INTRODUCCIÓN
La Plaza Roja vista desde la Catedral de San Basilio. Foto By Christophe Meneboeuf [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons |
Decía en un reportaje anterior cómo ante nuestros ojos, conforme nuestro barco se acerca a Moscú, las orillas se van llenando de vida: complejos de viviendas de cierta calidad, marinas repletas de yates, hoteles, palacetes, campos de golf, y muy diversas instalaciones que animan esta periferia moscovita.
Por fin llegamos a nuestro destino. Recordaba cuan distinto fue nuestro arribo a Moscú en agosto de 1988. Aquel año el viaje desde San Petersburgo lo hicimos en tren, un expreso nocturno conformado por severos y oscuros coches –cama, todo muy espartano, cuasi militar, en el estilo de la época. No recuerdo cuanto tardamos en aquel viaje, pero sí que, a nuestra llegada, por problemas de coordinación y supongo que también de overbooking, Intourist nos alojó en un albergue de carretera, bastante mediocre, ubicado en la gran circunvalación de la ciudad, en lugar de un hotel céntrico de cuatro estrellas, que nuestra agencia sueca había contratado.
Los americanos que formaban parte del grupo, tras la desgraciada experiencia del camping en Leningrado, montaron en cólera. Y aunque la última parte de nuestro periplo por Rusia preveía la visita del “Anillo de Oro“ , las maravillosas ciudades históricas Patrimonio de la Humanidad, que rodean la capital rusa, ellos se negaron a proseguir el viaje. Cancelaron la continuación del recorrido y regresaron a su país directamente desde Moscú. Y de este modo, se perdieron lo mejor de todo el viaje, el esplendor de la auténtica alma rusa, que pudimos disfrutar, sobre todo en la bella Suzdal, y también en Vladimir.
Pero volvamos al 2015. Recién terminado el almuerzo a bordo, nuestro barco, el Mtislav Rostropovich, atracó en la Estación Fluvial Norte a las orillas del Canal Volga Moscú. Nuestro crucero llegaba a su fin, aunque todavía íbamos a dormir otra noche a bordo. Por delante teníamos una larga tarde para explorar la capital de Rusia y también lo haríamos aquella noche, pues regresamos al barco pasadas las doce.
Elena Kondratieva, nuestra excelente guía, por cierto casada con un catalán, nos condujo directamente al corazón de Rusia, el Kremlin, para comenzar a explorar Moscú.
Un poco de historia
Para comprender esta ciudad, es imprescindible conocer un poco su devenir histórico y el del propio país. Moscú no siempre sido la capital de Rusia y su historia ha sido un tanto azarosa. Situada en plena llanura centro oriental de Europa, la ciudad ha sufrido diversos avatares debido a su posición geográfica. Por ejemplo , hacia 1241 fue invadida por los mongoles que la incendiaron y destruyeron. Se fue recuperando, en los siglos XIV y XV, hasta convertirse en un gran foco de poder, desde donde se diseño y organizó la expansión rusa hacia el Este continental y Siberia.
Allí se libraron diversas batallas con las tribus de Asia Central, se culminó la expansión siberiana, y Rusia acabó asomándose al Océano Pacifico por la península de Kamchatka y más allá, pues en el siglo XVIII dio el salto hasta Alaska, ya en tierras americanas.
La posición de Rusia, como gran país rodeado en Europa por otras potencias que tenían costas al mar, fue determinante para convertirla en un Imperio Continental con expansión hacia Asia. Porque el gran problema geoestatético ruso ha sido siempre “ la salida directa al mar “. El zar Iván IV el Terrible no pudo lograr una salida al mar Báltico; se lo impidieron Suecia, Polonia y Lituania. Fue Pedro I el Grande ( 1682-1725 ) quien , tras vencer a los suecos, se instaló en el fondo del Golfo de Finlandia, en el archipiélago del delta del río Neva, donde fundó San Petersburgo en 1704. Hizo de ella la nueva capital de la nación, título que conservó hasta 1918, cuando la capitalidad volvió, doscientos años después, a Moscú. Fue con la zarina Catalina la Grande ( 1762 -1796) cuando Rusia llegó por el sur hasta el Mar Negro y por tanto al Mediterráneo.
