Todo el mundo sabe que
Alaska pertenece a los Estados Unidos de América, siendo su estado numero 49. Muchos conocen que antes fue territorio
ruso, vendido a aquel país en siglos pasados. Y bastantes menos podrían
afirmar con conocimiento de causa, que Alaska fue, en tiempos no
tan pretéritos, lugar de singladura para
numerosos navegantes españoles . Y es
que, durante el siglo XVIII por allí pasaron muchas gentes y ocurrieron muchas
cosas.
En la historia de Alaska, la geopolítica ha tenido un papel esencial. Veamos porqué. Según el geógrafo alemán Friedrich Ratzel, fundador en 1897 del término “ Geopolítica “, esta ciencia estudiaría la manera en que " la configuración y situación geográfica de los países determina su desarrollo histórico”. Y en otra definición más amplia: “ Estudio de la vida e historia de los pueblos en relación con el territorio geográfico que ocupan y los factores económicos y sociales que los caracterizan ”.
Conjuntamente con ello se maneja el término “ espacio vital” que está en la base de la expansión territorial de algunos pueblos y origina , a lo largo de la historia, la formación de los “imperios”. El término imperio se aplica a la expansión de algunas naciones que llegaron a dominar amplias zonas del mundo por la conquista, la guerra, las anexiones, etc.
Los Imperios han existido desde que el mundo es mundo, pero el Descubrimiento de América cambió por completo el panorama global. Nacen así los Imperios Coloniales como el español y el portugués, que se desarrollan en los siglos XVI y XVII; al tiempo que la expansión inglesa y rusa va a marcar el siglo XVIII. Inglaterra formará un gran Imperio Colonial marítimo y Rusia un gran Imperio Continental ( Ver la obra de Georges Duby “ Atlas histórico mundial” 1987 ). España, Portugal e Inglaterra tendrán así sus Colonias, básicamente en América y dominarán los mares con sus flotas. Rusia, a partir de su ubicación geográfica en Europa, formará su imperio continental ganando espacio hacia el Este en vastos territorios de Asia. Quizás por ello, Alaska, situada detrás del Mar y Estrecho de Bering, les quedaba “ lejos” y a desmano.
Hacia 1580 los zares de Rusia comienzan su expansión por Asia – antigua tierra de los mongoles – y van a hacerlo hacia el sur este y el este, conquistando los llamados “ kanatos” . Eran las tierras del Turquestán, que hoy conocemos como los países de Asia Central, y que formaron el núcleo asiático de la URSS del siglo XX. No fue tarea fácil para los rusos que, sin embargo, hacia 1649 alcanzaron el Océano Pacífico. Por esas fechas, los ingleses ya estaban presentes en la costa este de Norteamérica, cuyas 13 colonias se harían independientes un siglo más tarde. Y a comienzos del siglo XIX emprenderían la Conquista del Oeste.
España, por la Bula Inter Caetera del Papa Alejandro VI en 1493, detentaba toda la costa del Océano Pacífico, desde la Tierra de Fuego hasta los límites de México, en el Virreinato de Nueva España. Cierto es que la conquista y colonización de América del Sur y Central es de sobra conocida, pero la presencia española en vastos territorios de Norte América, ha caído en un injusto y casi absoluto olvido. Cabe recordar que todo el sur de los Estados Unidos, desde California a Florida, formaba parte del mencionado Virreinato hasta ya entrado el siglo XIX.
Su desmembración no es éste el momento ni lugar de comentarla, pero si es cierto que dicho Virreinato había extendido sus fronteras mucho más al norte , por medio de fuertes costeros, fundados en el siglo XVIII. Además de que los navegantes españoles habían llegado hasta Alaska.
Allí se dio un curioso “ triángulo imperial “: España, Rusia e Inglaterra tomaron contacto en aquel rincón perdido del noreste del Pacífico americano. Hablamos, más o menos, del año 1789, el mismo en que estalla la Revolución en Francia.
La presencia de rusos e ingleses inquietó a la Corona Española y por ello, el rey Carlos III reactivó las expediciones por la costa este del Pacífico para tratar de alejar a estos competidores: a los rusos que llegaban desde el norte y a los ingleses que venían desde el este.
