viernes, 18 de julio de 2014

Un viaje en Tren por la Nariz del Diablo



Foto  http://trenecuador.com/es/


Eran las  6 de la mañana,  cuando apenas acababa de amanecer y ya iniciábamos nuestra salida de la agradable Hostería de Abraspungo en Riobamba, donde habíamos pasado la noche.  Teníamos por delante una hora y media de camino, cerca de 100   Km., hasta la población de  Alausí , donde nos esperaba una experiencia muy interesante: un corto pero sorprendente recorrido en tren, probablemente único en su género  en el mundo.

El Ferrocarril Trasandino



El Ferrocarril Trasandino ha sido la principal vía férrea de  Ecuador. Su construcción fue promovida inicialmente  por el presidente Gabriel Garcia Moreno, el mismo que impulsó la edificación de la Basílica del Voto Nacional en Quito. Su objetivo era unir el altiplano, desde la capital  del país ,Quito, con la principal ciudad costera y puerto del Pacífico ecuatoriano, Guayaquil. Fundamentalmente para el tráfico de mercancías y subsidiariamente también de pasajeros.

Con el tiempo,  diversos factores  como el efecto climático,  un mantenimiento deficiente y la construcción de la Carretera Panamericana, lo fueron dejando fuera de uso  y últimamente ya solo quedaban en funcionamiento algunos tramos que se destinaron finalmente al disfrute turístico. 

Peña de la Nariz del Diablo. Foto http://ecuador.travel/blog/tren-ecuador-historia/


La Nariz del Diablo


El más famoso y emocionante de todos estos tramos,  es el que une las estaciones de Alausí  y  Sibambe, a través de la  llamada Nariz del Diablo. El tren salva un vertiginoso precipicio de casi 800 metros de altura, de roca maciza y cortada a pico. Fue precisamente por aquel lugar, por donde los ingenieros norteamericanos responsables de la construcción del ferrocarril, idearon la toma de contacto entre la Sierra y la Costa. Esta escalofriante  bajada desde Alausí,  a 2.347 mts de altitud,  resolvió definitivamente la citada conexión.

La cuestión era  cómo trazar una vía férrea por  una pared casi  vertical, sin posibilidad de curvas......La ingeniosa solución fue la construcción de una trocha en zigzag. Pero vayamos por partes.

La pequeña historia del ferrocarril


El 17 de junio de 1897, el gobierno ecuatoriano presidido por Eloy Alfaro, firmó un acuerdo para la construcción del "ferrocarril más difícil del mundo",  con los contratistas norteamericanos A. Harman y E. Morely, creándose  la Guayaquil and Quito Railway Company. Las obras dieron comienzo en 1899.

Por lo que respecta al altiplano, el ferrocarril llegó a Riobamba en 1905 y en 1908 a Quito. El trazado se había previsto por la  región interandina, es decir por la Avenida de los Volcanes. Desde Durán, a orillas del río Guayas, no lejos de Guayaquil,    se había iniciado a su vez, la obra del tramo costero.  Cuatro mil trabajadores,  jamaicanos en su mayoría, participaron en la construcción del ferrocarril.  Muchos de ellos sucumbieron a las duras condiciones ambientales: las enfermedades, las fallas del terreno, los animales peligrosos y sobre todo el mal de altura, el “ Soroche”, que afectaba mortalmente a su resistencia vital. El propio ingeniero jefe de la obra pereció durante la construcción.

Con una trocha de poco más de un metro, exactamente 1,067 cms ,  la obra inferior iniciada en Durán, iba llegando hasta Sibambe, mientras la línea superior, acercándose desde Riobamba, ya estaba en Alausí. Cuentan que Harman, el ingeniero constructor de la línea, se detuvo maravillado ante una formidable masa pétrea que se interponía entre ambas localidades, último eslabón de la gran obra,  sin duda preguntándose si algún día sería posible salvar aquel desnivel 

Desde Sibambe se inició entonces  la construcción del tramo conocido como Nariz del Diablo, una de las obras de  ingeniería ferroviaria  de montaña más bellas y espectaculares del mundo. Se hizo con el sistema de rieles en zigzag , de manera que el descenso o ascenso se efectuaba mediante cambio de rumbo del tren en cada final de tramo. Solo así se podía paliar el desnivel que puede salvar  una vía férrea. Aclaremos que, en circunstancias normales, un tren no soporta más de un 5% de desnivel en la vía.


Trazado de rieles en zigzag


Cuando el convoy se pone en marcha,  el recorrido es tal y como se muestra en el dibujo adjunto. A velocidad muy corta se desliza pendiente abajo en sentido horizontal y longitudinal, sin curva alguna. Es realmente un método muy ingenioso que hace recular al tren varias veces a lo largo de la altura de la pared de roca. Son solo 13,5 kms y se tarda casi una hora en el descenso.  

Vista de los rieles en zigzag. Zona de cambio de agujas. Foto JSG

Una vez salvado el escollo de la Nariz del Diablo,  la línea alcanzó el punto culminante, a 3.609 metros sobre nivel del mar, pasando por Ambato, Latacunga y finalmente llegando a Quito a 2.817 metros de altitud.

En 1915, se inició la construcción de  un  ramal suplementario,  con una longitud de 145 kilómetros, uniendo  Sibambe y Alausí con Azogues y Cuenca, la capital del sur interior. Pero se tardaron 50 años en terminarla y prácticamente solo fue usada para tráfico de mercancías. También en el Norte se inició la obra del el tramo Quito – Ibarra terminado en 1957.

