domingo, 13 de marzo de 2011

La Ruta de la Seda : La Impronta Rusa en Uzbekistan

Fuente Wikipedia


Cada vez que emprendo un viaje, pasan por mi cabeza diversos pensamientos sobre lo que voy a visitar. Bien es cierto que, antes del viaje, me procuro la información necesaria para iluminar mi periplo, pero, sin embargo, la percepción auténtica solo la recibimos una vez en el destino. Luego cabe comparar el antes y el después de un viaje, en razón a nuestros pre-juicios y también a los post -juicios . A veces estos no coinciden porque la realidad es la única que nos pone los pies en la tierra. 

He de confesar que, antes de mi viaje a Uzbekistan, estaba más concentrada en el aspecto islámico del país que sobre cualquier otra cosa. Excepto, obviamente, que por alli pasaba la Ruta de la Seda. Y ya sobre el terreno, hubo algo que no me ha pasado desapercibido. Excepto para el maravilloso arte que se disfruta en este país, los viajeros apenas piensan en los últimos  dos siglos de Uzbekistan, en lo que ha pasado de especial en este tiempo. Es algo que ha diluido bastante, a mi entender, la esencia de una zona que es asiática, islámica y lejana del mar; y es la presencia rusa en Asia Central. 


Uzbekistan  ha visto a lo largo de la historia,  su suelo cruzado y ocupado por todo tipo de pueblos. Por allí han pasado entre otros los griegos de Alejandro Magno, los Seleúcidas, el imperio Sasánida etc, que dejaron paso a los pueblos nómadas llegados de China. 


Entretanto, los intercambios comerciales daban origen a la milenaria Ruta de la Seda que, desde el Tigris en Irak se vino a centrar en el Amur Daria, río de Uzbekistan. La seda se emparentaba con las especias, el incienso, el papel y la porcelana; todos los productos usaban caminos parejos y todos los paises se enriquecíeron al tiempo que prosperaban los espacios y los recintos urbanos. 


La llegada del Islam 

Samarcanda en 1872. Óleo sobre tela del pintor ruso Vasily Vereshchagin 
Desde el año 750 la expansión árabe tomó sitio en Uzbekistan y el invento chino del papel fue fundamental para hacer de Samarcanda, el centro de la difusión del Corán. En 1220 llego Gengis Khan y su imperio mongol; y en 1369 un uzbeko, pariente lejano de Gengis, se hizo con el poder siendo elegido gran emir de Samarkanda. Amir Timur, más conocido como Tamerlán, fue un caudillo despiadado y orgulloso que, aunque fomentó la cultura, el arte y las ciencias, creó un imperio efímero que solamente duraría un siglo.


Entrada de las tropas rusas en Jiva. 1871

La cultura islámica seguía vigente y fuerte, cuando Oulug Beg comenzó la construcción de madrasas ó medersas. En el siglo XVI la influencia religiosa en el kanato uzbeko llegó a frenar el comercio de la seda y el desarrollo intelectual el país. Los nómadas kirguises y kazakos fueron transformando poco a poco a los uzbekos hasta que, hacia 1860, llegaron los rusos a esta región. En 1864 el Imperio Ruso comenzó la conquista de Uzbekistan y con ello la de todas las regiones de Asia Central. Para 1867 había nacido el Turkestán nombre que las había Lenglobar a todas ellas. Hasta 1924 no nace el actual Uzbekistan; por cierto en tiempos de Stalin. 


 
Bandera de la desaparecida República Socialista Soviética de Uzbekistán

La Revolución Rusa habría de afectar profundamente al país. Con la instauración de los soviets, las tradiciones, las costumbres, el papel de la mujer, la economía, la religión cambiarían de forma radical para siempre. Y eso se nota en la actual estructura del país de forma muy notoria.

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