Hacia 1775, el comandante Juan Francisco de la Bodega y Quadra con su barco Sonora, llegó hasta los 58º Norte, arribando a la isla de Nutka, en la costa de la actual Columbia Británica canadiense, que reclamó como territorio español. Cuatro años después, el mismo Bodega ascendió hasta los 61º Norte, donde exploró la Península de Kenai, en la costa de Alaska. Para entonces ya se había tomado contacto con los rusos en la Bahía de Tres Santos, el primer enclave ruso en Alaska, en la Isla Kodiak. Era la segunda exploración del proyecto Alaska en 1788.
En 1791, Alejandro Malaspina realizó una exploración de cuatro años en busca del Paso del Noroeste. Pero España se retiró definitivamente de la zona ante el acoso inglés que les podía llevar a una confrontación bélica nada deseada.
Los nombres geográficos de “Ciudad Valdez”, “ Glaciar Malaspina”, “Quevedo´s Bay”, “ Bahía de Torres”, “Dolores”, “Islas Gallegas”, “Canal Ulloa” , etc. son algunas de las denominaciones actuales, mudos testigos de la imborrable huella española en tierras de Alaska. Ver Expediciones de España en el Pacífico Noroeste
Sirva como ejemplo la Placa conmemorativa que existe en el malecón de la ciudad de Victoria, capital de la Isla Vancouver , Canadá, y cuyo texto reza así : “Juan Francisco de la Bodega y Quadra. Explorer of the west coast of North America, 1775 & 1779, and commander of the limits expedition to Nootka Sound, VI, 1792. Born Lima, Peru May 24, 1744, died Mexico City March 26, 1794. “. Ver exploramex.com /alaska en la mira de la Nueva España.
Recordemos que Rusia había alcanzado la orilla del Pacífico en 1649, tras haber completado la conquista de Siberia. En 1725 la marina imperial rusa realizó una expedición científica, con el fin de comprobar si Siberia tenía continuación terrestre en el continente americano. Aquella exploración estaba comandada por Vitus Jonassen Bering, navegante danés al servicio de los zares.
Descubrieron que el continente asiático estaba separado del americano por un Estrecho, al que bautizaron con el nombre del navegante danés, pero el mal tiempo les impidió cruzarlo. Años después,1741, en una nueva expedición, el propio Bering descubrió el archipiélago de las Aleutianas, en una de cuyas ínsulas, hoy Isla de Bering, encontró la muerte y allí está enterrado.
La zarina Catalina II decidió en 1784 ocupar Alaska para controlar y explotar el negocio de pieles. La primera colonia rusa fue Bahía Tres Santos ( Isla Kodiak), desde la que, en medio siglo, se hicieron los amos de esta costa americana del Pacífico, si bien sus asentamientos eran solo colonias de explotación y no de poblamiento. Factorías comerciales que crecían a conveniencia y sufrían muchas escaramuzas de los nativos, con los que mantenían una relación bastante difícil.
Todo el arco de las islas Aleutianas , desde la península de Kamchatka hasta Alaska, era una zona riquísima en pieles y ese era el principal interés de los rusos. Las pieles de nutria marina de aquella costa, eran las más finas del mundo y ellos se hicieron totalmente con su comercio.
Con estas coordenadas, la América rusa se extendía por Alaska, las Aleutianas y una zona británica llamada Columbia, hoy British Columbia, en Canadá. Siguiendo hacia el sur llegaron a los actuales Estados americanos de Washington y Oregón. En 1811 establecieron Fort Ross a solo 80 Km de San Francisco.
Todos los enclaves eran factorías comerciales de pieles finas. Además los ingleses no se lo iban a impedir tras la independencia de las 13 Colonias de la Costa Este. Solamente algún ataque de los llamados Novohispanos desde México, podía alterar sus faenas de cazadores.
Los británicos llegados a Alaska por mar se limitaron a establecer puestos comerciales dispersos. El capitán James Cook que realizó en 1778 su cuarto y último viaje por el mundo, navegó por toda la costa desde California hasta el Estrecho de Bering. Tras varios intentos de navegar por él, lo dejaron por impracticable.