De los Zares Romanov a los Zares Rojos
La Dinastía Romanov gobernó Rusia de 1613 a 1917 |
Tras derrotar a Napoleón en su suelo (1812), Rusia se convirtió en una gran potencia europea, aunque podría decirse que con “ pies de barro”, porque sus cimientos no eran sólidos, debido en gran parte a las enormes desigualdades sociales.
Era un país básicamente conformado por una estructura medieval, eminentemente agrícola, con la propiedad de la tierra en pocas manos, con una gran parte de la población constituida por siervos analfabetos y esclavizados, una nobleza enraizada en un sistema de poder feudal, y con una monarquía absoluta, mientras el resto de Europa estaba ya en la revolución industrial, los cambios sociales y las monarquías constitucionales.
Fue el zar Alejandro II (1855 – 1881) el que, ya a finales del siglo XIX, abolió la servidumbre y repartió tierras entre los campesinos. Pero el declive de la Rusia Imperial era imparable. A la derrota rusa en la Guerra de Crimea ( 1853 - 1856 ) contra una alianza de turcos, franceses e ingleses, le sucedieron las derrotas frente a Japón de 1894 y 1905 , y poco despúes llegó el estallido y el consecuente desastre de la I Guerra Mundial.
El zar Nicolás II en 1894 había hecho varias concesiones a los nuevos movimientos sociales y políticos, con la instauración de la Duma o parlamento ruso. En 1905 estalló un levantamiento popular y ciudadano de grandes dimensiones, que pudo ser sofocado. En el transcurso de la I Guerra Mundial, el descontento culminó en 1917 con la Revolución moderada de Febrero, que impuso a Nicolás II la abdicación en favor de su hermano, el Gran Duque Miguel. Pero la revolución bolchevique de Octubre acabó con la monarquía y con todo el sistema anterior, instaurando la República de los Soviets. Lenin y Trotsky tomaron el poder y fundaron el Partido Comunista Ruso. El nuevo gobierno firmó la capitulación y retirada de Rusia de la Guerra.
Lenin y Stalin. Foto http://communist.ucoz.ru/_ph/3/745579112.jpg |
En 1918 la capitalidad del país volvió a Moscú, el zar y su familia fueron ejecutados en los Urales y en tres años, una terrible Guerra Civil acabó de asolar el país. En 1922 se crea la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En 1924, tras la desaparición de Lenin, aparece la figura de Stalin como Secretario General del Comité Central del PCUS, que instaura un poder absoluto, basado en el terror, y desarrollando una estructura industrial acelerada con el fin de modernizar el país.
Moscú, la capital de la URSS y de Rusia
Gran Palacio del Kremlin, sede de la Presidencia de Rusia. A la derecha vista parcial de las Catedrales Foto https://photos.travelblog.org/Photos/17776/208085/f/1564383 |
Tras la II Guerra Mundial y el reparto de Europa entre las potencias vencedoras, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética, ésta se hace con el control de los países satélites del Este europeo. Stalin muere en 1953. Le sucede Kruschev que inicia una tímida apertura política y económica. En 1956 los tanques rusos aplastan el levantamiento de Hungría. En 1964 toma el poder Leonid Brieznev quien se mantendrá hasta 1982.
En 1968 la invasión de Checoslovaquia termina con la “Primavera “ de Praga. En 1979 la URSS entra en Afganistán y comienza un larga guerra de desgaste que culminará con la retirada de las tropas soviéticas.La economía del país se estanca y entra en una severa recesión. Tras Breiznev hay varios breves interregnos de Yuri Andropov (1982-1984), y de Konstantin Chernenko ( 1984-1985), que agravan una situación insostenible.
Y llega finalmente al Kremlin Mijail Gorbachov (1985-1991) que con la política de apertura ó “ perestroika “, propiciará la ruptura paulatina y el final de la URSS, y con ello la caída del Telón de Acero. Luego llegan los años post soviéticos de Boris Yeltsin (1991-2001), que emprende la reconstrucción de Rusia, la recuperación de sus valores y tradiciones históricas, y la franca apertura a la economía capitalista. Todo ello será desarrollado hasta el límite por su sucesor, Vladimir Putin, a partir de 2001 y hasta la fecha.
