate con formas muy variadas, como las de herramientas de carpintería. Más tarde  en un café situado en los bajos del Museo de Arqueología , degustamos un delicioso chocolate a la taza con churros. Buen final para un nevado pero delicioso día.   




4 comentarios:

  1. The second photo in this blog post has been stolen from my blog: http://rossiwrites.com/travel/bulgaria/20-things-to-do-see-sofia-bulgaria/ It is a shame when bloggers steal from other bloggers. Please, remove my photo from your blog.
    Rossi Thomson

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  2. Magnífico trabajo de lo que fue un viaje muy interesante y de momentos fastásticos que pasamls juntos.

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  3. Bulgaria tiene un excelente pasado, para no envidiar del mundo.

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