Con estas expediciones se animaron a seguir la estela de los barcos científicos españoles. Por allí habría de aparecer George Vancouver que dio nombre a la isla que cierra la bahía del mismo nombre. Más tarde habría de crearse la Compañía de la Bahía del Hudson que operaba desde el río Yukón en Canadá.
También los franceses hicieron acto de presencia por esta zona, ya que ellos apoyaban la independencia de las colonias norteamericanas. En el año 1788, antes de su frustrado viaje de vuelta al mundo, el Conde de La Perousse, navegó por el Pacífico Norte y luego hasta Kamchatka. Al fin su expedición desapareció cerca de las Islas Salomón.
Con el tiempo la trata de pieles pasó a manos privadas. El noble ruso Nikolai Rezanov, le compró al zar Pablo I su explotación y fundó la Compañía Ruso – Americana que además consiguió dominar a los nativos.
Hacia 1850 Rusia sostuvo en Europa la Guerra de Crimea que dejó sus arcas exhaustas. El zar Alejandro II pensó que mantener Alaska era especialmente gravoso para el país debido a su lejanía, y sobre todo porque el negocio peletero estaba en decadencia debido a una sobreexplotación de la fauna.
En esos años la población rusa asentada en Alaska no llegaba a un millar de habitantes y los nativos no querían ni oír hablar de ser rusos. Debe recordarse la obra misionera de la Iglesia Ortodoxa Rusa en América. Fue un 24 de Setiembre de 1794, cuando un archimandrita ( abad de monasterio ) arribó con 8 monjes ortodoxos a la isla alaskeña de Kodiak, donde fundaron una Misión.
Con los años esta misión se convirtió en la Diócesis de Sitka, que extendió su jurisdicción cada vez más al sur de la costa. Tras la Revolución Rusa llegaron emigrantes a la costa oeste americana y bastantes más después de la Primera Guerra Mundial. Así se configuró la Diócesis de San Francisco.
Hoy es posible ver alguna pequeña iglesia ortodoxa en la costa oeste de Alaska como la de Kodiak. Otra en la isla aleutiana de Unalaska, también en la península de Kenai ( Ensenada de Cook), en el pueblecito de Ninilchick que tiene un pequeño cementerio aledaño. Y la más accesible de todas que es la catedral rusa de Anchorage.
Tras el fracaso ruso en la Guerra de Crimea ( 1852 – 54 ), en la que lucharon contra casi media Europa, las arcas rusas estaban totalmente vacías. Por ello y por la lejanía de Alaska, decidieron venderla a los Estados Unidos, antes de que cayera en manos inglesas. Los americanos ambicionaban la colonia rusa y a los rusos ya no les servía. Le ponen precio: 7.200.000 dólares.
A punto estuvo de no aprobarse la compra por el senado americano. Pero el día 18 de Octubre de 1867, se dio luz verde a la misma. Se acababa de descubrir oro en el río Yukón, en la vecina Canadá y comenzaba la búsqueda del noble metal en Alaska; aunque la auténtica “ fiebre del oro” no llegaría hasta finales del siglo XIX, como veremos más adelante.
En 1912 se declaró a Alaska como territorio ( no Estado) de los Estados Unidos, con Gobierno y Congreso propio, y su capital se estableció en el pequeño puerto de Juneau, frente a Sitka, que había sido la capital rusa. La Segunda Guerra Mundial no fue fácil para Alaska por la cercanía de Japón y su afán expansionista por las islas Aleutianas. Alguna batalla se libró en el mar y por eso, para facilitar las comunicaciones, se construyó la Autopista Alcan ( Alaska- Canadá) por tierras del interior.
Tras la postguerra, un 3 de Enero de 1959, Alaska se convirtió oficialmente en el Estado nº 49 de los Estados Unidos de Norteamérica.