Y toda la historia de poder en el siglo XX que acabo de relatar, se ha gestado dentro de las murallas del Kremlin de Moscú. Hoy en día el presidente ruso sigue viviendo y gobernando desde allí, porque este lugar ha sido históricamente y en especial, en los últimos 100 años, el centro del poder, y quizás por eso impresiona tanto su visita y la de los alrededores.
El Moscú de hoy
Centro Internacional de Negocios de Moscú. Foto"MIBC 12th June 2014" by BpbAlonka - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons
La capital de Rusia es una ciudad con planta urbana concéntrica y se asienta sobre varios meandros del río Moscova; el centro de la urbe es obviamente el Kremlin. El río Moscova es un afluente del río Oka que, a su vez, desemboca en el rio Volga a la altura de Novgorod. Tiene una longitud de 502 km y es navegable en su totalidad. En verano el Moscova cuenta con un intensa navegación fluvial, mientras que en invierno el tráfico desaparece debido a su congelación. Como ya dijimos, desde el año 1937 está unido al Volga mediante un canal de 126 km de longitud. y gracias a ello, Moscú tiene acceso a cinco mares: Blanco, Báltico, Caspio, Azov y Negro, por lo que a Moscú a veces se le llama “puerto de los cinco mares”.
Actualmente Moscú tiene más de 12 millones de habitantes y es la segunda ciudad más grande de Europa detrás de Estambul. Con una superficie de casi 2.000 Km cuadrados, tiene 3 aeropuertos internacionales, 9 estaciones de tren y el mayor y más elegante Metro del mundo. Según la revista Forbes, en Moscú habita la segunda comunidad de multimillonarios más grande del mundo, detrás de Nueva York.
En los últimos años, Moscú se ha transformado casi al completo. Hay muchos rascacielos, un gran y moderno parque de automóviles, tiendas y comercios con las grandes marcas de moda, y una juventud muya abierta a las nuevas tecnologías, que por costumbres y vestimenta se asimila a la de cualquier país occidental. Todo ello convive con la severa arquitectura y los monumentos del reciente pasado comunista, junto a la nueva Catedral del Salvador o los monasterios restaurados, que atestiguan un indudable renacer religioso.
El Kremlin
Vista general del Kremlin de Moscú. "83AS5017" by Alexandergusev - alexandergusev.com. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons - |
Kremlin quiere decir “ fortaleza” y – de mayor o menor superficie, peor o mejor conservado, - lo tienen casi todas las ciudades históricas rusas. Pero para los no rusos, solo hay un Kremlin, el de Moscú. Ciertamente es el corazón de esta ciudad y está situado sobre la colina Borovitsky en la orilla izquierda del Moscova, aprovechando un doble meandro.
Durante los primeros siglos de existencia, la fortaleza estaba construida en madera maciza de roble, y siempre rodeada de numerosas torres. Pero con las invasiones y los incendios tuvo que ser reconstruida repetidas veces. Su recinto actual, de cemento y ladrillo, data de 1485, cuando ya Rusia se había liberado del yugo tártaro e Iván IV el Terrible convirtió a la ciudad en capital del reino unificado de Rusia.
En realidad el Kremlin es una ciudad dentro de la ciudad, pues tiene 2 Km de murallas con 18 torres y en su interior hay 3 catedrales, 4 palacios y un conjunto de edificios civiles de diverso uso.
La visita al Kremlin
Plano virtual del Kremlin. Foto scanner Moscow practical guide. |
A partir de la calle Manezhnaya , entramos por la Torre Kutafya, donde tuvimos que hacer cola para pasar los controles de seguridad. Tras ello enfilamos hacia la Torre de la Trinidad, cruzando un puente sobre los Jardines Alexander.
Cruzando la puerta de la torre entramos propiamente dentro del Kremlin. Avanzamos por una calle muy ancha, que deja a su izquierda varios edificios oficiales, entre ellos el Arsenal y más adelante la estructura neoclásica del Senado ( 1788 ). Pero a la derecha, una callecita sin salida, que termina en un arco, lleva hasta el Gran Palacio del Kremlin (1850), que es la Residencia oficial del Presidente ruso y que no se visita. Seguimos avanzando, y enseguida encontramos el moderno pabellón del Palacio del Estado, levantado en 1961, nombre actual del antiguo Palacio de los Congresos, donde se reunía en asamblea el Partido Comunista y el Soviet Supremo de la URSS.
