INGAPIRCA, el centro Inca más importante de Ecuador
Ingapirca
es una palabra quechua que significa " la muralla del Inca". Las construcciones están situadas a 3.160 metros de
altitud, a unos 16 kms de la ciudad de Cañar. Estas son las mejores
ruinas incas conocidas en Ecuador y las de mayor valor arqueológico del país.
El
edificio más importante es el Templo del Sol, una construcción de forma elíptica levantada
alrededor de una gran roca, y dominando todo el conjunto. A
su alrededor existían diversos edificios
de uso religioso, festivo, habitacional y depósitos. Las calles estaban empedradas y comunicadas
entre si por medio de escalinatas.
La obra está construida al modo incaico, sin mortero en la mayor parte del
complejo. Las piedras fueron cuidadosamente talladas y modeladas para encajar a
la perfección. El templo está ubicado de tal modo que en los solsticios,
exactamente en el momento adecuado del día, la luz del sol penetra por el centro de la puerta de la pequeña
habitación en la parte superior del templo.
Los
incas no fueron los primeros habitantes de Ingapirca. Mucho antes de su llegada, el lugar había estado poblado por los indígenas cañaris, que lo
llamaron Hatun Cañar, "el
lugar grande de los cañar". El objetivo de su construcción es incierto. Se sabe que el lugar fue primeramente un centro religioso. Más
tarde tuvo un papel importante en las
estrategias militares de los incas, como
una fortaleza y base de provisiones de las tropas en ruta hacia el norte.
Pudo
funcionar por tanto, como un Santuario religioso, un Observatorio
astronómico, una Fortaleza militar y finalmente como un centro administrativo del Imperio Inca. Los restos actuales datan
de principios del siglo XVI. Hoy
solo queda en pie una puerta del recinto
y el Templo del Sol.. Las ruinas fueron excavadas y restauradas por una misión arqueológica
española entre los años 1974- 75.
CUENCA, Patrimonio de la Humanidad.
Desde
Ingapirca proseguimos nuestro viaje en dirección a Cuenca, a donde llegamos a
media tarde.
Cuenca es, para muchos, la ciudad más hermosa del Ecuador. La belleza de sus
parajes, combinados con la armonía de la arquitectura de otro tiempo y la
actual, que no solo conviven sino que componen entre sí un conjunto armonioso, propició el que la UNESCO la
designase como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1999. La ciudad fue
fundada en 1557 por el Virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, oriundo de la ciudad española de Cuenca.
Así
como Guayaquil - 2ª ciudad del país - sustenta el poder
económico, Cuenca es el centro cultural
y artesanal de la nación.
Cuenca
es una ciudad todavía pequeña –alrededor de 400 mil habitantes-, dotada de
muchos encantos. Ubicada en una excepcional posición geográfica, en medio de un amplio valle, a 2.550 metros de altitud, disfruta de un clima agradable y sano, con
variaciones de temperatura que no sobrepasan los límites aceptables: de catorce
a veinticuatro grados, la mayor parte del año. De ahí la afirmación de que goza de “una eterna primavera”. De hecho, es un lugar de retiro para muchos
jubilados, tanto del país como del extranjero. Una especie de California
ecuatoriana.
Cuando
llegaron los españoles hacia 1540, se encontraron con una urbe inca en ruinas
llamada Tomebamba. Sobre ella fundaron
la ciudad de Santa Ana de los cuatro Ríos de Cuenca, porque, en efecto, el valle donde se asienta está bañado por cuatro
corrientes fluviales. Son los ríos Tomebamba, Machángara, Yanuncay y Tarqui, que
proporcionan una gran fertilidad y belleza, pues sus orillas están llenas de
retamas, alisos, tilos y sauces de ribera.
Nos
alojamos en el Hotel Carvallo, un pequeño y coqueto establecimiento que
ocupa una bonita mansión del siglo XIX, recientemente restaurada, con un patio central de estilo colonial, en
madera noble, al que se asoman las galerías y habitaciones, todas decoradas con elegante mobiliario de época. La situación del hotel es
excelente, ya que está ubicado en pleno distrito
histórico de Cuenca, muy cerca de la Catedral.