Mapa de Alaska. Foto Pinterest. Worldtravelmaps.com |
En la historia de Alaska, la geopolítica ha tenido un papel esencial. Veamos porqué. Según el geógrafo alemán Friedrich Ratzel, fundador en 1897 del término “ Geopolítica “, esta ciencia estudiaría la manera en que " la configuración y situación geográfica de los países determina su desarrollo histórico”. Y en otra definición más amplia: “ Estudio de la vida e historia de los pueblos en relación con el territorio geográfico que ocupan y los factores económicos y sociales que los caracterizan ”.
Conjuntamente con ello se maneja el término “ espacio vital” que está en la base de la expansión territorial de algunos pueblos y origina , a lo largo de la historia, la formación de los “imperios”. El término imperio se aplica a la expansión de algunas naciones que llegaron a dominar amplias zonas del mundo por la conquista, la guerra, las anexiones, etc.
La Geopolítica y los Imperios
Los Imperios han existido desde que el mundo es mundo, pero el Descubrimiento de América cambió por completo el panorama global. Nacen así los Imperios Coloniales como el español y el portugués, que se desarrollan en los siglos XVI y XVII; al tiempo que la expansión inglesa y rusa va a marcar el siglo XVIII. Inglaterra formará un gran Imperio Colonial marítimo y Rusia un gran Imperio Continental ( Ver la obra de Georges Duby “ Atlas histórico mundial” 1987 ). España, Portugal e Inglaterra tendrán así sus Colonias, básicamente en América y dominarán los mares con sus flotas. Rusia, a partir de su ubicación geográfica en Europa, formará su imperio continental ganando espacio hacia el Este en vastos territorios de Asia. Quizás por ello, Alaska, situada detrás del Mar y Estrecho de Bering, les quedaba “ lejos” y a desmano.
El Imperio Ruso. Foto Wikipedia |
Encuentros en el Pacífico Norte
Hacia 1580 los zares de Rusia comienzan su expansión por Asia – antigua tierra de los mongoles – y van a hacerlo hacia el sur este y el este, conquistando los llamados “ kanatos” . Eran las tierras del Turquestán, que hoy conocemos como los países de Asia Central, y que formaron el núcleo asiático de la URSS del siglo XX. No fue tarea fácil para los rusos que, sin embargo, hacia 1649 alcanzaron el Océano Pacífico. Por esas fechas, los ingleses ya estaban presentes en la costa este de Norteamérica, cuyas 13 colonias se harían independientes un siglo más tarde. Y a comienzos del siglo XIX emprenderían la Conquista del Oeste.
La presencia española en el Pacífico americano
España, por la Bula Inter Caetera del Papa Alejandro VI en 1493, detentaba toda la costa del Océano Pacífico, desde la Tierra de Fuego hasta los límites de México, en el Virreinato de Nueva España. Cierto es que la conquista y colonización de América del Sur y Central es de sobra conocida, pero la presencia española en vastos territorios de Norte América, ha caído en un injusto y casi absoluto olvido. Cabe recordar que todo el sur de los Estados Unidos, desde California a Florida, formaba parte del mencionado Virreinato hasta ya entrado el siglo XIX.
Su desmembración no es éste el momento ni lugar de comentarla, pero si es cierto que dicho Virreinato había extendido sus fronteras mucho más al norte , por medio de fuertes costeros, fundados en el siglo XVIII. Además de que los navegantes españoles habían llegado hasta Alaska.
Allí se dio un curioso “ triángulo imperial “: España, Rusia e Inglaterra tomaron contacto en aquel rincón perdido del noreste del Pacífico americano. Hablamos, más o menos, del año 1789, el mismo en que estalla la Revolución en Francia.
La presencia de rusos e ingleses inquietó a la Corona Española y por ello, el rey Carlos III reactivó las expediciones por la costa este del Pacífico para tratar de alejar a estos competidores: a los rusos que llegaban desde el norte y a los ingleses que venían desde el este.
Juan Francisco de la Bodega y Cuadra. Museo Naval. Madrid |
Hacia 1775, el comandante Juan Francisco de la Bodega y Quadra con su barco Sonora, llegó hasta los 58º Norte, arribando a la isla de Nutka, en la costa de la actual Columbia Británica canadiense, que reclamó como territorio español. Cuatro años después, el mismo Bodega ascendió hasta los 61º Norte, donde exploró la Península de Kenai, en la costa de Alaska. Para entonces ya se había tomado contacto con los rusos en la Bahía de Tres Santos, el primer enclave ruso en Alaska, en la Isla Kodiak. Era la segunda exploración del proyecto Alaska en 1788.
