Hacia
prácticamente un año que Perú nos había
hechizado con sus valiosos tesoros culturales. (Ver en este mismo blog los 13 artículos sobre "Perú, un fabuloso país".) Ahora poníamos rumbo hacia el norte del antiguo Imperio
Inca: el Ecuador nos esperaba, el pequeño país en la mitad del mundo.
Un lugar en el que podemos poner, al mismo tiempo, un pie en el Hemisferio Norte y otro en el Sur.
Con
solo 283.561 kms cuadrados, es un país chiquito en la inmensidad de Sudamérica;
pero eso no impide que ofrezca una enorme
diversidad exuberante, presidida por sus volcanes, sus montañas andinas y los
bosques amazónicos. Y como colofón las impresionantes Islas Galápagos.
"Ecuador, ama la vida"
es el lema turístico de este pequeño país... y en nuestro periplo nos lo
iba a demostrar sobradamente.
Salimos
de Madrid – Barajas, en vuelo de Iberia,
apenas pasadas las 12 del mediodía, por lo que este viaje de ida lo
hicimos totalmente de día. Con las 10
horas y 50 minutos de vuelo, y las 7
horas de diferencia horaria, a las 6 de la tarde del mismo día, estábamos
aterrizando en Quito. Para nosotros no era tan tarde pero en aquellas latitudes
de 0º ya había anochecido.
Dos estaciones anuales
En
la mitad del mundo hay 12 horas de luz diaria durante todo el año, y una
primavera eterna con temperaturas
permanentes durante todos los meses.
Solamente las lluvias marcan las dos únicas estaciones anuales. El viajero deberá acostumbrarse a levantarse
muy temprano, puesto que amanece a las 6:00 horas, y a ver caer la noche bastante pronto, a las
18:00, solo 12 horas después.
Me
encantaría relatar la causa de este fenómeno climático puesto que lo he
explicado muchos años en mi docencia universitaria; pero creo no es este ni el
momento ni el lugar para hacerlo. Quédense solo con esta idea: en la línea del
Ecuador, círculo máximo de la esfera terrestre, a la que divide en 2
hemisferios, norte y sur, los rayos solares siempre llegan a la tierra, de
forma directa y perpendicular, durante todo el año. Como consecuencia de ello,
no hay estaciones propiamente dichas, y
siempre el día y la noche duran lo mismo: 12 horas. Además el amanecer y el
anochecer se resuelven precipitadamente en una media hora .
El sol Ecuatorial es muy directo y puede ocasionar quemaduras, aún cuando el día esté nublado. Se recomienda por
tanto utilizar filtro solar con un adecuado factor de protección, sombrero de
alas anchas y gafas. Deben usarla sobre todo las personas de piel clara, cuando
se esté en las alturas y a orillas del mar; porque, aunque el cielo esté cubierto, los rayos UV son allí muy potentes y penetran
a través de la ligera capa de nubes.
Llegando a Quito
La
capital de Ecuador está a casi 3.000 metros de altitud y para descender hasta su aeropuerto - Mariscal Sucre
- nuestro avión tuvo que
atravesar tres capas de nubes. La situación del antiguo aeródromo era dificultosa
porque se hallaba situado en pleno centro de la ciudad y la pista no era muy
larga. Así que el piloto debía realizar juegos malabares para aterrizar entre
las casas.
Afortunadamente,
en febrero de 2013 se inauguró el nuevo y flamante aeropuerto, también
bautizado como Mariscal Sucre, situado a
unos 25 kms de la capital, en la localidad de Tababela que cuenta con la pista
más larga de Sudamérica, con más de 4 kms de longitud.
Tras
el control de pasaportes, recogemos
nuestros equipajes y atravesamos el área de la inspección aduanera. También
aquí funciona el curioso método al que podríamos denominar "sistema lotería", vigente en
diversos países sudamericanos. Una maquina se ocupa de designar al azar, a
aquellos pasajeros que deben de
abrir sus maletas ante los gendarmes. Y
esto retrasa mucho la reunión del grupo y del equipaje, para proceder al
traslado a los hoteles.
Llegamos
por fin hasta el precioso Hotel Marriot
Quito. Tras un expeditivo "check in", ocupamos nuestras
habitaciones. A las 21 horas está
previsto un Coctel de Bienvenida
ofrecido por el Ministerio de Turismo, en los salones de la planta noble.
A pesar del lógico cansancio tras las
horas de viaje y la diferencia horaria, todo
el grupo asiste a la amable invitación del
Viceministro de Turismo, que realmente resultó un
encanto de trato y de persona. Saludos, discursos y un pequeño coctel donde,
entre otras delicias, probamos un
exquisito ¡ceviche! nos entonó antes de
regresar a nuestros aposentos para un
merecido y reparador descanso.
Cómo es Ecuador
Ecuador está ubicado al Noroeste de América del Sur, situado
justo sobre la latitud de los 0º 0´
0´´. Rigurosamente en la Mitad del
Mundo. Emplazada entre dos países que casi la cuadruplican en superficie,
limita al N. con Colombia y al E. y S. con Perú. El O. está bañado por el
océano Pacífico. Y en este espacio habitan casi 16 millones de personas.
Quizás lo que más asombra de Ecuador y que poca gente conoce, es
su impresionante biodiversidad. Ha sido catalogado como uno de los 17 países
del mundo que alberga una destacada mega-diversidad. No solamente de flora y
fauna, sino también de volcanes y nevados, de sucesivos paisajes naturales y, sobre todo, de su personalidad artística
de raiz colonial y la riqueza humana de
sus numerosos grupos nativos, que han sabido mantener sus costumbres y
tradiciones. Imponentes estructuras coloniales son testigos que hablan aún de
la rica herencia española y de la personalidad artística plasmada en pinturas y
esculturas coloniales de la Escuela Quiteña.
Es un país diverso y atractivo que asombra al visitante, ya que su imagen real es aún muy desconocida.
Un país que en sus 3 grandes regiones naturales continentales: Amazonia, Andes
y Costa del Pacífico, cuenta por ejemplo, con casi 3.000 especies de orquídeas,
4.500 tipos de mariposas o la mayor densidad
de población de pájaros del
mundo. Y luego queda, más allá de las costas pacíficas, la extraordinaria región insular de las Galápagos.
Geografía del Ecuador
La geografía ecuatoriana tiene, sin embargo, una estructura
fácil de entender. Su columna vertebral son los Andes, que ocupan toda la
zona central; ellos la llaman la Sierra.
Forma un altiplano a gran altura, delimitado a ambos lados por las sierras
oriental y occidental, donde lucen espléndidos los nevados y los volcanes. Es
la gran “avenida central” que recorre el
país de norte a sur y le da una personalidad propia, muy diferente a la de sus
vecinos andinos. Con razón Alexander de Humboldt la bautizó como “ Avenida de los Volcanes”.
Básicamente nuestro viaje se iba a realizar a través de esa "Avenida".
Desde Quito hasta Cuenca más las extensiones posteriores, bien a la
Amazonia, a la costa o las islas, según elección de cada viajero. Sin duda que
la mayor personalidad de Ecuador es esta impresionante “avenida” natural.
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