El Centro Histórico de
Cuenca está lleno de
elementos de gran valor, tanto patrimonial como ornamental: balcones y miradores de madera
tallada o de hierro forjado; portadas de casas y edificios mayores; aleros en
madera cincelada; patios coloniales con balaustradas y pilares; arcos de
puertas, etc. un auténtico festival de
ornamentación. Sus tejados cubiertos de teja roja,
las calles empedradas, las floridas
plazas.... proporcionan un encanto colonial, intemporal, muy especial. Cuenca es además una
ciudad de ricas artesanías, tanto dentro del
ámbito urbano como en los pueblos y valles que la rodean.
La
superficie de este Casco Histórico es de unas 200 hectáreas, que se distribuyen en forma de cuadrícula alrededor
de la Plaza Calderón y alcanza hasta las
orillas del río Tomebamba. Al cauce se
asoman las casas colgadas que
recuerdan por su ubicación, a las de su ciudad homónima
en España. Se descuelgan desde la Calle Larga, la arteria más activa y comercial de la
ciudad.
Un paseo por el Centro Histórico de Cuenca
Nuestro paseo por el centro Histórico se inicia en la plaza y parque de San Sebastián - que hasta el año 1739 sirvió de Coso Taurino -, donde, junto a la iglesia, está el Museo de Arte Moderno, instalado en una antigua residencia para enfermos alcohólicos. La visita del museo es siempre gratificante , máxime si, como es el caso, contiene una buena colección de arte ecuatoriano y latinoamericano. Las salas ocupan las antiguas celdas en torno a varios patios abiertos.
Fachada del Hostal Posada del Ángel. |
Tomamos
por la calle Bolívar, donde se encuentra
la famosa Posada del Ángel, un pequeño
y agradable hotel en chaflán, con fachada de época virreinal pintada en colores azul y albero, de dos
plantas, y con un llamativo patio interior Es este un ejemplo de cómo las casas de valor patrimonial se han convertido en
hoteles con encanto. Y de estos hay muchos en Cuenca.
Doblando
la esquina por la calle de Estévez Toral, encontramos una casa del llamado
estilo republicano o francés, que muestra las influencias que llegaron de aquel
país, a mediados del siglo XIX.
El Humilladero de El Vado. Mirador |
Siguiendo
esta calle se llega a la Plazoleta del Vado, donde entramos en una pequeña
zona comercial de tiendas de antigüedades y locales peculiares, como el Prohibido Centro Cultural y Galería-Museo de Arte
Extremo. Podemos contemplar el valle del río
Tomebamba desde el Humilladero y acceder a la Bajada de La Condamine. A partir de aquí iniciamos un recorrido por el llamado Barranco,
a lo largo de las orillas, para admirar
las fachadas traseras de las casas de la Calle Larga, que cuelgan sobre el río.
Continuamos nuestro paseo hacia el centro en dirección a la Plaza de San Francisco, cuyos soportales rodean el mercadillo
permanente, un tanto precario. Subimos
por la calle Padre Aguirre hasta la de Mariscal Sucre; en aquella esquina encontramos el típico Mercado de las Flores, que adornan con su hermoso colorido la
portada del santuario mariano del Carmen
de la Asunción, una iglesita muy querida por los cuencanos. Casi enfrente,
la gran pared de la Catedral y de allí a la inmediata Plaza y Parque de
Calderón.
La Catedral Nueva, con sus caracteristicas cúpulas blanquiazules. Foto Wikipedia |
Un
interesante conjunto de edificios rodea la
Plaza y el Parque. En el lado oriental, la Casa de los
Canónigos, sede del Archivo Histórico de la ciudad, enmarcada por la imponente Catedral Nueva, con sus domos blancos y azules, el Palacio de Justicia, el Palacio
Municipal, el Palacio de la Gobernación y la iglesia de El Sagrario ó Catedral Vieja , del siglo XVI que, hoy en día
desacralizada, es sede de un museo de arte religioso y sala de eventos. Sobre el edificio se yergue airosa la torre campanario.