En 1791, Alejandro Malaspina realizó una exploración de cuatro años en busca del Paso del Noroeste. Pero España se retiró definitivamente de la zona ante el acoso inglés que les podía llevar a una confrontación bélica nada deseada.
Los nombres geográficos de “Ciudad Valdez”, “ Glaciar Malaspina”, “Quevedo´s Bay”, “ Bahía de Torres”, “Dolores”, “Islas Gallegas”, “Canal Ulloa” , etc. son algunas de las denominaciones actuales, mudos testigos de la imborrable huella española en tierras de Alaska. Ver Expediciones de España en el Pacífico Noroeste
Sirva como ejemplo la Placa conmemorativa que existe en el malecón de la ciudad de Victoria, capital de la Isla Vancouver , Canadá, y cuyo texto reza así : “Juan Francisco de la Bodega y Quadra. Explorer of the west coast of North America, 1775 & 1779, and commander of the limits expedition to Nootka Sound, VI, 1792. Born Lima, Peru May 24, 1744, died Mexico City March 26, 1794. “. Ver exploramex.com /alaska en la mira de la Nueva España.
La América rusa ó la Rusia americana
Recordemos que Rusia había alcanzado la orilla del Pacífico en 1649, tras haber completado la conquista de Siberia. En 1725 la marina imperial rusa realizó una expedición científica, con el fin de comprobar si Siberia tenía continuación terrestre en el continente americano. Aquella exploración estaba comandada por Vitus Jonassen Bering, navegante danés al servicio de los zares.
Sello ruso conmemorativo de la expedición de Bering en 1741. Foto Wikipedia |
Descubrieron que el continente asiático estaba separado del americano por un Estrecho, al que bautizaron con el nombre del navegante danés, pero el mal tiempo les impidió cruzarlo. Años después,1741, en una nueva expedición, el propio Bering descubrió el archipiélago de las Aleutianas, en una de cuyas ínsulas, hoy Isla de Bering, encontró la muerte y allí está enterrado.
La zarina Catalina II decidió en 1784 ocupar Alaska para controlar y explotar el negocio de pieles. La primera colonia rusa fue Bahía Tres Santos ( Isla Kodiak), desde la que, en medio siglo, se hicieron los amos de esta costa americana del Pacífico, si bien sus asentamientos eran solo colonias de explotación y no de poblamiento. Factorías comerciales que crecían a conveniencia y sufrían muchas escaramuzas de los nativos, con los que mantenían una relación bastante difícil.
Todo el arco de las islas Aleutianas , desde la península de Kamchatka hasta Alaska, era una zona riquísima en pieles y ese era el principal interés de los rusos. Las pieles de nutria marina de aquella costa, eran las más finas del mundo y ellos se hicieron totalmente con su comercio.
Nutria Marina. Foto Wikipedia |
Con estas coordenadas, la América rusa se extendía por Alaska, las Aleutianas y una zona británica llamada Columbia, hoy British Columbia, en Canadá. Siguiendo hacia el sur llegaron a los actuales Estados americanos de Washington y Oregón. En 1811 establecieron Fort Ross a solo 80 Km de San Francisco.
Todos los enclaves eran factorías comerciales de pieles finas. Además los ingleses no se lo iban a impedir tras la independencia de las 13 Colonias de la Costa Este. Solamente algún ataque de los llamados Novohispanos desde México, podía alterar sus faenas de cazadores.
La presencia Inglesa y francesa en Alaska
Los británicos llegados a Alaska por mar se limitaron a establecer puestos comerciales dispersos. El capitán James Cook que realizó en 1778 su cuarto y último viaje por el mundo, navegó por toda la costa desde California hasta el Estrecho de Bering. Tras varios intentos de navegar por él, lo dejaron por impracticable.