Llegamos así a la gran Plaza Ivanovskaya, de camino hacia la Plaza de las Catedrales. A la derecha y el pie de la esbelta torre campanario de Iván III el Grande, aparecen dos enormes elementos decorativos, en fundición de hierro, el Cañón Zar y la Campana Zarina, que llaman mucho la atención. Cada uno en su género son los mayores del mundo y constituyen dos de los principales atractivos del Kremlin.
El Cañón Zar. Foto EGE |
El Cañón Zar data de 1586. Mide 6 metros de largo y pesa 40 toneladas. Lo curioso es que nunca llegó a usarse, por lo que más parece que se fundió solo para impresionar, ya que por su peso, es imposible moverlo de su sitio. Las balas que supuestamente iba a disparar pesan una tonelada cada una y estas de adorno a sus pies.
La Campana Zarina, que pesa más de 200 toneladas, está sobre un enorme pedestal y tiene un gran trozo partido – en forma de triangulo - que reposa en el suelo. Parece que la campana se rompió al caer del campanario anexo, con ocasión de un incendio, en 1737, poco después de su colocación. Si bien son numerosas las leyendas que cuentan episodios más o menos mágicos y que los guías cuentan con fruición. Tiene una altura de unos 6 metros y casi 7 metros de diámetro.
La Plaza de las Catedrales
Entramos ahora en el auténtico corazón del Kremlin, la Plaza de las Catedrales que debe su nombre a las tres grandes iglesias que enmarcan la plaza: la de la Anunciación, la de la Dormición y la de San Miguel Arcángel.
En esta visita solo tuvimos ocasión de acceder a la Catedral de la Dormición también llamada de la Asunción de la Virgen. Es la más antigua, la mayor y la más importante de las tres catedrales del Kremlin. Templo espléndido y maravilloso que asombra por su belleza y su riqueza. Edificada hacia 1475, fue la catedral primada de Moscú donde se celebraban los grandes eventos de los zares: coronaciones, funerales, etc. En el interior, los frescos del siglo XVII, de extraordinaria factura, cubren por completo toda la superficie de techos, paredes y los enormes pilares. El Iconostasio, el muro principal y especialmente sagrado de toda iglesia ortodoxa, donde se exponen los iconos, es espléndido; posiblemente el más bonito que yo he visto.
A la salida nos saluda la bella y blanca Torre de Iván el Grande, levantada en 1505 y retocada un siglo más tarde por el zar Boris Godunov. Y nada más visitamos aquel día en el Kremlin.
Catedral de la Anunciación. Detrás el Gran Palacio. Foto «The Cathedral of the Annunciation» de Holger Zscheyge - originally posted to Flickr as Moscow Kremlin. CC BY 2.0 vía Wikimedia Commons - |
En nuestra primera visita en 1988, entramos también en la Catedral de la Anunciación, más pequeña y recoleta, por ser la capilla de los zares y estar conectada con el Gran Palacio; tiene 9 torres bulbosas de diverso tamaño en cobre dorado, mientras la Dormición tiene 5 grandes cúpulas, también doradas. Así mismo visitamos la Armería, edificio de 1806, ocupado por un magnífico Museo que acoge el Tesoro Imperial de los Romanov, con el famoso Fondo de los Diamantes y los Huevos Fabergé.
Y ya abandonamos el Kremlin por la Torre del Salvador hacia la Plaza Roja. Poco despues pudimos admirar el marcial y breve cambio de guardia que se realiza varias veces al día en el exterior de la puerta de esa torre. Y esa fue toda nuestra rápida visita al Kremlin; casi visto y no visto.
La Plaza Roja
Vista de la Plaza Roja. Feodor Alekseyev. 1801
Es la plaza más famosa de Moscú y una de las más conocidas del mundo, ubicada en el barrio comercial conocido como Kitaï- Gorod. De esta enorme plaza parten las principales avenidas de la ciudad. En tiempos, allí se celebraban los mercados, era lugar de paseo y de diversas celebraciones, incluidas las ejecuciones públicas en el patíbulo.
Su nombre, Roja, no deriva, como podría suponerse, del pigmento granate de las murallas del Kremlin adyacentes, ni tampoco del color púrpura de la bandera comunista ( la plaza es muy anterior al régimen soviético). La palabra rusa Krasnaya, que hoy día significa roja, antiguamente era usada como sinónimo de bonita, hermosa. Ese es el nombre original de la plaza.
Con 695 metros de longitud y 130 metros de anchura, es la tercera plaza más grande del mundo. Situada sobre el lado este del Kremlin, forma un conjunto armonioso con su entorno. Es una inmensa explanada con 4 costados sobresalientes.
Pegado al muro del Kremlin se halla el Mausoleo de Lenin, una severa estructura granítica, en forma de pirámide escalonada, que guarda el cuerpo embalsamado del padre de la Revolución de Octubre; a donde antes venían multitudes, y era visita obligada en la época soviética para las parejas de recién casados, hoy apenas suscita interés. El enorme pedestal sirvió y aún sirve, para que las altas autoridades del Estado, presidan los inmensos desfiles militares que muestran el poderío de Rusia. En esa pared del Kremlin están sepultados grandes figuras de la URSS como lósif Stalin, el astronauta Yuri Gagarin, altos jefes militares, etc.
La Catedral de San Basilio
Catedral de San Basilio. Plaza Roja. Foto plus.google.com |
El arte Bizantino irrumpió en Rusia poco tiempo después del Gran Cisma, la ruptura de la Iglesia oriental con la Iglesia Católica en el siglo XI, gracias al príncipe Vladimir de Kiev, que erigió monasterios , iglesias y catedrales ortodoxas, decoradas con mosaicos e iconos de gran belleza.
La Catedral de San Basilio con sus caprichosas cúpulas multicolores es una combinación de los estilos bizantino, indio y chino, y fue construida entre 1554 y 1560 , bajo el reinado de Ivan IV el Terrible. El concepto inicial era el de construir un grupo de capillas, cada una dedicada a cada uno de los santos en cuyo día el zar hubiera ganado una batalla, pero la construcción de una torre central unificó estos espacios en una sola nave . La mezcla de colores, verdes, azules, amarillos y rojos, le dan un cierto aire irreal que la hace sumamente atractiva. En parte recuerda a la catedral de la Sangre Derramada de San Petersburgo, del siglo XIX, cuyo arquitecto se inspiró evidentemente en ésta de San Basilio, casi gemela en muchos aspectos.
Museo Nacional de Historia de Rusia. A la derecha Puerta de la Resurrección.Foto: Hons084 / Wikimedia Commons. Licensed under CC BY-SA 4.0 via Wikimedia Commons - |
Alrededor de la Plaza Roja hay varios elementos arquitectónicos de variado interés. Por el lado norte tres edificios de color rojo: el Museo Nacional de Historia de Rusia, el antiguo Museo Lenin y la Puerta de la Resurrección. El imponente Museo de Historia, creado en el siglo XIX, abarca todos los periodos históricos del país hasta la llegada de Napoleón. La Puerta era de 1534 y fue remodelada en 1680. Era una de las puertas de la ciudad que dejaba paso a la Plaza Roja. Fue destruida por Stalin en 1931 para permitir el paso de los armamentos militares de los grandes desfiles en la plaza. Fue reconstruida en 1994.
Catedral de Nuestra Señora de Kazán. Plaza Roja. Foto wikimedia commons |
Junto a la Puerta, se levanta la pequeña Catedral de Nuestra Señora de Kazán, de 1636, erigida para conmemorar la victoria sobre los polacos. El Icono de esta Virgen – protectora oficial de los Romanov - fue trasladado a San Petersburgo donde se levantó una gran catedral del mismo nombre, en la Perspectiva Nevski. Pero la copia de este icono inspira gran devoción a los moscovitas y puedo atestiguar que fue difícil entrar en la iglesia, por estar llena de gente devota, a unas horas sin oficio religioso alguno.
La imponente mole de los Grandes Almacenes GUM cierran el perímetro de la gran plaza. Como lugar habitual de cita de turistas, allí os esperamos, en el próximo capítulo, para dar un buen paseo por Moscú.
EXCELENTE POR LO CONCISO Y DIDÁCTICO. HE VIAJADO A RUSIA Y ME INTERESA REVISAR CON LAS FOTOS EL MARAVILLOSO RECORRIDO ACOMPAÑADAS POR UN GUÍA EXCEPCIONAL, EX PROFESOR UNIVERSITARIO. UN LUJO.
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