Por último mencionaremos el Parque Arqueológico de Pumapungo, con los restos del antiguo enclave inca, levantado a finales del siglo XV.
En su interior se encontraban el Templo del Sol y el convento de las
Vírgenes del Sol, parte importante de una de las urbes más imponentes y
hermosas del antiguo imperio incaico, Tomebamba. Este conjunto urbano contaba con
edificaciones dedicadas al uso político, administrativo y religioso. Justo al lado del Parque arqueológico, ocupando un gran edificio de líneas modernas, se halla el Museo del Banco Central, con interesantes exposiciones etnográficas de todo el país.
El
almuerzo se sirvió en uno de los excelentes restaurantes de la ciudad, muy cerca de nuestro hotel. Por la tarde, realizamos un recorrido en autocar hasta el Mirador del Turi, desde donde se puede disfrutar de una fantástica panorámica de la ciudad y de
sus ríos. También visitamos la galería – taller de Cerámica de Eduardo Vega, conocido artista cuencano.
La Fábrica de Sombreros de Homero Ortega
Nos
quedaba aún la más curiosa de todas las visitas en la ciudad de Cuenca : la mejor y más conocida Fábrica de
Sombreros “Panamá Hat”. Por feliz
coincidencia, aquel mismo día, 12 de Diciembre de 2012 - ¡12 del 12 del 12 ¡ - la
UNESCO había declarado al Sombrero de
Paja Toquilla ( o Jipijapa ) como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. (Ver más adelante, en esta misma
entrada, el artículo dedicado a este
producto artesano tan ecuatoriano).
Algo
alejada del centro urbano, la Fábrica de
Sombreros de Homero Ortega, además de un lugar de confección, alberga un
interesante Museo, inaugurado en el año 2008, con el nombre de “La Magia del Sombrero”. Cuenta con 3 salas, dedicadas la primera a
la historia del sombrero de paja toquilla, la segunda a su proceso de elaboración,
y la última a la trayectoria de la propia empresa. Pero además como el museo se
encuentra integrado dentro de las
instalaciones fabriles, la visita permite a los visitantes vivir una experiencia interactiva, al implicarse directamente en el proceso
productivo. Se puede contemplar in situ y paso a paso, el proceso de la fabricación en directo, lo que convierte esta visita en
algo muy instructivo.
Por
último la tienda, anexa al museo, expone toda la gama y variedad de sombreros, carteras, bolsos, etc.,
que fabrican. Algunos pedidos se hacen sobre demanda y entre ellos están los de
las casas de alta costura de Paris y Londres.
Por su labor pedagógica, este museo es
miembro institucional del ICOM Ecuador y del ICOM París. Cabe recordar que el ICOM es una organización internacional de
museos, asociada a la UNESCO y con sede en la capital francesa. .
Terminada
la visita y las compras, descansamos en el hotel, antes de asistir a la
Presentación y Cena que la Fundación de Turismo de
Cuenca ofreció a los agentes de viajes españoles, en el Hotel Victoria. Allí fuimos recibidos
muy cordialmente por todo el equipo de la fundación, con su presidenta Doña Gladys
Eljuri al frente.
Un momento de la presentación de la Fundación de Turismo de Cuenca |
Fue
magnífica la presentación sobre el Turismo de Cuenca en cada una de sus facetas: Patrimonio de la Humanidad,
Centro Histórico y Patrimonio, Turismo
de Salud, de Aventura y de Naturaleza, Turismo de Congresos y Convenciones.
Es
interesante enumerar las distinciones turísticas internacionales que la
Ciudad de Cuenca ha recibido en los últimos años. Entre ellas
“Best in travel, 2010 “ de Lonely
Planet ó
“Ciudad nº 1 para jubilados”.
Durante
la cena tuvimos ocasión de entrar en contacto con
el sector empresarial turístico de Cuenca. Y como obsequio especial, cada componente del grupo recibió su Sombrero
de Paja Toquilla, un bonito recuerdo de una ciudad hermosa, cálida y
acogedora , tanto en sus calles como en sus gentes.