Capitán James Cook. Museo Marítimo Nacional. Greenwich |
Con estas expediciones se animaron a seguir la estela de los barcos científicos españoles. Por allí habría de aparecer George Vancouver que dio nombre a la isla que cierra la bahía del mismo nombre. Más tarde habría de crearse la Compañía de la Bahía del Hudson que operaba desde el río Yukón en Canadá.
También los franceses hicieron acto de presencia por esta zona, ya que ellos apoyaban la independencia de las colonias norteamericanas. En el año 1788, antes de su frustrado viaje de vuelta al mundo, el Conde de La Perousse, navegó por el Pacífico Norte y luego hasta Kamchatka. Al fin su expedición desapareció cerca de las Islas Salomón.
Con el tiempo la trata de pieles pasó a manos privadas. El noble ruso Nikolai Rezanov, le compró al zar Pablo I su explotación y fundó la Compañía Ruso – Americana que además consiguió dominar a los nativos.
Alaska y la Iglesia Ortodoxa Rusa
Hacia 1850 Rusia sostuvo en Europa la Guerra de Crimea que dejó sus arcas exhaustas. El zar Alejandro II pensó que mantener Alaska era especialmente gravoso para el país debido a su lejanía, y sobre todo porque el negocio peletero estaba en decadencia debido a una sobreexplotación de la fauna.
Ninilchik. Alaska. Iglesia Ortodoxa Rusa. Foto Wikipedia |
En esos años la población rusa asentada en Alaska no llegaba a un millar de habitantes y los nativos no querían ni oír hablar de ser rusos. Debe recordarse la obra misionera de la Iglesia Ortodoxa Rusa en América. Fue un 24 de Setiembre de 1794, cuando un archimandrita ( abad de monasterio ) arribó con 8 monjes ortodoxos a la isla alaskeña de Kodiak, donde fundaron una Misión.
Con los años esta misión se convirtió en la Diócesis de Sitka, que extendió su jurisdicción cada vez más al sur de la costa. Tras la Revolución Rusa llegaron emigrantes a la costa oeste americana y bastantes más después de la Primera Guerra Mundial. Así se configuró la Diócesis de San Francisco.
Catedral ortodoxa de San Miguel en Sitka. Foto Wikipedia |
Hoy es posible ver alguna pequeña iglesia ortodoxa en la costa oeste de Alaska como la de Kodiak. Otra en la isla aleutiana de Unalaska, también en la península de Kenai ( Ensenada de Cook), en el pueblecito de Ninilchick que tiene un pequeño cementerio aledaño. Y la más accesible de todas que es la catedral rusa de Anchorage.
La compra – venta de Alaska
Tras el fracaso ruso en la Guerra de Crimea ( 1852 – 54 ), en la que lucharon contra casi media Europa, las arcas rusas estaban totalmente vacías. Por ello y por la lejanía de Alaska, decidieron venderla a los Estados Unidos, antes de que cayera en manos inglesas. Los americanos ambicionaban la colonia rusa y a los rusos ya no les servía. Le ponen precio: 7.200.000 dólares.
Cheque utilizado para la compra de Alaska. Foto Wikipedia |
A punto estuvo de no aprobarse la compra por el senado americano. Pero el día 18 de Octubre de 1867, se dio luz verde a la misma. Se acababa de descubrir oro en el río Yukón, en la vecina Canadá y comenzaba la búsqueda del noble metal en Alaska; aunque la auténtica “ fiebre del oro” no llegaría hasta finales del siglo XIX, como veremos más adelante.
En 1912 se declaró a Alaska como territorio ( no Estado) de los Estados Unidos, con Gobierno y Congreso propio, y su capital se estableció en el pequeño puerto de Juneau, frente a Sitka, que había sido la capital rusa. La Segunda Guerra Mundial no fue fácil para Alaska por la cercanía de Japón y su afán expansionista por las islas Aleutianas. Alguna batalla se libró en el mar y por eso, para facilitar las comunicaciones, se construyó la Autopista Alcan ( Alaska- Canadá) por tierras del interior.
Tras la postguerra, un 3 de Enero de 1959, Alaska se convirtió oficialmente en el Estado nº 49 de los Estados Unidos de Norteamérica.
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