Alausí


San Pedro de Alausí es un antigua ciudad, cuya fundación data de los tiempos de la conquista. Por aquí pasaba el Camino del Inca, que recorría todas la rutas del Imperio.Una enorme efigie del apostol San Pedro, se levanta sobre un cerro que domina la ciudad.

En Alausí, el ferrocarril  discurre  por una vía urbana, hasta llegar a la vieja  estación, convertida hoy en un mercado de suvenirs.

Estación de Alausí, con el  tren antiguo.


Hasta el mes de Abril de 2012,  muchos viajeros realizaban el recorrido  ¡ sobre el techo de los  viejos vagones de mercancías !.  Era una especie de turismo de aventura,   un rito al que se apuntaban jóvenes de todo el mundo, ávidos de experiencias excitantes y únicas. Hasta que un accidente  con algunos muertos, obligó a las autoridades a prohibir  estas prácticas. A partir de ahí se decidió la modernización de las estructuras y la mejora de las unidades.


Mochileros viajando sobre los vagones, antes de la renovación.

Actualmente, el ferrocarril sirve como atractivo turístico y depende de la  Empresa Nacional de Ferrocarriles del Estado, que  proporciona servicio de transporte mixto, es decir para pasajeros, turistas y carga. A tal efecto cuenta con modernas locomotoras  diesel-eléctricas y vapor, “ made in Spain “,   que junto con los vagones,  han sido fabricados por la empresa española FEVE, en sus talleres de Ungo – Nava, provincia de Burgos. Ver    http://luiscarguaith.blogspot.com.es/2012/05/un-tren-mas-seguro-y-panoramico-alausi.html


El tren actual lo forman unos modernos vagones, con cierto aire retro en su interior,  pintados en color blanco y rojo, provistos de asientos laterales panorámicos.  Unas simpáticas azafatas, con uniforme  ferroviario granate y  gorra negra,   acompañan a los viajeros en cada vagón, proporcionando interesantes explicaciones durante el trayecto y vigilando las normas de seguridad que son muy estrictas. Aún así el lento descenso proporciona impresionantes vistas sobre el fondo del valle, barrancos y precipicios, no aptas para pasajeros con vértigo.

Sibambe

 

Estación de Sibambe. Foto de T. Komuda


En el fondo del estrechísimo valle nos espera la estación de Simbabe, donde  dos grupos de danza  de las comunidades indígenas de Nizag y Tolte,   reciben con su baile a los viajeros. Allí hay tiempo libre para hacer diversas actividades  como visitar el Museo Etnográfico local del  Cóndor Puñuna   ó  recorrer el Mercado de Artesanía. Ambos  lugares están gestionados  por la Comunidad nativa Nizag. 

Conviene mencionar que este producto turístico único, es al mismo tiempo un experimento social de turismo comprometido y sostenible. Está dirigido hacia el  desarrollo de las comunidades indígenas locales, Nizag y Tolte, sobre las que recae la responsabilidad del buen funcionamiento del producto, los empleos subsiguientes  y los beneficios de la gestión.

No nos olvidamos de dos protagonistas que llamaron nuestra atención:   la potente máquina del tren  y una graciosa  llama que su dueño  - un niño de colorados mofletes – ofrecía como acompañante de las fotos de los turistas.Aún hubo tiempo para un pequeño almuerzo de bocadillo en la Cantina de la estación.  Por cierto, que el proyecto incluye la oferta de hospedaje en Sibambe próximamente.

Interior de los nuevos vagones de fabricación española. Foto T.Komuda



Escena  en la estación de Sibambe.


El silbido del tren llama de nuevo a los viajeros a bordo para, esta vez, ascender  por la misma vía,  hasta alcanzar los andenes de  la estación de Alausí.  ¡ Un curioso  tren y  un impactante lugar ¡. Una experiencia de todo punto recomendabl.

Lo que queda del tren


La construcción de redes de carreteras desde 1950  y  las rutas aéreas entre las diferentes zonas del país, relegaron totalmente al ferrocarril en Ecuador.  Solamente quedan hoy en uso  dos tramos de uso exclusivamente turístico.   : el  Quito - Latacunga,  por las faldas del Cotopaxi  y el Riobamba -  Alausí - Simbabe, que nos ocupa.


El mantenimiento de raíles era muy costoso, debido a los frecuentes  deslizamientos de tierras y a las  inundaciones producto de las fuertes lluvias de temporada.  Esto unido al desarrollo del  transporte por carretera y más tarde del avión, fue propiciando  la  desaparición del tren, aunque  se mantuvieron  muchas de las estaciones del trazado. 


Aquellos trenes  fueron un hito fundamental  para el transporte de mercancías,  ya que hasta entonces, éstas se transportaban a lomos de burros, caballos, mulas y llamas. Y el ferrocarril se constituyó en el principal medio de transporte de grandes distancias en el país, hasta que la automoción tomó su lugar allá por los años 1950.

En el año 2007, el presidente Rafael Correa, tomó la decisión estratégica de la rehabilitación del ferrocarril ecuatoriano, con el objetivo de recuperar el patrimonio cultural e histórico del país, y con la estrategia de orientar los servicios ferroviarios hacia el turismo, como parte del cambio de la matriz productiva del país.  La recuperación del ferrocarril ecuatoriano se enmarcó en la restauración de todas sus antiguas Estaciones y reorientación de la actividad hacia el turismo.

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Dejando Alausí, retornamos a la Panamericana para seguir desciendo hacia el sur, camino de Cuenca. Aún haremos una parada, antes de llegar a la capital del sur,  para visitar un interesante lugar arqueológico, de los pocos que se encuentran en Ecuado: las ruinas Incas de Ingapirca. Pero esa es ya otra historia, que contaremos en nuestra próxima entrada.



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