El sombrero de paja toquilla se encuentra indisolublemente ligado al pueblo ecuatoriano donde tiene hondas raíces ancestrales. Su origen se sitúa en la etapa previa a la conquista española, pues los aborígenes de la costa de lo que hoy es el Ecuador ya utilizaban “tocas” fabricadas de este material para protegerse del sol. Las cualidades de esta fibra: ligereza y frescura, propiciaron su utilización para fabricar sombreros que a través del tiempo se han convertido en un símbolo para el país, por ser una fusión de naturaleza, destreza manual de los ecuatorianos, y cultura popular.
La “Carludovica Palmata” es una planta
originaria del Ecuador con cualidades únicas, que pertenece a la familia de las
ciclantáceas (similar a la palma). Su
nombre fue escogido en honor al rey Carlos IV de España y su esposa María
Luisa, quienes impulsaron la catalogación botánica en América durante el siglo
XVIII. Las plantaciones más importantes
se encuentran en la costa central de Ecuador , en Manabí ( Montecristi y
Jipijapa ), en Guayas, y en pequeñas zonas
de la región amazónica.
Las plantaciones
son cuidadas con esmero, transmitiéndose
el oficio por generaciones. Al
final de sus largos tallos crecen hojas en forma de abanico, que son cortadas
aún retoños, para transformarse en paja toquilla. Del retoño saldrán hojas
tiernas que, cocidas y secadas al viento, lejos de los rayos solares, se
replegarán hasta formar fibras cilíndricas, rubias y delgadas, dependiendo de
este proceso su color y resistencia. La paja seca es seleccionada según color,
elasticidad, dimensión y finura, que depende del corte realizado en hebras,
para facilitar el tejido. Posteriormente serán empacadas y vendidas en los
mercados donde se tejerán los sombreros.
El tejido
del sombrero de paja toquilla es totalmente manual; todas las formas son simplificadas por la
costumbre y habilidad del artesano. El tejido comienza por la plantilla,
utilizando pocas hebras de paja, y se van incorporando más hasta alcanzar un ancho de 5 a 10 cm. de diámetro. Se continúa con la
copa, utilizando una horma de madera sobre la cual acondicionan el tejido hasta
llegar a la falda, que será la última parte del sombrero, y mide de 7 a 15 cm.
A continuación se procede al “remate”, que consiste en realizar un entrelazado
especial al filo del tejido del sombrero, quedando al final largas hebras de
paja toquilla.
La siguiente etapa en la elaboración del
sombrero es la “azocada”, que
consiste en apretar el remate para evitar que el tejido se deshaga y cortar el
exceso de fibra. Normalmente esta labor la realiza una mujer. Luego el sombrero es lavado, blanqueado (bleachado) o teñido, gracias
al desarrollo de técnicas propias de cada empresa.
El sombrero se seca al sol y entonces, cuando ha perdido su forma y parece una
campana, las manos precisas y fuertes del artesano le devuelven su figura original,
proceso que toma el nombre de “compostura”.
La fase final del proceso consiste en modelar
el sombrero a mano, con plancha o con prensas a vapor; y decorarlo, fase en la que la creatividad y el diseño se completan
con la destreza manual, para concebir
sombreros exclusivos que se han convertido en el orgullo de la región.
La construcción del canal de Panamá provocó
una gran demanda del sombrero de paja
toquilla, pues las cualidades de esta fibra (ligereza y frescura) convertían a
esta prenda en un elemento imprescindible en la vestimenta de los trabajadores,
para protegerse del extenuante sol caribeño. Desde Panamá el sombrero se
internacionalizó y la gente empezó a denominarlo “Panamá Hat”, aunque el lugar de origen sea Ecuador.
La visita que el entonces presidente de Estados Unidos , Theodor Roosevelt, hizo
al Canal en el año 1906, puso de moda este sombrero, que comenzó a ser usado
por artistas del cine americano con su nombre erróneo. Por ello, el registro de la Unesco al tejido tradicional del sombrero
de paja toquilla ecuatoriano, ayudara a que empiece a ser conocido por su verdadero nombre
que es "Jipijapa" ("Xipixapa"), o "Montecristi", y no "Panamá Hat", como común y erróneamente se le
denomina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario